Andrea Sierra (izquierda) y Teru Riesco (derecha), las dos jóvenes que han fundado la compañía 'Toca tocón' en Valladolid

Andrea Sierra (izquierda) y Teru Riesco (derecha), las dos jóvenes que han fundado la compañía 'Toca tocón' en Valladolid

Valladolid

"Huimos de la gracia fácil": las dos intrépidas actrices que con 22 años ya tienen su propia compañía de teatro

Teru Riesco y Andrea Sierra estrenan este viernes su primera obra, para público familiar y en el Teatro Cervantes de Valladolid

13 junio, 2024 07:00

Únicamente tienen 22 años y ni siquiera han acabado todavía sus estudios en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, pero Teru Riesco Bárcena (Valladolid, 10-4-2002) y Andrea Sierra Gracia (Zaragoza, 7-9-2001) son la cabeza pensante de 'Toca Tocón', una compañía teatro de reciente creación que este viernes estrena su primera obra en el Teatro Cervantes de la ciudad del Pisuerga.

'Que llueva, que llueva' es la primera, esperan, de muchas que vengan en un futuro. Pero antes de nada, vamos a descubrir la historia de estas dos intrépidas actrices que vienen cargadas con muchas ganas de dedicarse al mundo de las artes escénicas.

Mientras Teru despertó su interés por el teatro de forma "intuitiva", Andrea viene de familia de artistas. "A lo largo de estos años en la Escuela me he dado cuenta de que el teatro me conecta con mi centro de una forma muy bonita y saca a la luz un juego de mi niño interno que me hace estar en el aquí y ahora", explica Teru. "Tienen (la familia de Andrea) una compañía de teatro infantil y circo, así que he crecido viéndolos a crecer a ellos como artistas. Cuando era pequeña me embelesaba en sus actuaciones", añade por su parte la joven maña.

Teru y Andrea se conocieron en el primer curso cuando comenzaron sus estudios en la ESADCyL. Desde entonces, han trabajado "mucho juntas" y, aunque son amigas desde hace cuatro años, sienten que el iniciar este proyecto unidas les ha "unido de otra manera mucho más cercana", señala la intérprete aragonesa. "Nos pegamos prácticamente todas las horas del día juntas, si no es con cosas de 'Que llueva, que llueva', es con cosas de clase o si no para tomar helado. Las ganas y la ilusión de crear y trabajar nos ha unido mucho", insiste Andrea.

Por su parte, la vallisoletana se remonta a su primer recuerdo con Andrea, que fue en el pasillo de la escuela, antes de entrar a clase de teatro infantil, decidiendo si coger esa misma optativa o comedia del arte. "¡Y míranos ahora! Siento que siempre hemos conectado, y cada vez más, de una forma muy bonita tanto en lo personal como en lo profesional", recalca.

Toca Tocón nace por una idea de Andrea, cuando su amigo Lorenzo Asensio 'Loren' le enseñó un cuento que escribió hace ocho años. Dicho libro le encandiló y le propuso crear una obra alrededor de la historia del mismo. "Fue entonces cuando hablé con Teru para hacerlo juntas. Empezamos a jugar creando la atmósfera y el imaginario de la obra, descubriendo los personajes", relata la joven zaragozana. 

"Andrea es la responsable de estar metidas en este maravilloso berenjenal. Ella me propuso esta idea a principios de curso a través del cual podíamos explorar ámbitos del teatro que nos llamasen la atención", añade Teru. Todo se inició con ambas intérpretes y Loren, pero a medida que el proyecto fue avanzando se fue sumándose gente al equipo. "Poco a poco fue llegando gente, la decisión de tomar la dirección de la obra, de formar una compañía y ver el proyecto como algo a futuro... he de decir que me costó decidirme, pero no puedo estar más contenta de haber dicho que sí", aclara la vallisoletana.

A Teru, Andrea y Loren se unieron luego Inés Paniagua, encargada de todo el diseño artístico, Aitana Díez, la tercera actriz en esta historia, y Gabriela Morantes, la encargada de la escenografía y el diseño de luces. "No creo que hubiésemos llegado hasta aquí sin ellos", afirma con rotundidad la maña.

Cómo nació Toca Tocón

Con el proyecto en marcha, fue en un viaje a Zaragoza para hacer un intensivo sobre la obra cuando decidieron asociarse. Fue entonces cuando surgió una "lista interminable" de nombres relacionados con ellas o con momentos del proyecto. Finalmente, se decantaron por lo "supersticioso, con tocar madera, con conectar con el origen, la raíz, el tocón". "También partía de algo juguetón y rítmico, así como una frase que podríamos utilizar para decir: hoy tocamos, hoy nos toca, hoy toca tocón", añade Teru.

"Viene también del primer ensayo de acercamiento a la obra ya finalizada. Primero hicimos una etapa de ensayos en la que nos proponíamos ejercicios para encontrar el personaje y el mundo imaginario, pero a partir de enero comenzamos a acercarnos más a las escenas. Siempre lo hemos hecho a través del juego, mientras una de las dos guiaba a las demás desde fuera. En ese primer ensayo, Teru estaba mirando acciones que Aitana debía narrar, y recuerdo que cogió 'algo' del suelo y que Aitana no conseguía acertar con lo que era. Resultó ser un tocón de madera. Fue un ensayo muy divertido", puntualiza Andrea.

