Arrabal de Portillo (Valladolid) en la que el buen comer está asegurado. Son muchos los bares y restaurantes que podemos encontrarnos en el municipio pucelano que nos invitan a deleitarnos con las mejores elaboraciones.
Allí, concretamente en la Avenida de Segovia, 39, Amaya Pérez Díaz (43 años), Enrique y Carlos “Charly” Vaca Salamanca (49 y 45 años) decidieron abrir el 14 de mayo del año el Gastrobar Foodsión, cargado de mágicos platos que hacen las delicias de todos los clientes.
La Diputación de Valladolid presentaba, la pasada semana, su Guía de los Cocidos en la que incluía al Gastrobar Foodsión que hace uno que quita el sentido y que lo venden por solo 18 euros.
“La apuesta por la utilización de los alimentos de Valladolid, desde nuestros comienzos y la fusión que refleja la cocina del establecimiento, nos hace apostar por platos como el cocido. Estamos muy orgullosos y está buenísimo”, aseguran en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León
Pablo González, que estuvo en el gastrobar hasta la temporada anterior fue el que da su “toque” tradicional y de fusión en cocinas y el que introdujo el cocido en el lugar como nueva opción de plato de cuchara de alta calidad como propuesta estrella.
Las tres patas de un brillante proyecto
Amaya es de Portillo y tiene un encanto especial y natural en el trato con las personas. Siempre le gustó viajar y disfrutar de la vida. La dirección, la atención comercial y personalizada que se refleja en la última etapa de Foodsión son gracias a ella.
Charly siempre ha estado muy unido al pueblo. Era puro nervio. Sus viajes y el descubrimiento de su oficio en la cocina recondujeron esa personalidad. Mezcla la experiencia en cocinas tradicionales como la de La Criolla y otras como Km5 en Ibiza.
Kike, por su parte, siempre soñó con hacer sus sueños realidad. Tiene la suerte de que su oficio va unido a su personalidad y aficiones. Es animador sociocultural, programador y gestor cultural. Transforma, en el restaurante, la “atención al ciudadano” por la “atención al cliente”.
Ellos son las tres patas del Gastrobar Foodsión que se ubica en Arrabal de Portillo, jóvenes emprendedores que siempre han visto y vivido el trabajo más tradicional del municipio como la alfarería o el campo en sus familias. “Quizás, por eso, apostamos por brindar lo mejor a nuestro pueblo”, apuntan.
Desde siempre les ha gustado y han tenido experiencia en el mundo hostelero, pero no fue hasta que Charly encamina su carrera hasta ser chef cuando entre los tres ponen sobre la mesa de abrir este establecimiento hostelero. Lo hacen el 14 de mayo de 2015.
Casi 10 años de historia
“Creamos nosotros el gastrobar. Fue como una nueva propuesta gastronómica única en el municipio y, también, en la comarca. Tanto en sala como en terraza como comida para llevar, pero nada de comida rápida, todo con calidad”, asegura Amaya en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
El diseño del local también es propio. Todo, aprovechando cada rincón para hacer única la experiencia desde ese 14 de mayo de 2015 en la Avenida de Segovia, 39, de Arrabal de Portillo.
Se trata de un establecimiento coqueto, limpio y pequeño. En el que trabajan cuatro personas. Cuenta con barras en su parte superior de calle y una sala en la parte inferior con cinco mesas y cocina.
Un lugar mágico en el que disfrutar de ensaladas, carnes y pescados, postres caseros y pizzas con una masa artesana única. Cuentan con una carta variada con platos de cocina internacional o toque asiático, también con entrantes tradicionales, como rabas o croquetas.
También con un cocido, que es único en la provincia.
Un cocido único
“El cliente pide de todo. Normalmente comparten para probar más platos. Entrantes, platos diferentes con ensaladas y demás o nuestras pizzas. También gustan mucho nuestros postres, la cerveza Milana artesana o los cocidos”, añade Charly.
Un cocido que se puede disfrutar todos los viernes de octubre a abril con reserva de mínimo de 4 personas y a un precio único de 18 euros. Compuesto por hueso blanco, otro de jamón, espinazo, morcillo, chorizo fresco, garbanzos, patata, zanahoria, fideo de cabello de ángel y berza. Para el relleno: pan rallado, ajo, perejil y huevo.
“Como en cada iniciativa que apoyamos, y que tienen desde Alimentos de Valladolid para apoyar a la hostelería, estamos muy orgullosos de formar parte de la provincia de Valladolid, su riqueza gastronómica y de esta guía”, añade Kike.
Futuro
Con premios como este de entrar en una guía única, todo se ve mejor. Los tres protagonistas “están esperanzados” por el apoyo y, sobre todo por el cliente, que es el que hace que sigan, día a día.
“Queremos mantener nuestra línea de calidad en la atención, el producto y diferenciación de nuestra oferta. También formar jóvenes y personas con iniciativa que crean en su entorno rural, la innovación y la tradición para mantener los pueblos vivos y felices”, finalizan los tres entrevistados.