Cabezón de Pisuerga es un municipio vallisoletano que cuenta, en la actualidad, con una población de 3.823 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y que pasa por ser una de las localidades más importantes de la provincia por su historia.
Allí, concretamente en la A-62 y en el kilómetro 122 de esa vía nos encontramos con un establecimiento hostelero que cuenta con muchos años de historia y en el que Fernando Manuel Escudero se encuentra al frente.
Un local en el que el buen comer es una religión y los platos de cuchara brillan con luz propia con una comida casera y tradicional que quita el sentido con platos como la tortilla o guisos varios que enamoran.
EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León conoce todos los secretos de Fernando para que el negocio siga haciendo las delicias de todos los comensales.
Dedicado a la hostelería
“Me considero una persona humilde, trabajadora, y que tiene muchas ganas de prosperar y de seguir adelante con la empresa que heredé de mi madre”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Fernando Manuel Escudero, vallisoletano de nacimiento y de 57 años.
Nuestro entrevistado suma 15 años en los negocios familiares y en el Restaurante San Roque 33 primaveras, ni más ni menos. Con todo lo que eso conlleva dentro del sacrificado mundo de la hostelería.
“Prácticamente, desde los 12 años, empecé en el negocio de mi abuelo. Era el bar de los jubilados del barrio. Después, ya pasé a ayudar a mi madre en el Restaurante San Roque de Cabezón”, añade.
Desde entonces, intenta dar el mejor trato y servicio a todos los clientes que pasan por su restaurante, que son muchos.
El Restaurante San Roque
“La idea de coger el Restaurante San Roque surgió un día que paramos a almorzar allí cuando todavía era la Nacional 620, que ahora es la A-62, kilómetro 112 de Cabezón. Allí estaba el anterior dueño y nos enteramos de que lo dejaban. Nos pusimos manos a la obra para quedarnos con él”, confiesa nuestro entrevistado.
Al frente se puso su madre Julita, con las hermanas de Fernando, que fueron las que comenzaron con una aventura, hace 33 años, que ya llega hasta el año 2024, ni más ni menos.
“Yo heredé el negocio al fallecer mi madre hace ya 5 años. Aunque sea muy difícil, intento seguir los mismos pasos. Continuamos dando comida casera siguiendo los pasos de Julita, un ejemplo para nosotros. Ella apostó por la cuchara y los platos tradicionales y nosotros hacemos lo mismo”, explica.
Las alubias con oreja son su plato favorito junto a una tortilla de patata que “es un referente en la zona”.
Menú del día y futuro
En la actualidad, el Restaurante San Roque cuenta con un local de 180 metros cuadrados y con una amplia terraza, además de con nueve trabajadores que se afanan, cada día, en sacar el negocio adelante.
“Nuestra oferta es muy variada. Cada día hacemos un menú diferente con seis primeros platos y seis segundos a un precio de 14 euros que no está nada mal. Los miércoles ofrecemos cocido y, cada día, tenemos un arroz diferente. Siempre hay platos de cuchara”, apunta nuestro entrevistado.
El objetivo que persiguen, tanto Fernando como su equipo, pasa por conseguir que sus clientes, en una amplia mayoría trabajadores de la zona, “coman bien y rápido”. A ellos les encantan esas ricas alubias, sabrosas lentejas o las patatas con costillas y guisos variados que quitan el sentido.
“El futuro está difícil. La rentabilidad de los negocios de la hostelería ha bajado mucho desde la pandemia y junto con todos los impuestos que tenemos, se presenta complicado. Tenemos muchas ganas de seguir trabajando y creciendo”, finaliza.