Es uno de los edificios más característicos de la arquitectura de Salamanca. La Casa de las Conchas es todo un emblema turístico y cultural en la ciudad charra. Durante el año, son miles de visitantes los que la visitan. Es difícil encontrar a alguien que no tenga una foto en los exteriores de este inmueble. Ahora bien, la que no es tan conocida es la Casa de las Conchas que hubo en Valladolid, ahora desaparecida.
Sí, has leído bien. La ciudad del Pisuerga también tuvo su particular Casa de las Conchas, aunque también se conocía como Casa de las Veneras. Fue una de las viviendas nobles más importantes de la urbe allá por el siglo XV, cuando se construyó hacie el último tercio del siglo. Estaba ubicada frente al Colegio Mayor de Santa Cruz, lo que le obligaba a competir en cuanto a imagen.
Esto hizo que, con el objetivo de destacar en el lugar, algo que en la época era muy preciado, se optara por las denominadas veneras, las conchas de las vieras para la decoración de la fachada exterior. Además, en ese adalid competitivo por resaltar ante tu 'rival', el patio de la casa noble imitó al de Santa Cruz.
El nombre original es el Casa de las Veneras, pero a partir del siglo XVII, según los datos que se disponen y las creencias, según un documento de J.J. Martín González, extraído del repositorio de la Universidad de Valladolid, actual propietaria de los terrenos donde se encontraba esta edificación, la fama de su 'tocaya' en Salamanca provocó que a la Casa de las Conchas de Valladolid se la empezase a conocer bajo la misma denominación.
La Casa de las Conchas de Valladolid siempre fue relacionada directamente con la familia de Carrillo, aunque también aparecía otro escudo que correspondía a los Bernal. Aunque los vestigios de aquel edificio no son muchos, la lógica permite dilucidar que la ornamentación de la fachada presentaba un número importante de conchas o veneras decorativas, dado que de lo contrario, no se le hubiera impuesto el nombre que finalmente llevó durante su permanencia.
En la actualidad, las únicas huellas de aquella Casa de las Conchas de Valladolid que permanecen son dos crujías del patio y el pozo, que hoy se conservan en lo que es la sala de exposiciones temporales del Museo de la Universidad de Valladolid (MUVA), en el Edificio Rector Tejerina.
Las dos galerías porticadas que todavía se pueden observar corresponden al lado norte y oeste del patio. Formadas por unas columnas de gran solidez, con un fuste de sección ovalada, pero con un estrangulamiento en el centro, formando un ocho.
Los capiteles y las basas corresponden al modelo plasmado en el Palacio de Santa Cruz. Estos primeros están decorados con bolas y los arcos son redondeados y de tipo escarzano. Todo ello cincelado en piedra. El hecho de hacer un cerramiento tras la adquisición por parte de la UVa ha asegurado su conservación para el paso de los años.
La UVa compró el edificio en el siglo XX, después de que en el XIX fuera reconvertido a viviendas tras una propiedad previa por parte de la Catedral de Valladolid, que se la alquiló al abogado de la Real Chancillería, Manuel de la Gándara.
Finalmente, en 1984 se levantó el Edificio Rector Tejerina, conservando los únicos restos que sobrevivieron a las innumerables construcciones, que fueron el patio ya mencionado y el pozo.
Y así fue como la Casa de las Veneras se fue transformando hasta su desgraciadamente desaparición. No obstante, la documentación y la historia permitirán decir que sí, que no solo Salamanca, sino que también Valladolid contó en su momento con su particular Casa de las Conchas.