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El jurado popular ha declarado este jueves culpable del doble crimen de Paloma y su hija India en Valladolid en enero de 2023 al acusado David Maroto, en una decisión que se ha conocido esta tarde.

El jurado ha considerado que Maroto cometió los crímenes sin tener afectadas sus condiciones mentales por las drogas o el alcohol y también ha considerado que los mismos se cometieron con alevosía, en el caso de ambos crímenes, y con ensañamiento, en el caso de Paloma.

La declaración como culpable de Maroto llega solo seis días después de la tensa tercera sesión del juicio en la que el padre de la niña se abalanzó contra el acusado y el juez tuviera que interrumpir la sesión.

Un intento de agresión que se produjo en el momento en que los forenses explicaron las heridas que había sufrido la pequeña India y después de mostrarse el cuchillo con el que se cometió el crimen.

Peticiones de penas

Tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones de la familia de Paloma, del padre de India, de la Junta y la popular ejercida por la asociación Clara Campoamor, han reclamado una pena de 25 años por el asesinato de Paloma, ya que además de alevosía y ensañamiento también concurren parentesco y violencia de género.

Por otro lado, por el asesinato de la pequeña India, que en el momento de muerte tenía ocho años, piden la prisión permanente revisable.

Además, también han reclamado al juez que decrete la prohibición de acercarse a 500 metros de los familiares de las víctimas o comunicarse con ellos, durante un periodo de diez años, una vez que cumpla su condena, así como a un periodo de libertad vigilada de ocho años.

En cuanto a las indemnizaciones a los familiares, estas oscilan de los 180.000 euros que reclama el Ministerio Fiscal, misma cantidad que pide la acusación de la familia de Paloma -120.000 euros para la madre y 30.000 euros para cada una de las dos hermanas-, y los 300.000 que reclamó el abogado del padre de India.

Por su parte, el abogado defensor de David Maroto, que durante el juicio reclamó el atenuante para su cliente por haber actuado bajo los efectos del alcohol y las drogas y tener alteradas sus capacidades volitivas, ha adelantado que presentará un recurso de apelación cuando se conozca la sentencia.

Además, ha reclamado que se le imponga la menor pena posible dentro de la horquilla, que para asesinatos con alevosía y ensañamiento es de 22 años y seis meses de prisión.

Los crímenes

Según el jurado, ha quedado probado que desde el verano de 2022 el acusado mantenía una relación sentimental con Paloma, con la que comenzó a convivir en el domicilio de esta del Paseo de Zorrilla, en el que también residía India.

En el momento de los hechos no constaba denuncia previa de la víctima por violencia de género, aunque sí antecedentes del agresor por este motivo, que datan de 2017, con una relación anterior.

En la fatídica madrugada, sobre las 0.17 horas, el acusado regresó al domicilio familiar. Dado que se había dejado olvidadas sus llaves, realizó varias llamadas al móvil de Paloma sin obtener respuesta, por lo que después llamó insistentemente al interfono y después al timbre de la vivienda, hasta que la víctima le abrió la puerta.

Una vez dentro del piso y después de consumir varios refrescos, se inició una fuerte discusión con su compañera sentimental por motivos no determinados.

Durante la discusión, el acusado cogió de la cocina un cuchillo de grandes dimensiones y, de forma sorpresiva, comenzó a asestarle múltiples puñaladas. Paloma intentó salir de la cocina, pero el acusado se lo impidió y la acorraló en una esquina.

Además de múltiples puñaladas, Paloma también sufrió heridas incisas de defensa en las manos y antebrazos al intentar cubrirse, así como lesiones por presión en los labios con las que el asesino intentó acallar sus gritos.

Entonces, sobre las 1.30 horas, David Maroto envió un mensaje de ‘Whatsapp’ a su exmujer diciéndole: “La culpa es tuya. Esta es la consecuencia”.

Debido a la discusión previa y a los gritos, India se despertó y al ver la escena de la cocina, corrió por el pasillo hasta el dormitorio principal, para coger un teléfono móvil desde el que, a las 1.35 horas, pudo realizar una llamada de siete segundos al 1-1-2.

Al ver a la niña con el móvil, el acusado se lo arrebató cuando todavía estaba conectado al 1-1-2 y, a continuación, también acuchilló a la menor con otro arma diferente al utilizado sobre la madre.

Tras las dos agresiones mortales y ante la rellamada que realizaron desde el 1-1-2, el acusado lanzó el teléfono que había arrebatado a India por la ventana, cayendo al patio de luces del edificio.

A continuación, y después de llamar por teléfono a un familiar y confesar que había matado a su pareja y a la pequeña India, sobre las tres de la madrugada, se tumbó en el suelo y se autoinfligió unas pequeñas heridas en el tórax y cuello meramente superficiales.

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