Fue allá por el año 1973, cuando José Carlos Llanos comenzó a trabajar como auxiliar en la Farmacia del Paseo San Vicente número 22, antes era el 16 por un cambió en la numeración de dicha vía. No comenzó a currar allí por vocación, como asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, sino que lo hizo por la necesidad de “aportar dinero en casa”.

El pasado 2 de mayo, justo un día después de que se concretase su jubilación oficial, la Asociación de Vecinos del Barrio de las Delicias homenajeaba a nuestro protagonista. Todo, en un acto al que acudía el concejal de Comercio, Víctor Martín Meléndez, y en el que Luis Miguel Trapote, presidente de la Asociación Vecinal, le entregaba una placa conmemorativa por su labor a lo largo de todos estos años.

Lo mismo que se hizo con Carmen, la quiosquera más famosa del barrio vallisoletano que también se jubilaba el pasado 28 de diciembre de 2023 bajando, por última vez, la persiana de su negocio. Dos personas que lo han dado todo por sus vecinos y que dejan un recuerdo imborrable.

Imagen de la placa entregada a José Carlos por la Asociación de Vecinos del barrio de Las Delicias Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

De la necesidad virtud y una farmacia en Delicias

Me considero una persona de su barrio, cercano. También conocedor, y a la vez muy entendedor, de los problemas, desde la mayor de las confidencialidades, de sus clientes”, asegura, en declaraciones a este periódico, nuestro entrevistado que se declara amante de la fotografía, de pasar tiempo con sus amigos, y al que le gusta viajar.

José Carlos tiene ahora 65 años, pero con solo tres llegó a Valladolid. Con 14 años “no tenía claro a lo que quería dedicarse” pero “urgía aportar dinero en casa” por lo que “debía encontrar un empleo” rápidamente y se puso manos a la obra para conseguirlo, como finalmente sucedió.

“Yo vivía en Pajarillos, pero después me mudé a Delicias. En el barrio, en la farmacia del Paseo de San Vicente vi que ponía un cartel en el que se necesitaba aprendiz. Fui a ofrecerme y han pasado 51 años desde ese momento”, asegura orgulloso nuestro entrevistado.

Y ahí empezó, un 12 de julio del año 1973 como aprendiz en esta farmacia de Delicias, barrio en el que lleva viviendo 30 años.

Contento con su jubilación tras el gran trabajo realizado

“Afronto mi jubilación, que cuenta desde el día 1 de mayo de 2024, con mucha ilusión y con la expectativa de tener más tiempo para hacer lo que más me gusta como es viajar y visitar a mis amigos. También disfrutar de la familia, de mi mujer e hijo, y retomar el hobby de la fotografía”, señala José Carlos.

Los vecinos se alegran de que al farmacéutico de toda la vida le llegue ya el tiempo para disfrutar de su merecida jubilación y le han felicitado hasta la saciedad. Ahora, se extrañan al pasar por la farmacia y no ver la cara de la persona que los llevaba atendiendo, ni más ni menos, que 51 años.

“En todo este tiempo procuras dar siempre el mejor trato a los clientes con un trabajo de excelente calidad. Tanto cuando comencé, que repartía medicamentos por la calle, como cuando entré dentro de la farmacia. He podido hablar con ellos de cualquier tema. Me congratula el hecho de poder haber hablado con ellos de cualquier tema. Ha sido inolvidable”, añade.

Emoción en su homenaje

José Carlos vivió el homenaje que le brindó su barrio el pasado 2 de mayo “con mucha emoción” porque, como confiesa, es algo que “no se esperaba” y quiere “dar las gracias” a los organizadores que se esmeraron por dar la mejor de las despedidas a su vecino.

“La despedida tras la jubilación ha sido, por un lado, con una comida homenaje de la empresa, en un acto que fue muy emotivo y cariñoso, y después por parte de la Asociación Vecinal de Las Delicias, en un gesto que agradeceré de por vida”, explica nuestro protagonista.

Ahora, el objetivo del farmacéutico pasa por disfrutar de la vida, de sus hobbies, de su familia y de sus amigos. Merecido lo tiene tras 51 años de brillante trabajo.

 

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