Situado entre los ríos Lanzón y Trabancos se encuentra la localidad pucelana de Fresno el Viejo. A casi una hora si viajamos en coche de la capital provincial y con unas riberas que están pobladas de fresnos, de ahí el nombre del municipio.
Por este pueblo atraviesa un ramal de la calzada real o cordel de la mesta, por lo que afluía el abundante comercio que procedía de Extremadura y Andalucía hacia las ferias medinenses.
Fresno el Viejo, con una población actual, como indica el Instituto Nacional de Estadística (INE), de 854 habitantes, es conocido también por su imponente Iglesia de San Juan Bautista, mudéjar, del S.XII y XIII, una de las más antiguas de su estilo, declarada Bien de Interés Cultural en 1931.
Allí también podemos pasar un buen rato en el Mesón Rural, que ha instalado una pizarra en las últimas horas anunciando que el café en el lugar costará un euro, como asegura uno de los trabajadores del lugar.
“Soy un joven de Fresno el Viejo con ganas de emprender. Me defino como un trabajador, amigo de mis amigos y siempre dispuesto a ayudar en todo lo que me pidan”, asegura Sergio Mulas, salmantino, de 28 años, que vive en la localidad vallisoletana y que trabaja en el Mesón Rural desde hace ocho meses.
Un establecimiento hostelero que abrió sus puertas “en los años 90”. Empezó como Centro Juvenil, pero como Mesón Rural lleva “más de 15 años”. Dos meses estuvo cerrado tras un leve parón hasta que lo cogió Sergio. Se ubica en la calle José Velázquez de la localidad pucelana.
Exceptuando los meses de verano, allí trabajan dos personas, Sergio una de ellas, y tratan de ofrecer “un trato cercano” con “buen ambiente”. Además, ofrecen un menú diario y una carta variada para comer cualquier día de la semana en el lugar.
“Hemos puesto en marcha la iniciativa del café a un euro desde este 2 de septiembre. La verdad es que no tiene una explicación. Simplemente lo hablamos y acordamos que cuando pasara la temporada estival bajaríamos el precio”, apunta nuestro protagonista.
Los vecinos que han visto el cartel que anuncia dicha bajada “se lo han tomado bien”, confiesa nuestro entrevistado. “Al final, en un pueblo, los bares son puntos de reunión y, por un euro, puedes pasar un rato agradable con cualquiera que te encuentres”, añade Sergio.
Una iniciativa, la que han puesto en marcha, que “no tiene ninguna pretensión”. El único objetivo que se marcan en El Mesón Rural pasa por “seguir mejorando” de cara al futuro para “ofrecer un mejor servicio” a sus clientes y amigos.