Nadie entiende el Real Valladolid sin Alberto López Moreno. Jugador del Pucela durante 11 temporadas, lleva 20 años ya, desde el 1 de septiembre del 2004, siendo el médico del conjunto blanquivioleta que este año comanda Paulo Pezzolano.
Madrileño de nacimiento, nuestro entrevistado es ya vallisoletano de adopción. A sus 57 primaveras, Alberto tuvo que afrontar a finales del pasado 2023 un duro golpe para ganar el pulso a una tricoleucemia.
Amante de los paseos por el campo, de la montaña, sobre todo de la Palentina y la Leonesa, como él mismo confiesa, se cita con EL ESPAÑOL de Castilla y León para hablar sobre esos duros meses.
El pasado 8 de mayo se reincorporó al equipo para vivir un ascenso mágico. “Cogí la baja anticipada para volver antes porque intuía que íbamos a ascender”, confiesa. No falló. Queda Alberto para rato.
P.- ¿Cómo recuerda aquel 8 de mayo? Día en el que vuelve a ejercer como médico del Real Valladolid.
R.- Fue un momento emocionante. Es volver al sitio en el que quieres estar y que te has visto privado por causas que te superan. No estuve muy desconectado. Mi hija Mar, que trabaja en el Departamento de Salud del club, hacía de enlace conmigo. Me ayudó mucho. Además de los compañeros que se portaron muy bien y estuvieron pendientes de mí.
P.- ¿Es un día que jamás olvidará?
R.- Yo tenía todavía bastantes secuelas con la medicación, corticoides, quimioterapia… eso tenía sus efectos. Cogí la baja anticipada para volver antes, porque intuía que íbamos a ascender. Nunca olvidaré el recibimiento.
P.- Y acertó con eso del ascenso.
R.- No me lo perdí, afortunadamente. Disfruté mucho de esa celebración. De jugador viví un ascenso. Como médico cinco en total. Con Mendilibar, Djukic, Sergio González, Pacheta y Pezzolano.
P.- ¿Cuándo empieza su pesadilla con la enfermedad?
R.- En realidad, en octubre de 2023, que es cuando comienzan a descompensarse las analíticas. En noviembre las cosas van peor y ya me planteo el tratamiento. Cogí la baja el 1 de diciembre porque me afectaba a articulaciones y piel. Todo comienza el 10 de diciembre con unos picos de fiebre muy altos y lesiones en la piel que me hicieron ingresar en Urgencias.
P.- Un susto tremendo.
R.- Ingreso al debutar otra enfermedad, que es paralela o consecuencia de un cáncer y llevan el nombre de paraneoplásicas. Pasan unos días hasta que se decide comenzar con la quimioterapia porque si no se trataba el cáncer, la enfermedad iba a seguir ahí.
P.- ¿Qué le diagnostican?
R.- Un tipo de cáncer que se produce en los glóbulos blancos y que lleva el nombre de tricoleucemia.
P.- Se complicó la cosa.
R.- Así es. Quizás por esperar más de lo debido, o porque vienen, así las cosas. Lo cierto es que se complicó.
P.- ¿Cuánto tiempo estuvo ingresado?
R.- Un total de 16 días. Estuve del 10 al 26 de diciembre en el hospital. Me perdí el aniversario de boda, que era el 22 de ese mes, Nochebuena y Navidad. En el Hospital Río Hortega recibí un trato perfecto.
P.- ¿Cómo fueron esos meses de tratamiento?
R.- Estaba en casa. Veía los partidos por televisión. No podía salir ni ir a sitios donde hubiera mucha gente por el riesgo de infección. Debía tener un gran cuidado. Mi mujer pidió unos días y después una baja para estar conmigo. Es algo que le agradeceré toda la vida, que estuviera conmigo en esos duros momentos.
P.- Recibió el cariño de los suyos.
R.- Tanto de mi mujer como de mis tres hijos: Mar, Alberto y Natalia. Se comportaron muy bien. Mi madre está mayor y no sabíamos si decírselo o no. Lo hicimos a posteriori, cuando la cosa estaba mejor. Era una situación complicada. Por no provocar que sufriera no se lo dijimos.
