Han sido cuatro meses largos, muy largos, para José Moro. La noche del pasado 18 de febrero, una persona entró en las instalaciones de Cepa 21 a hurtadillas y decidió abrir cinco depósitos que resguardaban tres de sus mejores vinos. Por suerte, o por desgracia, solo tres de ellos estaban llenos y en total se fueron por el sumidero 60.000 litros de estos caldos que alcanzan un valor superior a los 2,5 millones de euros. Hoy, jueves 27 de junio, se detenía a la presunta autora, una exempleada que había sido despedida días antes. Un hecho que supone un "alivio" para el bodeguero, que cree que así ha quedado "absolutamente claro quién ha sido y quién no". "Necesitábamos la verdad para que se clarificara y se limpiarán todos estos malos y perversos comentarios", responde el bodeguero en conversación directa con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.

Y si es que hay algo que le ha dolido especialmente a José Moro durante este periodo, son una serie de "comentarios malintencionados" que ponían en entredicho la autoría de este sabotaje. "Lo que se puede enmendar ahora, sin duda, es toda esa cantidad de comentarios malintencionados que ha habido en el sentido de quién podría haber sido el autor o la autora de tal barbarie. Eso ya con la detención de la presunta autora queda absolutamente claro quién ha sido y quién no. Ha quedado absolutamente claro la calidad del vino y toda la reputación de Cepa 21. Sin duda, la gente noble y de valores nunca podía haber pensado en una atrocidad así, pero ha existido y por eso para mí es un día importante y me siento muy contento", señala.

Desde aquel día, el 18 de febrero, José Moro ha venido manteniendo contacto con la policía judicial del caso, aunque no le han podido dar mucha información pues la investigación se encontraba bajo secreto de sumario. Todo, ha terminado por dilucidarse este jueves, aunque a pesar de la detención de la presunta saboteadora y la investigación de su pareja, todavía permanece el caso abierto sin que se descarten más detenciones. "Me decían que tuviera confianza porque, aunque era difícil, iban a poder llegar al presunto culpable y así ha sido", celebra.

Nuevo vídeo del asalto a la bodega Cepa21

La responsable de la "barbarie", tal y como define Moro al suceso, ha resultado ser supuestamente una exempleada a la que se le había comunicado su despido 15 días antes y acabó su contrato justo dos días antes de los hechos. Llevaba un año trabajando para Cepa 21 y el motivo de su despido se debe a que en la bodega tienen unos periodos de trabajo más altos en vendimia y en Navidad, y cuando baja se ajusta "un poco más la plantilla". "En este caso, le tocó a ella y la avisamos con antelación suficiente para que pudiera encontrar trabajo y a los dos días de salir de aquí pues es cuando se produjo el atentado", asegura.

Aunque reconoce que en estos cuatro meses ha encontrado "aspectos positivos" como el trabajo de la policía judicial y la "solidaridad" con la marca que ha recibido "compresión y cariño", también sufre una sensación agridulce por, además de por los "comentarios que han perturbado un poco la convivencia entre nosotros y los trabajadores", la experiencia con el seguro.

Y es que Moro explica que al principio experimentó "una cordialidad total" con su seguro, la compañía Mapfre, llegando a valorar todos los años y a peritar "todo lo que se podía". Sin embargo, con el paso del tiempo el comportamiento del seguro fue "decadente" y subraya que todavía no les han pagado nada de esa compensación por los 2,5 millones de euros en pérdidas. "Desde el punto de vista de la ley ya ha expirado la fecha en la que lo tendrían que haber hecho", afirma con rotundidad.

El bodeguero vallisoletano critica el comportamiento "lamentable" porque cuando "más lo hemos necesitado, es cuando menos ayuda hemos tenido". Algo que le hace estar "muy triste" en ese sentido porque una compañía que, "aunque aparentemente tiene mucho prestigio", luego "dejan mucho que desear". 

De esa experiencia con el seguro, destaca que en un principio le dijeron que el saboteador podría ser una persona relacionada con la bodega y, en ese caso "parece ser", que existe una cláusula por la que no les pagarían nada. Además de ello, una vez conocido que la arrestada es ya ajena a la empresa "porque lo ha dicho la Guardia Civil, tampoco nos van a pagar". "Se han ido escabullendo de todas las responsabilidades y encima de malas maneras y eso es muy triste y muy lamentable", denuncia.

Preguntado por si tienen la intención de inciar acciones legales contra Mapfre, José Moro ha sentenciado que "evidentemente nos tendremos que defender como podamos, sin duda". Pero a pesar de todo ello, el alivio en el bodeguero es patente porque "ya hay una presunta que tiene unas pruebas y luego ella tendrá que demostrar que no era así". "Eso nos da tranquilidad y más fuerzas para seguir con esta marca tan grande como Cepa 21 y seguir creciendo como está creciendo", insiste.

Respecto al sabotaje, José Moro ha explicado que de las cinco llaves que cuentan para el bombín de la puerta por la que entró, no faltaba ninguna, por lo que "seguro que en un momento dado las sacó e hizo alguna copia". "Preparó todo y entró, con fluidez, andando e intentó desactivar la alarma, pero como no estaba dada porque estaba yo esa noche en la bodega, al desactivarla digamos que la activó, ahí se asustó, la volvió a desactivar y rápidamente abrió cinco depósitos", relata el bodeguero.

Con los vídeos de los hechos en la mesa, Moro reconoce que ya sospechaban de ella porque las declaraciones de la "mayoría de trabajadores que eran compañeros suyos" apuntaban a la misma por sus movimientos a la hora de moverse. "Son temas muy sensibles en tanto y cuanto no hubiera las pruebas suficientes, por lo que había que mantenerlo con calma, pero evidentemente sí se sospechaba de ella", reitera. No obstante, admite que los días previos de antes no denotaron "nada que nos alertara que pudiera cometer el sacrilegio que cometió".

Pero de al final de todo se saca una nota positiva. Y es que José Moro y Cepa 21 han tomado una decisión con los restos del vino que, por fortuna no se derramó de los depósitos. "Casi casi no nos dimos cuenta, pero entre la boca por donde salió el vino y la base del depósito han quedado mil litros de cada uno de esos vinos. Les vamos a embotellar con una etiqueta especial y esas 1.300/1.400 botellas las vamos a dedicar todas a tema solidario y ayudar a los demás. Ya que procede de una maldad tan grande, queremos que culmine con un acto de solidaridad", zanja.

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