A día de hoy es un esplendoroso pinar lleno de naturaleza y aire fresco, pero su realidad es que hace 120 años estuvo a punto de desaparecer. Hablamos del denominado pinar 'Pimpollada', en el municipio vallisoletano de Simancas. Y esta es una realidad hoy en día gracias a la aplicación de técnicas científicamente fundadas ahora hace más de un siglo.
Así lo explican desde la cuenta de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. A través de un vídeo difundido en redes sociales, el jefe del Servicio de Gestión Forestal, Luis Ignacio Rojo, explica como a sus espaldas se puede ver una "masa estupenda de piño piñonero".
Pero la situación actual no respondía a la que se encontró el ingeniero ordenador del monte, Carlos Castell, hace 120 años. Rojo recuerda que escribió lo siguiente: "Defectuoso es por lo demás el estado del vuelo de la masa arbórea en estos montes, hasta el punto que ni el nombre de masa arbórea debiera recibir en muchos sitios por lo aclarado que se presenta. El vuelo de estos montes ha llegado a un estado lastimoso que urge mejorar por medio de la ordenación, si no han de convertirse en estériles y peligrosos arenales".
Sin embargo, los trabajos allí iniciados han permitido que hoy en nuestros días podamos ser testigos de "primera mano" del resultado de una "labor profesional y técnica de ordenación y gestión que ha durado ya más de un siglo y que siempre ha sido sostenible".
Un resultado que hoy se traduce en un magnífico paraje natural del que disfrutar con responsabilidad y que es un lugar de calma, paz y tranquilidad para aquellos amantes del paisaje verde y frondoso.