Los inviernos en los pueblos de Castilla y León son muy duros. Las tardes, con sus prontos anocheceres, se hacen eternas. El no contar con actividades de ocio hace que meses como los que estamos viviendo se conviertan en un día de la marmota. Por eso, los pequeños detalles se valoran mucho más. Y si esos detalles llegan en forma de churros y chocolate, una tarde fría y tediosa se puede convertir en la más bonita del año. “Seguir haciendo feliz a la gente”, este es el lema de la Churrería Los Gemelos, que se encarga de llevar la alegría a los municipios más pequeños de Castilla y León, en especial de Valladolid, y de Extremadura.
Es la forma que tienen de devolver a la España Vaciada, los hermanos gemelos (de ahí su nombre) Miguel y Álvaro, y su madre Lidoina, el cariño que tienen por los pueblos al haber ellos nacidos en Arevalillo, un municipio de Ávila de tan solo 70 habitantes. Hace nueve años, cuando cumplieron la mayoría de edad, decidieron poner en marcha este negocio, sacrificado pero muy confortable. Y lo han hecho de una manera muy original, llevando el churro y el chocolate a las plazas de los pueblos.
Así, las tardes se convierten en el momento más deseado de la semana en municipios como Matapozuelos, Villanueva de Duero, Valdestillas o Serrada, donde intentan ir una vez a la semana siempre cumpliendo con todos los requisitos legales y con la autorización de los ayuntamientos. “Nosotros vamos a donde nos llaman”, explica Miguel. Aunque donde más alegrías proporcionan es en pueblos más pequeños como Torrelobatón, Pollos, Bercero o Villalar de los Comuneros. Reconoce que la demanda es muy grande, sobre todo en la provincia de Valladolid, porque “los churros calientes gustan a todas las generaciones”.
Así, las plazas se llenan de mayores y pequeños que quieren disfrutar de un delicioso chocolate junto a unos calentitos churros. Colas poco habituales en estos pueblos que reclaman más atención y servicios sociales. “Queremos dar uso a los pequeños pueblos para que tengan estos servicios, son gente más agradecida que la de las ciudades porque no lo tienen a diario”, afirma, mientras que solicita “más facilidades” a algunos ayuntamientos.
Miguel reconoce que es “muy importante” llevar estos servicios a los pueblos de la Comunidad para que “tengan vida” y la gente, muchos de ellos mayores, salgan de sus casas. “Es una gran atracción, muchos nos dicen que cómo tardamos tanto en ir que están deseando, es como si fuera el acto social”, afirma. Y es que la agenda de Churrería Gemelos está cargada con diferentes eventos que organizan ayuntamientos, colegios o asociaciones. Y es que todo el mundo quiere saborear estos churros que, como indica su fabricante, están hechos con “muy buena materia prima” y con un precio muy económico. Una docena de churros a 3,60 euros.
Aunque les gustaría estar en más sitios y durante más tiempo, en especial de las fiestas de pueblos, los Gemelos reconocen que “no pueden estar en todos los lados” y “tienen que descansar un poco”.