“He dimitido de la presidencia de los taxistas de Valladolid. Somos una sociedad cooperativa y tenemos una agrupación. Llevaba unos tres años que iba a cumplir en el mes de junio. Algo sospechaba. Veía que mis vicepresidentes actuaban por su cuenta y riesgo”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Alberto Romo.
Él era, hasta hace unas horas el presidente del gremio de los taxistas de la ciudad del Pisuerga, pero, tras estallar la guerra con sus vicepresidentes, en una polémica por la nueva aplicación que ha sido presentada hace pocos días ha dejado su cargo.
“En las asambleas acordamos las actuaciones para el buen funcionamiento de la empresa. Habíamos hecho una serie de mejoras digitales. Había que ponerlas en los teléfonos, bien de la cooperativa, o de los teléfonos que sirvan para las aplicaciones. El vicepresidente, por su cuenta, ha ido poniendo las aplicaciones de la central, con las que funcionamos, en los teléfonos particulares de los socios que no se acogieron a la mejora, le pillé en una y lo puse en conocimiento de la junta directiva”, añade nuestro entrevistado.
El enfado de Alberto Romo viene porque el instalar esta nueva aplicación es “un acuerdo asambleario” que dice que “no se puede tocar un teléfono particular” en un acuerdo del Consejo Rector para “solo tocar los teléfonos de la emisora” y no los particulares, con el fin de “no comprometer las arcas de la sociedad” y atendiendo a la Ley de Protección de Datos.
“Si hemos acordado esto, quién es el vicepresidente para saltárselo. Esto es una falta muy grave y estaba recogido en el estatuto. Le eché una bronca, fui a la oficina y redacté el expediente de sanción muy grave que son de más de 3.000 euros. El lunes lo presenté en el consejo, poniendo en conocimiento lo que había pasado, y esto no se podía dilatar en el tiempo”, afirma.
Romo apunta que se encontró “el problema” de que “la Junta Directiva decía que había que taparlo”, ante lo que el presidente se negó. “Si tapamos esto y un socio se entera al que le meten una sanción grave es a mí como presidente”, añade nuestro entrevistado.
“Este señor, lo primero que tiene que hacer es dimitir. Ha hecho una cosa prohibida poniéndome a mí en riesgo. Yo no voy a hacer la vista gorda. Por eso, el viernes di el ultimátum y el mismo secretario me dijo la palabra clave para que presentara la dimisión: “A mí me da igual lo que digan los estatus”. A mí no y por eso he presentado la dimisión”, apunta Romo.
El consejo aprobó este miércoles, 20 de marzo, su dimisión y ahora ya no es presidente de los taxistas de Valladolid.
Estalla la guerra en el sector del taxi de Valladolid.