El pasado 11 de enero, EL ESPAÑOL de Castilla y León les acercaba la lucha de Bobadilla del Campo, un pequeño pueblo vallisoletano que cuenta, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con un total de 282 habitantes, para evitar que se redujeran los días y las horas de atención médica en el lugar.
La localidad vallisoletana, que se ubica a 70 kilómetros de la capital, a 15 de Medina del Campo denunciaba, en la voz de su alcalde, Francisco Pastor, el pasar de una atención diaria, de 9 a 14 horas, a simplemente tres, de 9 a 11 de la mañana. “Es una vergüenza”, aseguraba indignado el primer edil.
El regidor no quiere que su municipio pierda servicios que hagan que la vida se apague en el lugar, poco a poco. Él tiene solo 37 años y suma 9 con el bastón de mando. Sabe de la importancia que tiene que sus vecinos cuenten con estos servicios para que no acaben emigrando a otros pueblos o a la gran ciudad.
Un bar es esencial también en cualquier pequeña localidad. Bobadilla del Campo se había quedado sin él, pero ahora, gracias al trabajo y al esfuerzo del consistorio, y también a la labor de todos los vecinos, ha vuelto a abrir uno.
“El espacio antes era un salón que estaba dividido en dos partes, con una mampara. Una se utilizaba para las actividades de la Asociación de Jubilados y la otra como local de ocio. Está ubicado en la calle Cervillego y tiene 120 metros cuadrados”, explica Francisco Pastor, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Ahora, ese espacio se ha convertido en el bar del pueblo tras unas obras que han durado tres meses y que se han desarrollado gracias a la gran labor desarrollada por trabajadores municipales, lo que ha servido también para crear empleo. Es el único establecimiento hostelero del lugar y ha abierto sus puertas este sábado, 10 de febrero.
“Va a trabajar en el bar una persona que se llama Eva y que es la que lo tiene arrendado para su explotación. En momentos puntuales, por ejemplo, durante las fiestas, podrá contratar a más personas para dar el servicio que, tanto los vecinos como los forasteros, merecen”, añade el primer edil satisfecho.
Un bar que aporta un lugar amplio y sumamente agradable “de encuentro vecinal” y que “ayuda a cumplir una labor social muy importante en Bobadilla del Campo”, añade el regidor, que va a dar cafés, cañas, o los mejores vinos vallisoletanos desde las 10.00 horas de la mañana cada día.
“Las ventajas de contar con este nuevo bar son muchas. Las más importantes son que tenemos un lugar que cumple con un servicio diario y social donde poder disfrutar y hacer diferentes celebraciones”, añade Francisco Pastor.
Con respecto al bar, el primer edil asegura que el deseo pasa por “mantenerlo durante muchos años abierto” y que “todos los vecinos disfruten de él”. En lo que se refiere al municipio pucelano pasa por “poder seguir mejorando y ampliando servicios” con el fin de que “la vida en el lugar sea cada vez mejor.
Bobadilla del Campo ya cuenta con un nuevo bar en el que charlar y socializar tomando el mejor refresco con la importancia que esto tiene en la llamada España vaciada.