Desde que a eso de las 20.30 horas de este domingo, 26 de mayo, se consumara el ascenso del Real Valladolid a la máxima categoría del fútbol español, con una remontada épica de los de Pezzolano y la derrota del Eibar en Gijón ante el Sporting, la ciudad del Pisuerga se ha teñido de fiesta.
El gol de Sylla, de penalti, consumaba las aspiraciones del conjunto blanquivioleta con ese 3-2 mágico que les permitía hacer real el sueño del ascenso que hace un par de meses se antojaba complicado y decenas de aficionados tomaban, en la noche del domingo, la Plaza de Zorrilla para alargar la fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Este lunes las celebraciones han continuado en una fiesta apoteósica para celebrar ese ascenso del Pucela con una fiesta apoteósica que ha cargado de alegría las calles de la ciudad pucelana.
La celebración ha comenzado, a eso de las 18.45 horas, en la Leyenda del Pisuerga, en un paseo por el río desde el hotel AC hasta el embarcadero de la Playa de las Moreras donde los jugadores y también el entrenador y el, aún presidente Ronaldo, han disfrutado en un paseo fluvial con el colorido de unos aficionados que se agolpaban en los puentes de la ciudad por los que ha pasado la embarcación, hoy teñida con los colores blanco y violeta.
Todo hasta pisar tierra firma, allá por las 19.20 horas de la tarde y antes de arrancar un paseo en bus por el corazón de Valladolid para prolongar la fiesta acompañados por toda la hinchada blanquivioleta que ha colapsado la ciudad.
El recorrido en autobús, que ha durado unos 45 minutos, ha arrancado en Moreras, para pasar por San Quirce, Angustias, Echegaray, después ha seguido por Arzobispo Gandasegui, Plaza de la Universidad, López Gómez, Plaza España y llegar hasta Miguel Íscar, Plaza Colón, Gamazo, Duque de la Victoria, Ferrari y acabar en la Plaza Mayor, en el Ayuntamiento, y en el corazón de la ciudad.
En el corazón de la ciudad se han vivido auténticos momentos de euforia con unos jugadores exultantes tras haber conseguido el objetivo del ascenso y con el colorido que ha puesto una afición volcada con los suyos.
A eso de las 20.10 el equipo llegaba hasta el Ayuntamiento de Valladolid donde el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, ha recibido al equipo al grito de “Pucela os quiere”. Ronaldo, en una breve intervención en la casa consistorial ha dicho aquello de “Aúpa Pucela”, mientras piensa más en vender que otra cosa.
El presidente, todavía, del Real Valladolid ha entregado una camiseta del Pucela al primer edil vallisoletano mientras los jugadores, también presentes, han cantado al brasileño aquello de “Ronnie quédate”, aunque no parece que vaya a tener mucho efecto.
A renglón seguido, ya en el balcón, Paulo Pezzolano ha sorprendido a propios y extraños cantando aquello de “Pezzolano dimisión” comenzando una fiesta única en la que han participado todos los jugadores, que uno a uno, han ido tomando la palabra ante el jolgorio de una Plaza Mayor de Valladolid llena hasta la bandera.
Todos los aficionados han cantado el himno al unísono pasadas las 21.00 horas. “Banderas blancas y violetas…”, qué bien sonaba ante una ciudad volcada.
La fiesta ha sido única en una ciudad como Valladolid que puede presumir, apenas un año después, de tener un equipo de Primera División.