“Esta decisión va a generar millones de pérdidas. La tomamos ayer, tras enviar un burofax a Seiasa. Seguimos sin comisión de seguimiento y nos sentimos abandonados ante nuestros problemas”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla, Israel Vaca, que es el secretario de la Comunidad de Regantes Macías Picavea.
Una comunidad modernizada desde el año 2005, en base a los proyectos impulsados por la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) y el Itacyl, y que abarca más de 2.400 hectáreas de regadío en los términos municipales de Medina de Rioseco, Tordehumos, Villabrágima y Villagarcía de Campos. Cuenta con cerca de 600 propietarios.
El pasado 15 de febrero tomaban las calles de Valladolid para protestar frente a la sede de Seiasa para exigir la sustitución de una tubería general, en mal estado, con el fin de poder afrontar con la mayor de las garantías la campaña de riego.
“Estas averías ocasionan unos enormes costes económicos, de forma que la comunidad no puede hacer frente al mantenimiento de la tubería ni a los daños que pudiera ocasionar, ya que hay roturas que provocan el encharcamiento de la carretera VA-505 que discurre paralela a la infraestructura de riego”, apuntan a través de un comunicado.
Por ello, y ante el sentimiento y la sensación “de abandono” por parte de Seiasa, han apuntado que, muy a su pesar, ayer ratificaron, en la Junta General Extraordinaria comunicada al efecto, la decisión de suspender de forma definitiva e indefinida la campaña de riego de 2024.
Todo, con las “desastrosas consecuencias económicas que esto supone parar la comarca y las 600 familias de agricultores y ganaderos cuyos ingresos provienen del regadío y que los sitúa al borde de la ruina”, aseguran.
Por ello piden a Seiasa que “realice las actuaciones necesarias para restablecer y garantizar el servicio de riego como responsable y propietario de la infraestructura”.