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Importante: extremar las medidas frente al sol ante el incremento de casos de cáncer de piel

13 junio, 2019 11:51

Casi la mitad de los tumores que se descubren en el mundo son cáncer de piel, en sus diferentes tipos. Según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) es el cáncer más frecuente –especialmente entre las personas de raza blanca- y cada año se diagnostican dos millones de nuevos casos en el mundo.

En España, ese índice se sitúa en más de 6.000 nuevos casos al año, con un aumento de su incidencia en torno al 7% anual, hasta el punto de que se ha duplicado durante los últimos 25 años. De hecho, se estima que 3 de cada 10 españoles desarrollará algún tipo de cáncer de piel durante su vida, hasta el punto de convertirse en un grave problema de salud y una carga asistencial elevada para el Sistema Nacional de Salud.

En este contexto, justo antes del comienzo del verano, adquiere la máxima relevancia la celebración hoy, 13 de junio, del Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel. Se trata de una iniciativa a la que se suma activamente el CONCYL-Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León, con el objetivo de sensibilizar a los ciudadanos. Todo con la vista puesta en que adopten medidas preventivas ante una enfermedad que está ganando terreno como consecuencia, entre otras causas, de la mayor y más directa exposición de las personas a los rayos solares. De hecho, en 9 de cada 10 casos se trata de una patología relacionada con la exposición al sol.

Del mismo modo es fundamental conocer que 8 de cada 10 casos de esta enfermedad se pueden prevenir evitando una exposición directa al sol y las quemaduras cutáneas, sobre todo durante la infancia y adolescencia. Aun así, es necesario advertir de que cualquier persona, aunque no tenga ningún factor de riesgo, es susceptible de sufrir la enfermedad.

La piel constituye un órgano indispensable para la vida. De hecho es el más grande y pesado de todo nuestro cuerpo. Su peso puede alcanzar los 12 kilos y su superficie los 2,5 metros cuadrados.

España es un país particularmente soleado, hasta el punto de que el sol es uno de nuestros atractivos como destino turístico. Pero también es verdad que ese hecho eleva el riesgo asociado de desarrollar enfermedades vinculadas a la exposición imprudente al sol. Partiendo de esta realidad, la red de más de 1.600 farmacias de Castilla y León se convierten cada año con más intensidad en puntos de información sanitaria y asesoramiento para los ciudadanos.

Y es que no podemos olvidar que el cáncer de piel es prevenible en la mayoría de los casos y que, a diferencia de otros tumores, tiene altas tasas de éxito en su curación siempre que se reciba el tratamiento adecuado y que se detecte en sus estadios iniciales.

Desde las farmacias de Castilla y León se quiere hacer especial hincapié en los siguientes consejos sanitarios, especialmente ante el riesgo de falsas creencias o relajación ante las medidas preventivas:

  • Existe una exposición indirecta, un porcentaje de radiación solar que proviene de la reflexión del suelo (agua, arena, asfalto y, especialmente, en la nieve), por lo cual NO basta la protección mediante sombreros o gorros.
  • El estar dentro del agua no significa que uno esté protegido del sol, y la presencia de nubosidad en el cielo no es sinónimo de protección solar, ya que un porcentaje no despreciable de la radiación ultravioleta total atraviesa las nubes. En días nublados, también hay que protegerse.
  • Las cremas fotoprotectoras deben renovarse cada cierto tiempo dependiendo de diversos factores (ejercicio, sudoración, baño en el agua, características del producto, etc.).
  • El efecto perjudicial de la radiación solar no es únicamente instantáneo (quemadura solar) sino acumulativo, determinando la formación de mutaciones en el material genético que se van sumando hasta comprometer la viabilidad celular.
  • Se deben extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, cabeza, hombros, escote, orejas, manos y empeines. La protección de los labios se puede hacer con lápices o barras fotoprotectoras y la del cabello con productos específicos.
  • Cuanto más joven es el individuo, mejor es la capacidad de reparación del daño inducido por el sol en el ADN. Pero esta capacidad se va perdiendo con el tiempo, lo cual unido a la exposición solar acumulativa determinará la aparición progresiva de lesiones premalignas y malignas en el individuo. La protección solar debe ser muy efectiva en niños (especialmente en menores de 6 meses) y adolescentes, ya que una historia de quemaduras solares en estas edades implica un mayor riesgo de desarrollar lesiones malignas en el futuro. Además, en esas etapas de crecimiento, la piel es más sensible que la de un adulto (tiene menos proporción de estrato córneo y más cantidad de agua) y puede quemarse al sol con más facilidad.
  • Conviene estar informado del índice de luz UV que se da en un área geográfica determinada. Esta es una medida de la intensidad de la radiación en una escala de 1 al 11, de tal manera que cuanto mayor es el índice, tanto más alto es el riesgo de quemadura solar, daño a la piel y, en última instancia, de cáncer de piel. En España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ofrece una información permanentemente actualizada de dicho índice en la red (http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/radiacionuv).
  • Las lámparas de bronceado (incluyendo las camas para bronceado integral) no puede considerarse exentas de riesgo, puesto que para ejercer su efecto inductor de la producción de melanina por los melanocitos es necesario que llegue a estos una cierta dosis de radiación UV. Lo mismo ocurre con el empleo de bronceadores químicos, como la dihidroxiacetona, que es capaz de reaccionar con las proteínas de las células epiteliales dando lugar a subproductos que oscurecen temporalmente la superficie de la piel; este tipo de bronceado no es igual que el natural (por melanina) y no protege frente a la radiación UV.