Ángela Ruiz Sáez en su tienda Iker's Galletas Decoradas Artesanas

Ángela Ruiz Sáez en su tienda Iker's Galletas Decoradas Artesanas Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

La nueva tienda de divertidas galletas que esconde una trágica historia: "La vida no me lo ha puesto fácil"

12 octubre, 2024 07:00

En la vida, a veces, te encuentras con héroes sin capa. En este caso se trata de una heroína, que, en lugar de esa capa, cuenta con un obrador y una ilusión que pasa por hacer que todos sus clientes se chupen los dedos con sus galletas, artesanas, que quitan el sentido.

Ángela Ruiz Sáez es nuestra heroína. La vallisoletana tuvo que soportar el tremendo dolor de ver cómo su hijo, Iker, fallecía tras contagiarse de meningitis. Lo hizo en sólo 24 horas. Un palo tremendo, difícil de superar.

Nuestra entrevistada comenzó a hacer galletas para aminorar ese dolor y ahora ha abierto, este lunes, Iker’s Galletas Decoradas Artesanas en el centro de Valladolid. Un negocio único y divertido que seguro que triunfa. 

Una tragedia y la tienda

“Me considero una mujer luchadora. A pesar de las adversidades, sigo adelante. Y eso que la vida no me lo ha puesto fácil. Soy una persona cariñosa, detallista, y muy familiar. Para mí, la familia es lo más importante”, confiesa Ángela Ruiz Sáez, en declaraciones a EL ESPAÑO de Castilla y León.

Nacida en Valladolid (lleva toda la vida en la ciudad del Pisuerga), nuestra entrevistada es la dueña de Iker’s Galletas Decoradas y Artesanas. Tiene 41 años y acaba de estrenarse en esto de los negocios. De hecho, este es el primero que abre.

Iker’s nace porque, en diciembre de 2022, mi hijo Iker, de 5 años, se contagió de meningitis y en 24 horas murió. En ese momento, la vida no tenía sentido. El dolor, enorme, me estaba matando. Empecé a hacer galletas y descubrí que mi dolor era menor”, confiesa la dueña del negocio.

Tras el tremendo dolor y un palo único, Ángela comenzó a realizar cursos de galletas decoradas. Vio que se le daba bien. “Mientras decoraba, sentía que mi hijo estaba al lado. Siempre me ayudaba en la cocina, aunque tuviera 5 años”, añade nuestra protagonista.

Como terapia arrancó a hacer galletas para amigos y conocidos y decidió que tenía que abrir un negocio con el nombre de su pequeño. Y así lo hizo. Primero hizo sabrosas galletas para amigos y conocidos y después, abrió su tienda. Un proyecto que le llena de vida.

Ángela en su tienda Iker's Galletas Decoradas y Artesanas

Ángela en su tienda Iker's Galletas Decoradas y Artesanas Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Unas sabrosas galletas

Ángela lleva sola una tienda que se ubica en la calle Nicolás Salmerón número 31 de Valladolid. En el centro de la ciudad. Tiene 34 metros cuadrados y abrió sus puertas el pasado lunes, 7 de octubre.

“Se trata de un obrador en el que hago galletas, tanto decoradas como sin decorar. De diferentes sabores. No es una tienda como tal. Trabajo bajo encargo. Pides y las recoges. Las galletas normales, en uno o dos días están. Depende de la demanda. Las decoradas, en una semana como mínimo”, nos explica.

Las galletas son artesanas. Todo el proceso pasa por ser artesanal. Como siempre se han hecho. La base es la mantequilla. Cuenta con un sabor que recuerda a las galletas de la niñez. Sin ningún tipo de conservante. Con productos de máxima calidad y todas elaboradas una a una.

Nuestra protagonista elabora, de momento, galletas de 15 sabores diferentes. Las decoradas, se pueden comer en bautizos, cumpleaños, bodas, e incluso, en despedidas de soltero o comuniones. Halloween y Navidad son otro buen momento para deleitarse con todo su sabor.

Escudos de fútbol, personajes animados… todos tienen cabida en las galletas de Ángela. De hecho, los clientes le envían una fotografía para hacer algo que se le parezca en forma de delicioso bocado. “Es una forma divertida de comer galleta o guardarla de recuerdo”, apunta nuestra entrevistada.

Ángela posando en su tienda

Ángela posando en su tienda Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Clientes contentos

La gente está contentísima con las galletas que hago. El sabor les encanta y eso me llena de orgullo. Cuando ven las decoradas, se quedan impresionados. Confío en poder ir creciendo poco a poco”, afirma la dueña del negocio.

Un negocio que no ha sido sencillo poner en marcha. “Montarlo ha sido muy complicado. No lo ponen, para nada, fácil. Hay muchas trabas”, asegura, añadiendo que en el futuro le gustaría “hacer talleres para que la gente aprenda a elaborar galletas decoradas”.

“Me encantaría que Iker’s se consolidara en Valladolid como un referente de galletas y que la gente, cuando tenga un evento, acuda a mí. Yo estaré feliz de convertir su idea en galleta”, señala la dueña de la brillante idea.

Una idea que nació por Iker, y que seguro que por él consigue consolidarse y seguir creciendo.