De coco y arroz, de yogur y zanahoria o de piña y ginseng, estos son los sabores que el mejor amigo del ser humano, el perro, puede degustar. Se avecinan días en los que el sol aprieta, el verano asoma con sus tórridas temperaturas y las heladerías hacen funcionar su laboratorio para ofrecer los manjares para aliviar al menos el sofocante calor. Pasear y tomar un sabroso helado sentado acompañado de tu mascota. Suena espectacular. El cariño que se recibe de nuestros amigos peludos tiene que ser recompensado de alguna manera, pero no basta con ofrecerles cualquier alimento que suponga un problema para su salud.
Preocupado de ver cómo sus clientes ofrecían su helado a sus perros, Luis Torío Farto, natural de la provincia zamorana de Benavente y quien regenta desde hace diez años la heladería Gelati Ernesto, decidió ofrecer un helado especial y destinado exclusivamente a los perros. “Los helados que saboreamos las personas tienen sacarosa, una sustancia que no tolera el organismo de los animales”, afirma Torío en su deseo de ofrecer un producto sano y adecuado para las mascotas que les “sentará bien”.
Una pequeña cámara frigorífica guarda estos postres que pueden degustar nuestros amigos peludos siempre que su dueño lo decida así. “Los elaboramos aquí en el obrador, nuestro laboratorio, siempre con alimentos naturales y frescos”, confiesa Torío, quien exhibe con orgullo los distintos sabores que se ofrecen. Una tarrina de helado de coco y arroz, otra de yogur y zanahoria y la tercera, de piña y ginseng, una raíz similar al jengibre que estimula la resistencia y evita el agotamiento. El precio de estas tarrinas es de 3,20 euros. El disfrute entre dueño y perro será compartido.
“La gente se sorprende al ver que vendemos helados para perros, pero estamos abiertos a todo. Yo tengo perro y no quiero que coma alimentos que supongan un problema para la salud. Era consciente que en sitios como las islas Baleares o Canarias se vendían, pero aquí en Valladolid creo que somos los primeros en ofrecerlo. Desconozco si también lo venden en las tiendas de animales”, destaca el propietario de la heladería Gelati Ernesto, ubicada en el número 10 de la calle Ferrari y también conocida por la “heladería de la vaca” por la colocación de una estatua de una vaca de grandes dimensiones en los soportales de la Plaza Mayor. Torío explica que se debe a que todos sus helados están elaborados con leche fresca de vaca, de ahí que decidieran instalar una réplica del animal en el centro de la ciudad. Además, adelanta que tiene pensado instalar otras dos réplicas en las terrazas del edificio que se sitúan sobre la heladería.
Este es el décimo año al frente de la heladería que recibe el nombre por su cuñado Ernesto. “Era italiano y falleció en una colisión con la moto en plena pandemia, cuando las personas no salían a la calle. Era veterinario y le encantaban los helados. Él fue el ideólogo de esto. Abrí la heladería por él con el deseo de triunfar en Valladolid”, explica.
Cajas de fresas, plátanos, naranjas, limones y bolsas de zanahorias se agolpan en el obrador. No hay duda de que este heladero elabora sus productos con alimentos naturales, un tema en el que incide para destacar sobre el resto de los negocios. También insiste en la necesidad de adaptarse a todas las personas. “Llegan muchos clientes que son alérgenos o intolerantes. Damos mucha importancia en ofrecerles un buen producto que se adapte a sus necesidades con la mejor atención posible”, prosigue Luis Torío.
En su afán por crecer, desde hace años regentan también una pequeña caseta en la calle Santiago. “Queremos llegar a todos los vallisoletanos y aprovechar el funcionamiento del obrador”. Esta necesidad por adaptarse a todos ha llegado también al ámbito de las mascotas.
Gelati Ernesto presume de su negocio, tanto es así que, en su décimo aniversario desea que todo siga “como siempre”, sin que la venta de estos deliciosos postres decaiga, pero también está el deseo de que los helados para perros triunfen. Seguro que muchos de los dueños y dueñas de mascotas estarán contentos de poder disfrutar de un plan junto a su peludo con un producto que puedan degustar ambos.