San Pedro Regalado fue un monje franciscano que nació en el año 1390, en una vivienda ubicada en la calle Platerías de la ciudad del Pisuerga. Recibió bautismo en la iglesia de El Salvador y tomó el hábito en el convento de San Francisco con solo 13 años. Falleció el 30 de marzo de 1456 en la localidad burgalesa de La Aguilera y ahora es el patrón de Valladolid, que celebrará el 13 de mayo su día.
Poco después de su muerte, la tumba recibía la visita de la mismísima Isabel La Católica, que ya lo consideraba un santo. Sin embargo, no obtuvo tal reconocimiento hasta el 29 de junio del año 1746, tras la canonización por parte de Benedicto XIV en Valladolid, fue ese mismo año en el que sería nombrado patrón de la ciudad.
Estos días, a lo largo y ancho de la ciudad, se celebrarán decenas de actividades en honor a esta festividad y para honrar al patrón. Un barrio, el de San Pedro Regalado, lo hará con especial emoción por el hecho de llevar el nombre de una persona que es ya eterna en Valladolid.
“Serán días muy especiales. Es importante juntarse para festejar. Los vecinos y las vecinas del barrio esperan las fiestas como algo muy suyo. Son unas fechas muy especiales y que están marcadas en el calendario de todos”, explica, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Patricia Abarquero Zurdo, que es desde hace tres años la presidenta de la Asociación Vecinal San Pedro Regalado Los Viveros.
La historia del barrio
La historia del barrio de San Pedro Regalado, como nos cuenta nuestra entrevistada, se remonta “a los años 50” del pasado siglo. Fue entonces cuando “una población de origen rural echó raíces en esta zona de la ciudad” y “comenzó a celebrar por el patrón de Valladolid”.
“El origen del barrio tuvo un sentido benéfico. El Arzobispado promocionó un grupo de viviendas para las clases más humildes y fueron los propios benefactores los que acabaron por llamar así a la zona”, añade Patricia Abarquero para matizar que “el carácter religioso de la fiesta se ha ido desdibujando” pero que “continúa la celebración”.
En la actualidad, el lugar es “estupendo para vivir”, añade la presidenta de la asociación vecinal que “brinda la posibilidad de compartir el día a día con los vecinos y las vecinas de todas las edades”.
La población en la zona ha aumentado notablemente con las construcciones de Viveros, que pasa por ser vivienda protegida, y cuenta con unos 3.000 vecinos y muchas personas que en los últimos años han elegido el barrio para formar su proyecto de vida.
Muchas actividades para honrar al patrón
La Asociación Vecinal de San Pedro Regalado, fue “una de las primeras en constituirse” como asociación familiar y, más tarde, vecinal a partir del año 1976. La junta está formada por un total de seis personas, en su mayoría mujeres, y ha fijado un amplio programa de actividades para estos días festivos.
“Las fiestas se concentran en este fin de semana del 10 al 13 de mayo. Sin embargo, las actividades ya comenzaron el pasado sábado, día 4. El Grupo de Teatro ‘Viejos Deseos’ debutó con su obra ‘La Tortilla de Patata’. Fue un honor que el estreno fuera en nuestro barrio. El mismo día 4 se inauguró, en el Espacio Comunitario La Amapola, la exposición ‘Recorridos’, a cargo de Pilar Rico González, vecina del barrio. Además de concierto y discomovida se ha pensado en el público más pequeño, organizando actividades de Ciencia Divertida, entrenamientos deportivos en colaboración con los clubes del barrio, el Club de Boxeo La Campiña y el Club Deportivo José Luis Saso. También una muestra de Jugger que ha tenido mucha aceptación”, asegura la presidenta de la asociación vecinal.
Una de las actividades que “más gusta” y que “mejor representa el espíritu del barrio” es el Pasacalles. El día 13 los vecinos del lugar se van a despertar a ritmo de dulzaina y van a recorrer las casas y los patios recibiendo vino dulce y pastas. “Es un momento muy especial, mantenemos la esencia más tradicional de las primeras familias que provenían del mundo rural y lo hacemos dando importancia a la raíz, al origen y a todo aquello que nos conecta con los que ya no están”, asegura Patricia.
También se va a poder disfrutar de una chocolatada popular con churros ese mismo día y hay espacio para los concursos de tortillas o para otra gran degustación con una paella como protagonista, un día antes, el domingo 12 de mayo.
Las charangas y la música también invadirán el barrio con la alegría propia de días muy especiales. “Contamos siempre con la colaboración de Roberto Pérez, dulzainero y vecino del barrio que convence a los músicos de aquí y de allá, para llenar nuestras calles con la música tradicional que tanto nos gusta”, explica la presidenta de la Asociación Vecinal de San Pedro Regalado y Viveros.
“Lo importante es que el barrio se lo pase muy bien y disfrute unido. Sin duda, el día de la paella vamos a disfrutar de esa unión, de los encuentros y de esa hermandad en el Parque de la Campiña con el fin de vivir una gran jornada con la mejor compañía y en el mejor entorno”, añade la presidenta de la asociación vecinal.
Apuesta por la cultura y reivindicaciones
“La cultura popular, a pie de calle y accesible a toda la ciudadanía es uno de los puntos fuertes de nuestro programa anual. El Día del Circo lleva ocho años celebrándose de manera exclusiva en San Pedro Regalado, en colaboración con La Escuela de Circo de Valladolid. El barrio siempre responde, acude, adorna las calles y participa. El Festival Regalarte es otra de las fechas que nos conecta con el arte y la cultura. Son ya muchos los artistas que han vestido nuestro barrio con sus pinturas, con sus expresiones, con sus obras en el medio urbano. Este año la cita será en septiembre”, añade Patricia.
A lo largo de los últimos años, las reivindicaciones del barrio han sido muchas. Además del Centro de Salud de La Magdalena, que va a buen ritmo y que podría ser una realidad a finales de este 2024, se ha insistido al Ayuntamiento para la instalación de aparatos biosaludables en la zona deportiva de La Aguilera. También en la mejora y sustitución de los columpios infantiles del Parque de la Campiña.
“Siempre hemos apostado por la defensa de lo público. De la educación, la sanidad y los servicios sociales. De lo que es de todos y todas. Han sido varias las campañas y las actividades de sensibilización en este sentido”, añade nuestra entrevistada.
La incorporación de Los Viveros ha supuesto un reto para el barrio y la Asociación Vecinal de San Pedro Regalado que ha acogido a los nuevos vecinos de la mejor de las maneras posibles.
“Hace apenas unos meses conseguimos que, desde el Ayuntamiento, se nos cediese un espacio que pertenecía al Colegio Natividad Álvarez Chacón, donde daban clase los más pequeños. Ahora lo hemos bautizado con el nombre de Espacio Comunitario La Amapola y quiere ser un punto de encuentro accesible y abierto para todas las personas del barrio”, finaliza Patricia Abarquero Zurdo.
Desde la asociación y el barrio quieren mirar al futuro “aprendiendo los unos de los otros” y “sintiendo” que forman parte de una misma comunidad.