La implantación de factorías de porcino en Castilla y León ha sido criticada recientemente a través de un comunicado por Ecologistas en Acción Zamora al manifestar que “el elevado consumo de agua por parte de los animales y la contaminación de los acuíferos producidos por los purines son los principales medioambientales de la masificación de la industria porcina”.

Desde el colectivo señalan que “la comunidad en general, y en provincias como Zamora en particular, la implantación de esta industria es defendida “por la industria como una manera de generar actividad en el medio rural y por tanto de contribuir a fijar población” .

Sin embargo, explican desde Ecologistas en Acción “declaraciones como las realizadas por el presidente de la Asociación de Productores de Porcino de Soria, Miguel Ángel Ortiz al diario El Mundo el pasado 9 de abril, afirmando que “Castilla y León está produciendo un 15% del potencial que tiene de porcino” y que “aún le queda mucho recorrido”, plantea graves interrogantes sobre el modelo que más conviene para asegurar el desarrollo del campo zamorano”.

“Zamora contaría en la actualidad, según esa misma información del diario El Mundo, con una cabaña de 392.300 cabezas de porcino repartidas en un total de 875 explotaciones. Aunque estamos muy lejos de la cifra apuntada por el Sr. Ortiz, los problemas que estas industrias están causando ya en numerosas zonas de la geografía zamorana, son bien visibles para sus habitantes”.

Entre los principales problemas, explican desde Ecologistas en Acción explican que “cabe destacar el problema del agua. Las factorías de cerdos consumen ingentes cantidades de agua que se utilizan tanto para dar de beber a los animales como para la limpieza y retirada de purines. En una provincia que cada año se ve obligada a abastecer a varias localidades mediante camiones cisterna por carecer de agua ¿es sostenible que se dedique este escaso recurso, que es de todos, a las factorías de cerdos?”.

Desde el colectivo explican que “los purines son otro de los caballos de batalla. Defendidos por los productores como una manera sostenible de fertilizar los campos, se convierten en realidad en agentes de contaminación de los acuíferos con nitratos, pues la tierra tiene una capacidad limitada de absorción de estas sustancias. Superada esa capacidad, el nitrógeno y el fósforo pasan a los acuíferos de los que bebemos todos. ¿Está relacionado este hecho con la circunstancia de que cada vez sean más los municipios de Zamora con problemas de contaminación del agua del grifo por nitratos? ¿No resulta absurdo contaminar por un lado y tener que instalar cada vez más potabilizadoras en los pueblos con cargo a los recursos públicos para descontaminar esa misma agua?”.

En este sentido, desde Ecologistas en Acción ponen como ejemplo que “lo cierto es que países con mucha más cantidad y calidad de agua que el nuestro, como Holanda o Dinamarca han reducido progresivamente sus cabañas porcinas. Regiones como Aragón o Cataluña, que fueron pioneras en la introducción de este tipo de instalaciones, están endureciendo sus requerimientos para la apertura de nuevas factorías de cerdos ante la evidencia de contaminación del agua de grifo por nitratos en cada vez más número de municipios.

“Ante esta situación ¿debemos permitir que lo que se ha demostrado como un desastre medioambiental en otros países o en otras regiones de España se lleve a cabo en Zamora? ¿Debemos permitir que recursos tan valiosos como el agua sean utilizados por multinacionales para engordar sus cuentas de beneficios, mientras privan a los ciudadanos del derecho a disfrutar de un medio ambiente sano?” se preguntan desde el colectivo.

Finalmente, Ecologistas en Acción Zamora añade que “ no podemos dejar de plantearnos estas cuestiones y sobretodo y más importante, nos preguntamos cómo será la vida en Zamora con 2,5 millones de cerdos comiendo, bebiendo y excretando cada día. ¿Tendremos agua suficiente? ¿Dónde se esparcirán los aproximadamente 8 millones de litros de purines que generarán cada día? ¿Es este el modelo de desarrollo que queremos para nuestra provincia? ¿Cuántos puestos de trabajo creará realmente ese modelo y cuántos se perderán porque nadie quiera ir a pueblos con el agua y el aire contaminados? ¿Qué ocurrirá con los planes de turismo basados en la oferta de recursos de naturaleza de la provincia? ¿Merece la pena?”