Teru y Andrea, amigas, compañeras y ahora creadoras de Toca Tocón, compañía con la que se estrenan este viernes en el Teatro Cervantes de Valladolid

Teru y Andrea, amigas, compañeras y ahora creadoras de Toca Tocón, compañía con la que se estrenan este viernes en el Teatro Cervantes de Valladolid

Andrea y Teru fraguaron su unión, a nivel profesional, a través del teatro. Un sector que la primera de ellas lo concibe como "constancia" y un lugar donde a través del juego y la diversión nacen "cosas maravillosas". También un espacio de "conexión con uno mismo y con el otro", según Teru, y donde ahondar en "pozos personales que de otra forma no te atreverías a tocar". 

Para la vallisoletana lo que más le llama del teatro son los "procesos de creación. "Ese espacio dónde investigar, explorar, crear sin límites, ni barreras", añade. Andrea lo que más disfruta son los ensayos y de todos esos meses de trabajo, donde pones "todo lo que tienes a disponibilidad de la creación, del juego, de la conexión que se crea entre las personas que trabajas".

'Que llueva, que llueva' se subirá ante un escenario con público por primera vez a partir de este viernes. Allí, los asistentes se encontrarán una "historia muy curiosa". La de Cortina y su amiga diosa de la lluvia Monzón. "Tiene ese punto fantasioso que tienen los cuentos que te hacen conectar con el niño interior, y seguro que saca alguna que otra carcajada con los diferentes personajes que van apareciendo, igual también alguna lagrimilla, quién sabe", explica Andrea.

A fin de cuentas, una obra "divertida y bonita a su vez". "Una historia en la que todos podemos conectar en algún que otro momento y cuyos personajes nos van a hacer sonreír de emoción y llorar de risa. Esperemos. Habrá canciones títeres, bailes, cuentos...", añade Teru.

Una obra dirigida a un público familiar porque este target les da la opción de "poder moverte por pueblos en los que tanto el abuelo como el nieto disfruten", señala Teru. "Llegar a públicos tan diferentes era algo que nos llamaba la atención. La posibilidad de tener recorrido con la obra en esta industria tan complicada", subraya.

También porque es uno de los "mayores retos del teatro", pues son personas de todas las edades y es "muy complicado captar la atención y la emoción" de todos ellos, destaca Andrea. "Nos puede hacer crecer como actrices, puede que un día venga un público muy variado y de todas las edades, u otro día solo niños, o puede que un día solo vengan personas mayores. Como intérpretes, tenemos que tener muy en cuenta quién está viendo y saber readaptar y jugar el tipo de público que tenemos", relata la aragonesa.

Con "vértigo" y sabiendo del "riesgo"

Los inicios nunca están exentos de dificultades. Y de eso también son conscientes Teru y Andrea. "Ya solo con intentar hacer nuestra propia compañía para poder autogestionar nosotras todo el tema económico, de distribución y demás ha sido muy complicado", reconoce la maña. Sin embargo, el riesgo es "emocionante" y te hace "aprender y conocer mucho".

"Me da cierto vértigo, y más estando a punto de acabar la Escuela, pero al mismo tiempo considero que somos tías muy currantes y quiero pensar que si trabajas mucho en una determinada cosa, alguna salida te tendrá que salir, aunque sean cosas intermitentes y no del todo estables. Tengo ese pálpito", apostilla Teru.

Toca Tocón se caracteriza por ser una compañía en el que lo "más importante" es que estén todos "a gusto", donde sea un lugar de trabajo de "creación colectiva" y que si en algún momento alguien no se encuentra bien y necesite parar, "no hay ningún problema". "Siempre hemos valorado que es muy importante encontrarse cómoda cuando trabajas con un grupo de personas y, más aún, si es un proyecto tan personal y vulnerable como una obra de teatro", explica Andrea.

Se califican como dos peronas "bastante cercanas y positivas", algo que tratan de trasladar a la compañía y también en redes sociales y el montaje. "Vemos Toca Tocón como un espacio de exploración personal, ahora mismo relacionado con lo infantil-juvenil-familiar, y creo que es novedoso, sin ser nada extraordinariamente nuevo, la exploración de nuevos lenguajes en torno a este tipo de públicos. Huyendo de la gracia fácil y tonta, utilizando las herramientas que vamos adquiriendo y mirando al espectador horizontalmente, o incluso mirándolo desde abajo con ojos curiosos", añade Teru.

El Teatro Cervantes descubrirá desde este viernes a Cortina y Monzón, encarnadas en Teru y Andrea, dos intrépidas actrices que se inician en el mundo de la interpretación con un proyecto personal propio a sus solo 22 años y con origen en Valladolid.

"Cortina diría que necesitamos de la ayuda de todo el mundo para que Monzón vuelva a ser la Diosa que era. Las rogativas solo funcionan cuando todos las cantamos. Si queréis conocerlas, pasaros el viernes por el Teatro Cervantes a echar una mano a Cortina y Monzón, y así echar la otra a Teru y Andrea que son dos chicas muy majas que os acogerán como en vuestra casa. ¡Tenemos hasta Merchandising!", zanjan estas dos jóvenes actrices.