El azar electrónico deja 12.00 euros del Quinto Premio de Navidad en dos pueblos de Zamora
Juanma de Saá
El penúltimo de los ocho quintos premios del Sorteo Extraordinario de Navidad dejó un suspiro de fortuna en Morales del Vino y en Tábara (Zamora) con sendos décimos del tardío 43.831 expedidos por terminal punto de venta para recordar que “también tocan los décimos azules”, expresión que se ha convertido en un mantra en la provincia, donde también se vendió un décimo del Gordo mediante ese sistema.
El Quiosco Celi, ubicado en la calle Entrala, en Morales del Vino, da servicio a los habitantes de la zona desde hace casi un cuarto de siglo de la mano de Araceli Pérez, de 63 años, y de su marido, Alfonso Mulas, de 65. “Ella es la jefa”, asegura a Ical, con buen humor. “Es una ilusión muy grande. Estoy como si me hubiera tocado a mí”, añade.
Lo cierto es que el Quiosco Celi tiene experiencia en repartir suerte, o en vano vendió en 2014 un décimo del segundo premio de la Lotería de Navidad y otro par de a Lotería Nacional de los jueves. “Hemos tenido suerte, dentro de lo que son los puntos de venta mixtos”, reconoció. “Es una alegría y, si le toca a un conocido, mejor todavía. Este pueblo es bastante grande y es de paso a Salamanca. Además, muchos pueblos de alrededor juegan. Hemos vendido mucha lotería de Navidad, a pesar de todo lo que está pasando”, explicó.
En este contexto, Alfonso recalcó a Ical que los décimos vendidos a través de TPV “también tocal” y apostilló: “Mucha gente mayor es reacia y prefiere el décimo de siempre pero ya van viendo que toca. Eso es lo mejor. Me encanta que el colega de Zamora haya vendido un décimo del Gordo, también por máquina”.
Otro quiosco con fortuna
La escasa suerte que llegó a la provincia de Zamora con la Lotería de Navidad tiene el sello de los quioscos y los terminales puntos de venta, como también demostró el Quiosco Casado, ubicado en la plaza John Williams, en Tábara, donde una máquina expidió otro décimo de ese quinto premio.
Asunción Casado lleva más de 30 de sus 58 años vendiendo tabaco, prensa y suerte. Hace cuatro años, repartió un cuarto de millón de euros con dos décimos del segundo premio de este mismo sorteo y también vendió un segundo de la Lotería Nacional el pasado mes de enero y otro, de la del jueves, que supusieron para las personas afortunadas 6.000 y 3.000 euros, respectivamente. “Tenemos buen tino. Vamos dando premios poco a poco”, puntualiza.
Lo cierto es que, en plena pandemia, ha logrado vender a buen ritmo, aprovechando su localización estratégica en lugar de paso y las dificultades que las restricciones han supuesto para que asociaciones y cofradías pudieran vender lotería, como tradicionalmente hacen por estas fechas. “Esto nos viene muy bien para la lotería del Niño. A ver si damos algo importante”, rubrica.