Corrida mixta la celebrada en el coso de Medina del Campo para conmemorar el 75 Aniversario de la Plaza. Casi lleno en los tendidos. Al finalizar el paseíllo sonó el Himno Nacional.

Se lidiaron dos toros de la familia Capea para rejones, de buena condición y con buen tranco, rompiéndose la mano el primero de ellos durante la lidia; dos toros de Núñez del Cuvillo para Cayetano que dieron muy buen juego, y dos novillos del mismo hierro para Marco Pérez indultando al primero de ellos.

Diego Ventura

Estuvo a un gran nivel el de La Puebla del Río toda la tarde demostrando que es la máxima figura del rejoneo en la actualidad. No pudo en el primero de su lote, que brindó al alcalde de la localidad Guzmán Alonso, redondear la faena al romperse una mano el toro por lo que tuvo que abreviar con el rejón de muerte.

Buen toro el de la familia Capea que hasta ese momento estaba permitiendo a Ventura desplegar su tauromaquia.

Ya en el segundo, un toro con mayor presencia que el anterior, bravo, con transmisión y buen tranco, Diego Ventura dio una auténtica lección de cómo llevar encelado a lomos de “Nómada” a un toro galopando a dos pistas consiguiendo dar toda una vuelta al platillo con el de Capea a la cola, hasta en dos ocasiones.

Impresionante el torero y el toro. Con otro caballo de su cuadra, “Lío” en esta ocasión, puso un par de banderillas a dos manos que desató la locura del público. Rayó a un gran nivel el centauro de La Puebla toda la tarde, citando de frente y lejos para en el momento del embroque batir al pitón contrario y clavar en todo lo alto. Mató de un rejonazo al segundo encuentro. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro. El rejoneador tuvo el detalle de brindar uno de los toros al alcalde de Medina del Campo, Guzmán Gómez.

Cayetano

Lidió el torero madrileño en primero lugar un gran toro, escasito de presencia pero noble, con fijeza y desplazándose por ambos pitones con la cara abajo. No se acopló en ningún momento con él andando muy por debajo de la condición del burel. Tandas y tandas sin decir absolutamente algo y sin llegar al público. Prueba de ello fue el veredicto final del respetable: silencio.

En cambio en el segundo, Cayetano fue el único que le vio faena. Toro de buena presencia pero muy blando de remos desde el inicio, tanto es así que fue fuertemente protestado por el público. Pidió raudo y veloz Cayetano el cambio de tercio tras recibir un picotazo el Núñez en el caballo.

Y también se apresuró a solicitar el cambio de tercio en banderillas ante el temor que le echaran para atrás porque ya por entonces le había visto cositas buenas al de Núñez.

Empieza la faena por arriba desplomándose de nuevo el toro lo que intensificó las protestas del respetable, pero poco a poco y con un trasteo a media alturita Cayetano fue consiguiendo que el animal, que tenía muy buena condición, se fuera afianzando en el ruedo.

Meritorias las tandas que fueron surgiendo por ambos pitones, templadas, sin tirones, llevando al toro muy suave y metido en la muleta. Gracias a ello el toro se vino arriba y Cayetano pudo lucirse de mitad de faena en adelante con un toro solo él vio. Gran faena la del madrileño que cortó una oreja tras pasaportar al toro con una estocada traserilla.

Marco Pérez

Excelente toro el lidiado por el novillero salmantino en primer lugar al que recibió por verónicas toreando de rodillas poniendo al público de pie. Recibió un buen puyazo el animal en el caballo.

A continuación quitó Marco por chicuelinas rematadas con un revolera. Destacó en las banderillas Rafa González. Brindó al público Pérez, y a partir de aquí señores…se desató la locura. Inició la faena de muleta con un afarolado de rodillas para seguir toreando por ambos pitones.

El novillo apretaba y Marco ya de pie, le dio sitio. Brotaron tandas con la diestra y la izquierda (la de los cortijos) impregnadas de clase y torería, con el aplomo de un matador de toros de veinte años de alternativa, con la figura desmayada y metiendo los riñones. Ora por aquí, ora por allá, y el público de pie.

Perfecto el planteamiento de la faena y el armazón de la misma, todo con un sentido, con un porqué. Gran toro el de Núñez del Cuvillo, eso sí, no para indulto y máxime aún cuando en los últimos instantes de la faena el novillo se rajó y se fue en busca de las tablas.

En aquello estaba el público pidiendo el indulto y el torero que es listo como él solo (el maestro Andrés Vázquez en una ocasión me dijo que esto era para listos) se “entretenía” a la hora de entrar a matar hasta que el Presidente claudicó ante la petición mayoritaria del respetable, y sacó el pañuelo naranja.

Dos orejas y rabo simbólico. Es el primer novillo que se indulta en la Plaza de Toros de Medina del Campo. Su nombre: Hatero, herrado con el número de 175 de la divisa gaditana que pasta en El Grullo.

En el segundo y último de la tarde, un novillo castaño, capirote y ojo de perdiz, noble y de buena condición pero falto de fuerzas, Marco Pérez salió de nuevo arreando. Lo recibió con unas verónicas de ensueño, con la figura muy bien compuesta pero mandando con el capote, echando la pata “palante” (que tan poco se ve hoy en día) y acompañando con el cuerpo.

Descabalgó el de Núñez al picador en su encuentro con el caballo. Con la muleta Pérez volvió a dar una lección de colocación en la cara del novillo, de las distancias y de las alturas. Cómo le funciona la cabeza a este muchacho.

El utrero se fue viniendo a menos por su falta de fuerzas por lo que Marco se fue a por la espada recetándole una estocada con el animal y muy pegado en tablas. Oreja.

En resumen, bonita tarde la vivida en el coso medinense en la que Ventura demostró una vez más ser el número uno, Cayetano cuajó un toro que nadie veía, y Marco Pérez indultó un novillo tras una soberbia faena.

Y la alegría de ver los tendidos poblados de gente joven. Una iniciativa del consistorio medinense junto al empresario segoviano Rafael Ayuso.

Les ofrecemos una amplia galería del gráfico medinense Fermín Rodríguez.