El pasado 25 de marzo les acercábamos la batalla de Elisa, la madre de Fabio, para que su hijo recuperara el transporte para desplazarse desde San Pelayo, un pequeño municipio a 33 kilómetros de Valladolid, hasta Tordesillas. Todo dar clase en un aula especial del Colegio Pedro I de Tordesillas.
Fabio es un joven de 17 años con un 98% de discapacidad, parálisis cerebral y rasgos de trastorno autista. “Sufre conductas disruptivas debido a su discapacidad. Ha tenido dos días estas conductas, antes de subir al transporte y le han retirado el mismo”, nos contaba su madre, en unos hechos que se producían, justo antes de las vacaciones de Semana Santa.
En la mañana de este jueves, 4 de abril, y después del Consejo de Gobierno, el portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, aseguraba que “se había retomado el transporte escolar para dar servicio a Fabio”.
“Nuestra idea era la de garantizar la seguridad de Fabio, de la monitora y del conductor. Si hubiera alguna medida más para implantar, de carácter personal y enfocado al problema de Fabio, veremos”, ha señalado Carriedo.
EL ESPAÑOL de Castilla y León ha vuelto a hablar con la madre de Fabio tras las declaraciones del portavoz del Ejecutivo regional. Confirma que este miércoles, 3 de abril, el taxi recogió a su hijo para llevarle al colegio después de un WhatsApp, la noche anterior, que avisaba de que esto ocurriría.
“Vino el mismo conductor, el mismo taxi y la misma monitora que antes de la Semana Santa. Dijeron que iban a pensar en tomar medidas y, lo cierto, es que todo sigue igual. No digo que no las vayan a tomar en el futuro, pero es lo que veo ahora mismo, tras los hechos”, asegura Elisa.
La también alcaldesa de San Pelayo asegura que esto corrobora que “la supresión del transporte a Fabio fue un castigo”, por esas presuntas conductas disruptivas que habría tenido antes de la Semana Santa.