El ciclista vallisoletano Iván Romeo tocaba el cielo el pasado 23 de septiembre, al proclamarse campeón del Mundo en la contrarreloj de la categoría Sub-23, dentro de los Mundiales de Ciclismo que se disputaron en Zúrich.
Fue una victoria clara. Aventajó al sueco Jakob Soderqvist en 35 segundos y al suizo Jan Christen en 40 tras una crono exigente de casi 30 kilómetros entre Gossau y la mayor ciudad helvética.
El pucelano completaba una actuación espectacular y devolvía el oro a España 25 años después de que en el 1999 lo lograra José Iván Gutiérrez. El último maillot arcoíris lo consiguió, en el 2018, Alejandro Valverde, en una prueba en ruta que este año se ha llevado el intratable Tadej Pogacar.
EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León charla con este joven, de 21 años, ambicioso, que supo desde pequeño que su vida era la bici. Hace dos años Movistar movió ficha para hacerse con sus servicios y él sólo quiere seguir creciendo y progresando.
El Tourmalet en familia
“Me considero una persona normal. Soy muy competitivo. A veces, demasiado. Nunca estoy conforme con las metas que alcanzo y, por eso, me marco otras más difíciles para lograrlas y seguir evolucionando”, asegura Iván Romeo a este medio, demostrando, así de primeras, su ambición.
Ahora tiene 21 años y suma 12 montado en una bici. A los 9 comenzó en ese complicado mundo del deporte, para el que les escribe, más duro que existe. Amante del baloncesto, le apasiona la NBA.
Siempre le ha gustado este mundo, también porque las vacaciones, junto a su familia, giraban en torno al ciclismo. Con 8 años ya iba con sus padres y hermanos a Pirineos, a ver el Tour o a Navacerrada, en La Vuelta a España. “Subíamos en familia el Tourmalet. Mi hermano Sergio con ruedines”, apunta.
Gracias a su hermano Sergio, dos años menor que él, se metió en el mundo del ciclismo, tras practicar Triatlón. Sin embargo, la disciplina que enganchó a nuestro protagonista fue, sin lugar a dudas, el ciclismo.
“Empecé en la Escuela de Juan Carlos Domínguez, donde estuve hasta los 17 años. Después pasé dos más por el MMR de Samuel Sánchez, después uno en el equipo de Axel Merckx y, hace dos años, fiché por Movistar”, explica Romeo.
Allí empieza a despuntar y a hacerse un hueco dentro del panorama ciclista con triunfos como el del día 23 que dan la vuelta al mundo.
Un oro soñado
“La bici, para mí, es mi modo de vida. Lo condiciona todo y es motivo de todo. Incluso, cuando voy de vacaciones, quedo con mis amigos del mundo de la bici. Toda gira en torno a ello”, añade.
Cuando le preguntamos sobre lo que hubiera sido de no haber optado por el mundo de la bici, ni se lo plantea. Siempre soñó con ello. No había otra opción, y ahí está, dando pedales, lo que le ha hecho ganar un oro en Zúrich.
“Aún no me creo que haya conseguido ganar el oro. Llegamos diez días antes a Zúrich para entrenar en el circuito. Vi que el recorrido me iba bien y no quería tener fallos y, al final, se consiguió el éxito y estoy muy contento”, asegura.
Con este oro mundial consigue emular a su ídolo, Alejandro Valverde, que consiguió ese brillante y merecido oro en el año 2018 después de una carrera ciclista inmaculada.
Movistar y futuro
“El fichaje por Movistar fue un sueño. El Iván de hace unos años se habría quedado flipando. Lo más importante es que el equipo me está mostrando confianza y nunca me ha presionado. Mirando al calendario ciclista dejan que me desarrolle”, apunta el vallisoletano.
Por ahora no ha corrido vueltas grandes, ni Tour de Francia, ni Giro de Italia, ni La Vuelta a España, pero ya habrá tiempo para ello. Ahora toca rodarse en citas, quizás de una semana, en las que buscar fugas y triunfos.
“Tras ganar el oro me gusta pensar en objetivos a corto plazo. Ahora estoy en un momento muy importante de mi vida y quiero disfrutar del triunfo. Busco mejorar mi nivel, año a año, dar un salto competitivo y ser mejor cada día. Ese es mi objetivo”, finaliza.
Iván Romeo, un joven de oro vallisoletano que tiene pinta de que dará muchos éxitos al ciclismo español en el futuro, como ya lo está haciendo en el presente.