P.- ¿Cómo está ahora?
R.- Me encuentro bien. No es solo la enfermedad, la edad va pesando. Tener la cabeza ocupada con una profesión diaria es fundamental para mantenerte vivo.
P.- Ha ensalzado la labor de los sanitarios y su trato hacia usted.
R.- El trato que he tenido de los profesionales del Hospital Campo Grande ha sido magnífico. No tuve duda de lo que hacían y dije a la doctora que haría todo lo que me dijera. La experiencia allí fue fantástica.
P.- También de la sanidad pública.
R.- Efectivamente. En el Hospital Río Hortega el trato fue fenomenal. Cuando estamos en una situación de vulnerabilidad el trato que recibes es clave. Me dieron cariño y profesionalidad.
P.- Merece la pena reconocer la labor de estos profesionales sanitarios.
R.- Sí. Hay mucha gente enferma. Yo soy médico. Al día ves a 30 personas con un problema diferente y eso es duro. Por eso pienso que hay que respetar mucho la labor del profesional sanitario. Como paciente pido tener cariño a los que nos tratan y confiar en ellos porque quieren lo mejor para nosotros.
P.- Quería hablarme también del Hospital de Día.
R.- Sí. En el Hospital de Día el trato es inmejorable. Abren a las 8.00 de la mañana y desde esa hora tienen una alegría, una vitalidad, y una forma de tratar a las personas que hay que valorar y ponerlo sobre el papel para ayudar a mantener este sistema sanitario que tenemos.
P.- Un mensaje a las administraciones.
R.- Pido que los que saben pongan los mecanismos para mantener este sistema. Nunca me volveré a quejar de pagar impuestos. Solo pido que se administren bien. Nunca había utilizado la Seguridad Social hasta la llegada de la enfermedad. Tras lo que me ha pasado nunca me quejaré. Yo recibí el tratamiento, pero hay otras muchas personas que también lo precisan.
P.- ¿Feliz en la actualidad?
R.- Cuando uno vuelve, lo disfruta. Como futbolista pasé cinco veces por el quirófano. Uno se da cuenta de lo bonito que es entrenar cuando estás lesionado. Comparo el fútbol con la vida. Tras superar una enfermedad, volver, te da felicidad.
P.- Y ver la vida desde un punto de vista positivo.
R.- Eso es fundamental. En el fútbol va todo muy rápido. En la vida, a veces piensas por qué no habré hecho esto o lo otro. Al final hay que tener un carácter positivo para superar cualquier tipo de problema.
P.- ¿Sigue en seguimiento por la enfermedad?
R.- Seguimos en seguimiento. Estas enfermedades no es que te cures, sino que están en remisión. Siempre hay que llevar un control periódico.
P.- ¿Está bien de salud el equipo este año?
R.- El domingo pasado, sin ir más lejos, teníamos a todos disponibles. Esto es alta competición, estrés constante y vamos a ver cómo llegan los jugadores de la Selección tras este parón.
P.- ¿Se cuidan los jugadores?
R.- Sí. Además, hay un departamento de Salud y Performance que está a muy buen nivel. Nutrición, fuerza… se tocan muchos ámbitos para que estén al cien por cien. Tenemos un equipo muy completo para intentar disminuir las lesiones. Las que ocurren, las tratamos lo mejor posible.
P.- ¿Cómo ve su futuro Alberto?
R.- Mi futuro es el día a día.
P.- ¿Y el del equipo?
R.- Vamos a pelear. Nuestra Liga es ir también partido a partido. Yo soy optimista. El equipo está ahí. El día del Athletic nos dio un bajón porque vimos la victoria cerca, pero es Primera División y con media ocasión te hacen un gol. Eso debemos tenerlo en cuenta.
P.- Objetivo y deseo mirando a ese futuro.
R.- Para el club, seguir en Primera. Para mí, estar bien y que mi familia y los que me rodean tengan salud. Con esa base, todo lo que acontezca, bienvenido es.