En Valladolid existe una cofradía que se encuentra muy vinculada a la historia del ferrocarril en la ciudad. Ubicada en el barrio de Las Delicias −zona de la ciudad que vivió su gran crecimiento de población al calor de la llegada de trabajadores de Renfe y, posteriormente, de los de FASA-Renault−, la Cofradía Penitencial de la Exaltación de la Santa Cruz, heredera de la antigua Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, compuesta por trabajadores ferroviarios, sigue mostrando en las procesiones un elemento distintivo que recuerda ese origen.
Se trata de sus característicos hachones de petróleo, fabricados durante el siglo XX en los talleres de Renfe en la ciudad, y que desprenden un humo similar al de las locomotoras del ferrocarril, transportando a aquellos que los observan y huelen a unos tiempos en los que las vías férreas eran sinónimo de modernidad en la ciudad. Actualmente, estos hachones custodian tan solo las imágenes de la Cofradía pero en su origen todos los cofrades portaban velas de petróleo.
Anabel Cristóbal Gómez, miembro del Consejo Asesor y vocal de Relaciones Institucionales de la Cofradía Penitencial de la Exaltación de la Santa Cruz y que llegó a ser la primera mujer presidenta de una congregación en Valladolid, señala, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que, aunque los hachones que custodian a las imágenes siguen siendo de petróleo, el resto de hachones que porta la Cofradía en la actualidad son de parafina.
"En nuestras procesiones titulares los hachones que custodian los imágenes son los de petróleo, los seguimos llevando pero solamente los que van cubriendo las imágenes, en el resto llevamos hachones de parafina", destaca. Cristóbal recuerda el origen de la Cofradía cuando, tras la llegada del ferrocarril a Las Delicias, el jefe de Renfe en la ciudad impulsó el área de aprendices y, en la misma, se creó en el año 1938 una asociación católica que llevaría el nombre de Hermandad Ferrovaria de la Sagrada Familia.
"Empezaron a desfilar sin hábito ninguno, con traje y bien vestidos, en la Procesión General, que antes se llamaba del Santo Entierro, el Viernes Santo", señala la vocal de Relaciones Institucionales, que añade que los miembros de aquella Hermandad estaban "afiliados totalmente al Arzobispado" y actuaban "de acuerdo con lo que el Arzobispado les iba señalando".
Creación de la Cofradía y la parroquia de El Carmen
En 1944, se produjo una reconversión procesional en Valladolid y este hecho marcaría el devenir de la Hermandad. "El arzobispo de entonces, el doctor García y García, les aconseja formar una cofradía para alumbrar un paso, el paso 'Sitio'. El 7 de marzo de 1944, finalmente esta Hermandad se convierte en Cofradía Penitencial de la Exaltación de la Santa Cruz y el Arzobispado les encomienda alumbrar el paso de la Elevación de la Cruz", destaca Cristóbal.
Además, sus primeros estatutos establecieron que el hábito de la misma estaría compuesto por "una túnica azul marino y capirote encarnado, con cíngulo rojo, guantes blancos y zapatos negros". Finalmente, el 7 de abril de 1944, Viernes Santo, como culminación de todo ese proceso, participan por primera vez los ferroviarios en la Semana Santa de Valladolid legalmente agrupados en la Cofradía.
Poco después, en 1949, se reconstruye la parroquia de Nuestra Señora de El Carmen, destruida durante la guerra civil española, que se convertirá en sede de la Cofradía, y se comienza a celebrar en el barrio de las Delicias un Via Crucis Procesional el Martes Santo, portando los cofrades a hombros la talla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que se venera en la parroquia.
El papel de los talleres de Renfe: los hachones de petróleo
En aquel momento comenzaron a jugar un papel fundamental en la historia de la Cofradía los talleres de Renfe, situados en el barrio de Las Delicias de la Ciudad. "El sacerdote de la parroquia, Mariano Miguel López, era afin a estas personas de Renfe y en los talleres se comenzaron a fabricar carrozas no solo para esta cofradía sino también para otras que los necesitaban en la ciudad", señala Cristóbal a EL ESPAÑOL de Castilla y León, asegurando que uno de los enseres que se hicieron más representativos de los fabricados allí fueron esos hachones de petróleo.
La expresidenta de la Cofradía destaca que la congregación sigue teniendo estos hachones, y conservándoles, pero reconoce que "eran un poco peligrosos" porque "es difícil que se apaguen, el aire aviva la llama y en su día los llevaban tanto los cofrades infantiles como los adultos". "Se empezaron a dejar de usar porque se empezaron a deteriorar y nos preocupamos por restaurarlos, aunque los hachones que custodian los pasos siguen siendo de petróleo, de los que se hicieron en los talleres de Renfe", comenta.
Estos característicos y curiosos hachones están compuestos de un palo de madera, cuentan también con una chapa y también tienen un cartucho que se rellena de petróleo. "Se hicieron unos nuevos en 1993 pero no nos hemos deshecho de los antiguos porque son nuestros orígenes y siguen custodiando las imágenes. No renunciamos a ellos pero decidimos hacer unos nuevos más actualizados", afirma.
Cristóbal destaca que "aunque las cosas se van modernizando" en cuestión de forja y madera, incluso las varas de directivos, todo se hacía en los talleres de Renfe y comenta la curisoidad de que muchos objetos de la iglesia "tienen aún el escudo de Renfe tallado". "Los hachones de petróleo se ven y se huelen, porque huelen muchísimo, y el humo que echan es un humo negro y al principio cuando llegábamos a la procesión que fuera nos hacían sitio, por el olor y el humo negro que echaban los hachones de petróleo", afirma.
Las procesiones más importantes de la Cofradía
La Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz cuenta con dos procesiones titulares de gran importancia: la del Viernes de Dolores, que en su edición de 2024 tiene lugar este 22 de marzo, y la del Jueves Santo. "Este viernes que es el último viernes de Cuaresma hacemos una procesión rezando un Via Crucis", destaca Cristóbal, apuntando que el objetivo de la congregación era que se convirtiese en "el colofón del último viernes de Cuaresma" haciendo ese Via Crucis por las calles en vez de dentro de la parroquia, ya que el Via Crucis en el interior se realiza todos los viernes de Cuaresma.
Un Via Crucis del Viernes de Dolores que la Cofradía comenzó a celebrar en la Semana Santa de 1994, coincidiendo con su 50 aniversario. En la edición de este año, la procesión saldrá a las 22:00 horas de la noche de este viernes de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen con 'El Santísimo Cristo de la Buena Muerte' y con 'La Vírgen de los Dolores', con el acompañamiento de la banda de Cornetas y Tampores Nuestro Padre Jesús Nazareno de la ciudad.
El recorrido será el siguiente: salida en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, Plaza Virgen del Carmen, Avenida Segovia, Paseo San Vicente, Canterac, Mariano José de Larra, Villanueva, Avenida Segovia y finalización en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen. El rezo de la primera y de la última estación tienen lugar en la parroquia y el resto a lo largo del recorrido.
"El Jueves Santo sacamos a 'El Cristo de la Exaltación' y a 'La Vírgen de los Dolores' y les llevamos a la Catedral donde realizamos un acto penitencial ante el Santísimo Sacramento", señala Cristóbal. La vocal de Relaciones Institucionales de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz destaca que, aunque estas son sus dos procesiones titulares, la congregación acude "a todas a las que les invitan" y, además, a la Procesión General del Viernes Santo, en la que sacan el paso de 'La Elevación de la Cruz'. Una Cofradía vinculada para siempre al ferrocarril y a la historia del barrio de Las Delicias.