El dolor de una madre es la sensación más dura en la vida. Más si es por la pérdida de su hijo. Más si ésta se produce de forma repentina mientras su pequeño entrena al fútbol. Eso es lo que le ocurrió a Sebas, joven de 15 años, en la noche de este fatídico ya 17 de enero de 2024 y que ha dejado roto al pueblo de Zaratán.
Tras conocerse la muerte del jugador del Zaratán Club de Fútbol, el ayuntamiento de la localidad vallisoletana decretaba tres días de luto oficial en el lugar y, en la tarde de este jueves, guardaba un emotivo minuto de silencio por un pequeño de 15 años que se ha ido demasiado pronto.
La madre de Sebastian Borislavov, Kerana Ivanova, nacida en Bulgaria y que lleva 24 años viviendo en España, desde hace 8 años en Zaratán, habla en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León del fallecimiento de su hijo. Está rota y apunta que, tanto ella como su hijo Gabriel (de 18 años) se van a hacer un tatuaje para recordar a Sebas. El pequeño Leo, de 2 años, también echará de menos a su hermano.
Hoy se celebrará, a las 16.30 y en el Tanatorio El Salvador de Valladolid, el funeral en recuerdo de Sebas.
P.- Antes de nada, ¿cómo está?
R.- Quise enfocar el dolor que tengo, inmenso, porque he perdido a mi niño que era un pilar importante, a seguir adelante. Sebas tiene dos hermanos y, por ellos, hay que tirar. Tenía dos caminos: el de morirme en vida con mi hijo o el de coger el toro por los cuernos y seguir para adelante. Por esta vía estoy optando.
P.- ¿Cómo se entera de la noticia?
R.- Me llamó Ángel, el presidente del Club de Fútbol Zaratán, y me dijo que había tenido que llevar a Sebas al centro de salud porque no se encontraba bien. Estoy eternamente agradecida tanto al club como a todos los que le cuidaron hasta el último momento. Me acerqué, pude entrar y le vi con vida. Le pude dar un beso. Pensé que había sido un corte de digestión. Tenía esa pinta en dicho momento. No me esperaba el final.
P.- ¿Qué sintió?
R.- No me lo esperaba.
P.- ¿Cómo era Sebas?
R.- Sebas era amor.
P.- Le encantaba el fútbol…
R.- Era su vida y su pasión. Hemos intentado, por todos los medios, que el Real Betis nos hiciera caso. Mi hijo era un bético. Era un gran admirador de Joaquín.
P.- ¿Cuántos años llevaba jugando Sebas al fútbol?
R.- Desde que tiene 5 años. Ha militado en varios equipos. Jugaba muy bien al fútbol y llegó a hacer las pruebas del Real Valladolid. La pandemia le frenó y volvió con muchas ganas. Su forma de vida era el fútbol.
P.- Zaratán os ha dado todo su apoyo.
R.- No puedo estar más agradecida. El pueblo entero se ha volcado. Roberto, el alcalde, es maravilloso. No puedo tener una mala palabra. Los sanitarios del centro de salud también. Están rotos de dolor con la pérdida. Nos han tratado con un gran cariño. Nos han dado la mano, un abrazo, todo lo que hemos necesitado para no caer rendidos.
P.- ¿Pediría algo para que esto no se repita?
R.- Por lo que hablé con el forense, y la primera hipótesis en todo momento, fue la de que Sebas sufrió una cardiopatía, muy parecida a la que sufrió el Kun Agüero. A él le avisó, a Sebas no. Eso es lo que nos han dicho. La autopsia habla de un edema pulmonar agudo que viene motivado por la cardiopatía. No podíamos haberlo evitado. Sí que pedía que ya que pagamos fichas de fútbol de nuestros hijos para que jueguen a fútbol base, que inviertan un poco más. En el caso de mi hijo no hubiera servido de mucho pero quizás, en otros, puede servir de aviso para que no le pase lo que le ha ocurrido a mi hijo. Creo que es importante porque el fútbol mueve mucho dinero.
P.- ¿Cómo ve el futuro sin Sebas?
R.- Lucharé cada día para que no haya más familias que pasen por lo nuestro. Intentaré apoyar a todos sus compañeros que lo están pasando muy mal. Siempre digo que las personas nunca mueren si las llevamos en el corazón.
P.- Un dicho muy acertado…
R.- En nuestro caso, su hermano mayor, Gabriel, ha decidido que nuestra forma de homenaje y de tenerlo en la piel va a ser la de hacernos un tatuaje la semana que viene. Lo llevaremos todos. Queremos que Leo, su hermano pequeño de 2 años, siga queriendo a Sebas. Para él, Leo no era un hermano, sino más que eso.