Salvador de Zapardiel es una pequeña localidad vallisoletana que cuenta, en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 106 habitantes.
Se ubica al sur de la provincia pucelana y limita con la provincia de Ávila. “Si hablamos del año 1700, nuestro pueblo pertenecía a la provincia abulense, para ser más exactos, al sexmo de Sinlabajos que, con los años, pasó a ser provincia de Valladolid”, confiesa el alcalde de la localidad, Luis Ángel Gimeno Vegas.
Un lugar en el que destaca su Iglesia de la Invención de las Santa Cruz, que pasa por ser de estilo mudéjar y del siglo XVI, con arcos de medio punto en su torre y con unos retablos que merecen la pena ser vistos.
Pasear por las calles de la pequeña localidad vallisoletana también significa disfrutar de la Cruz de la Plaza de la Iglesia, del siglo XVIII y de la Cruz Solitaria, a las afueras del pueblo, en la carretera VP-8906, muy cerca del puente del arroyo de las Regueras.
Son muchos los forasteros que también se asombran cuando contemplan el olmo milenario que aún se conserva en la Plaza de la Iglesia dentro de un municipio cuyo principal sustento económico pasa por ser la agricultura y la ganadería.
Sin embargo, en Salvador de Zapardiel tienen ahora un grave problema y buscan como solucionarlo.
En busca de un dueño para el bar
“Sólo contábamos con un bar, situado en el centro del pueblo, en concreto en la Plaza Mayor. Fue en el año 2023 cuando las personas que lo regentaban tuvieron que jubilarse después de 43 años. Llegaba su hora de descansar, también merecida”, apunta el primer edil en palabras a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
El bar ese ese centro de reunión de los vecinos. Allí, las personas se cuentan sus anécdotas diarias. En este caso, el de Salvador de Zapardiel pasa por ser del Ayuntamiento que se ha movido para darle otra cara en busca de alguien que coja las riendas y reabra.
“Hemos hecho una gran inversión de unos 40.000 euros en la remodelación de nuestro bar para dejarlo, prácticamente, nuevo. Abrir de nuevo nuestro bar es dar vida al pueblo”, apunta Luis Ángel Gimeno Vegas.
El primer edil añade que “ofrecemos un puesto de trabajo estable” y que cuentan con servicios diarios de panadero, frutero y pescadero, que es indispensable para que la persona que coja el establecimiento hostelero pueda quedarse en el lugar para establecer su proyecto de vida. “Si no, Medina del Campo está a 25 kilómetros”, añade el primer edil.
Los fines de semana son muchos los que se acercan hasta la localidad vallisoletana para disfrutar de la tranquilidad y sosiego, lo que resulta clave también para apostar por coger el negocio.
“Esperamos que alguien se anime, coja las riendas de nuestro bar y vuelva a abrir sus puertas. Queremos que el mundo rural vuelva a ser lo que sea porque aquí se puede disfrutar de una gran calidad de vida”, finaliza el alcalde.
Ojalá que Salvador de Zapardiel, este pequeño y precioso pueblo, pueda encontrar pronto a esa persona clave para el desarrollo del municipio.