La Audiencia de Valladolid ha condenado a J.F.G, como autor responsable de un delito de lesiones en el ámbito familiar a la pena de tres meses de prisión, con privación del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y privación del derecho a la tenencia de armas durante seis meses.
También a L.V.V. como autora responsable de un delito de allanamiento de morada, a seis meses de prisión con la privación del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y con la accesoria de prohibición de aproximarse al varón, a su domicilio o al lugar de trabajo a menos de 500 metros durante un año y seis meses.
La Fiscalía solicitaba hace un par de semanas la apertura de juicio oral en la Audiencia de Valladolid contra un hombre por un delito de lesiones, y pedía 9 meses de prisión para él y 21 meses de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo para una mujer en la localidad vallisoletana de Rueda.
El escrito de acusación, al que tenía acceso EL ESPAÑOL de Castilla y León, explica que los acusados J.F.G, mayor de edad en el momento de los hechos y nacido en junio de 1984 sin antecedentes penales, y L.V.V, nacida en junio de 1987 y cuyos antecedentes penales no constan, mantuvieron una relación sentimental en el pasado.
Rota la misma, añade el texto, la mujer: L.V.V. sospechaba que J.F.G., el varón, “pudiera estar con otra mujer”. Por ello, el 28 de noviembre “se personó en el domicilio de J.F.G.”, situada en la localidad vallisoletana de Rueda y “llamó al timbre en varias ocasiones”. Si bien, el acusado, aunque estaba en el interior de la vivienda, “no la atendió”.
Ese mismo día, sobre las 5 horas, la mujer “volvió a personarse en el domicilio” del hombre que era su expareja para “averiguar si estaba acompañado de otra mujer”. El escrito de acusación apunta que “abrió la ventana de fuera del dormitorio, levantó la persiana y alumbró la linterna del móvil hacia el interior”.
En ese momento, el hombre advirtió a la mujer de que había llamado a la Guardia Civil por lo que la mujer se marchó para volver a las 7 horas al domicilio de su expareja.
El varón, apuntaba la Fiscalía, había dejado la puerta de entrada abierta para que saliera el perro, lo que fue aprovechado por la mujer para “entrar hasta el dormitorio y asegurarse de que en la cama había una mujer”.
Cuando corroboró sus sospechas, la acusada turó los objetos que había en una mesa sin que conste que sufrieran daños. Fue en ese momento cuando, como explica el escrito de acusación, el hombre “empujó a la mujer para que se marchará” y, cuando ésta estaba de espaldas “la asestó una patada que provocó que cayera al suelo”.
Como consecuencia de los hechos, la mujer sufrió una lesión que consistía en un traumatismo de costado izquierdo con ansiedad reactiva que “ha precisado para su sanidad de una primera instancia facultativa” sin que consten los días de curación.