Arrancó la primera del ciclo iscariense con una corrida bien presentada y debidamente arreglada como mandan las bases para el rejoneo, pero carente de emotividad, de raza y de emoción. Se corrieron dos toros de Hermoso de Mendoza, (1º y 4º) tres de José Rosa Rodríguez (2º, 5º y 6º) y uno de Moura Caetano (3º).

Se salvó el que cerraba festejo; un buen animal del hierro de José Rosa Rodríguez que cayó en manos de Guillermo Hermoso de Mendoza. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo en un gesto que honra al usía de turno: el portillano y gran aficionado Ángel Capellán, presidente de la Asociación de Caballistas “Tierra de Pinares”.

Guillermo Hermoso de Mendoza

Con él, el hijo del ya mítico rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, y de nombre Guillermo, realizó una faena de muchos quilates; variada desde que paró al buen toro rejón en mano con esa técnica habitual que tienen los Hermoso, clavó certero, con maestría y arte sublime los rehiletes largos para después poner rosas y dos pares de banderillas cortas a dos manos.

Todo un espectáculo el que exhibió Guillermo, que remató su faena con un rejonazo eficaz poniendo a la plaza en pie que pedía las dos orejas de forma contundente. Las paseó lleno de satisfacción.

Con el primero de su lote no estuvo afortunado, ante un animal de Moura Caetano sin raza ni clase y al que pinchó en repetidas ocasiones. Destacar un par de banderillas largas a dos manos que fueron espectaculares. Su labor fue silenciada.

Sergio Domínguez

El veterano rejoneador de Calahorra sabe llegar fácil a los tendidos con ese rejoneo vistoso y alegre que practica. Fueron dos faenas parecidas a dos toros de Rosa Rodríguez de distinta condición; el primero distraído y sin fijeza y el segundo tuvo pies de salida al que esperó en la puerta de chiqueros.

Con ambos estuvo francamente bien en todas las suertes, sabiendo superar las dificultades que le ofrecieron; sus piruetas en la cara de los toros y las alzadas hacen que el tendido vibre de emoción. Cortó una oreja de cada astado y salió en volandas junto a Guillermo Hermoso.

Pablo Hermoso de Mendoza

Se despidió a lo grande el maestro del rejoneo por antonomasia, aunque solo cortó una oreja. Pero el homenaje que recibió del público iscariense, y “El Rey” que le cantaron las tres charangas habituales en ferias, fue de una grandeza inusitada y llena de emoción.

No obstante, las “hermosinas”, los quiebros y el temple que realiza el de Estella cuando lleva al toro pegado a su cola  o al estribo, son de una armonía plena, de una belleza sublime.

No era tarde de brillo con los astados que sorteó, era tarde de emociones, como recordaba a los micrófonos de Grana y Oro en una entrevista que se emitirá próximamente. “Iscar me vio actuar cuando aún no era nadie en esto y siempre fue fiel conmigo, estoy muy agradecido a las gentes de Iscar”.

Sorteo de una potra

En el cuarto toro se procedió a la entrega de una potra donada por el propio Pablo Hermoso; correspondía al sorteo que había programado la empresa Euro Tauro Luján entre sus abonados. El propio rejoneador y el empresario del coso, Enrique Luján, hicieron entrega del animal al afortunado ganador.

Por cierto, 1060 abonados y algo más de 660 entradas vendidas en la tarde de ayer, según datos facilitados por la empresa. Nos pareció una entrada muy pobre para un cartel tan sumamente interesante, sobre todo en la despedida de un grande del rejoneo. En fin.

Destacar que la banda de música de la AMI (Asociación Musical Iscariense) estuvo brillante toda la tarde con la interpretación de numerosos pasodobles taurinos.

Les ofrecemos una amplia galería de fotos de nuestro colaborador medinense Fermín Rodríguez.

 

 

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