El Consorcio Provincial de Bomberos de Zamora cumple 18 años. José Luis Peirto Calderón es, desde hace año y medio, su presidente. Una tarea que ha tenido que afrontar con varias dificultades y un gran objetivo entre manos: la construcción de un nuevo parque de bomberos que de servicio a los 42 pueblos del Alfoz de Zamora, y que libere a los Bomberos de la capital de la tarea de su protección.
De estos 18 años, de su año y medio de gestión, del año de la pandemia y de las revindicaciones de algunos sectores sindicales de los bomeros ha hablado con Noticiascyl Zamora. Y es que extensa experiencia y camino dentro de esta fórmula de trabajo está siendo el espejo en el que se mirar varias provincias vecinas, para gestionar sus equipos de extinción de incendios.
Pregunta.- El Consorcio Provincial de Bomberos cumple 18 años, ¿qué balance puede hacer ahora que cumple su 'mayoría de edad'?
Respuesta.- Muy positivo. Tengamos en cuenta que partir de cero en un despliegue de un servicio como este, que no solo se trata de poner un funcionario y una oficina en un pueblo. Se trata de crear una infraestructura acorde a las necesidades y nivel de riesgos de la provincia. Es algo muy importante; y cuando se empezó hace 18 años, comenzó un camino que no era sencillo y hemos llegado a un nivel de implantación muy bueno para su nivel de riesgos y la fisionomía de la provincia. Bien sea con los parques propios del Consorcio o a través de los convenios que firmamos con otras administraciones. Así que el primer balance no puede ser otra cosa que positivo y, a todos aquellos que han tenido un papel relevante en estos 18 años, quiero darle las gracias en nombre del Consorcio y de la sociedad zamorana.
P.- Es una institución con mucha experiencia ya y a la vanguardia con respecto a otras provincias.
R.- Sí. La verdad es que quizá en este mandato es cuando más provincias de Castilla y León están poniéndose en contacto con nosotros, porque la implantación de este servicio en otras provincias no ha llegado a estos niveles. En ese sentido llevamos unos años de ventaja y, por supuesto, seguir mejorando, para no quedarnos ahí pensando que estamos a la vanguardia. El objetivo es seguir adelante e intentando estar cada día mejor.
P.- Entonces sí hay otras provincias de Castilla y León que acuden a vosotros como ejemplo.
R.- Sí. Hablamos con otras provincias y consultar. Pero no solamente en esta área, a nivel de la Comunidad, los diputados provinciales solemos mantener relaciones fluidas para coger lo bueno de ellos y evitar errores que se puedan producir. Hace poco hemos tenido una visita de unos diputados de otra provincia que están implantando su sistema de extinción de incendios y les ha parecido muy adecuado el nuestro. Para nosotros eso es una satisfacción y poder ayudar a los demás. Al igual que cuando hemos necesitado a otras provincias para desarrollar otros proyectos, hemos estado en contacto.
P.- La apuesta parece firme por parte de la Diputación con la construcción de un nuevo parque de bomberos para atender a los 42 pueblos del alfoz de Zamora.
R.- Esta decisión era ya el momento de tomarla, pero ya se había barajado en otras ocasiones. Sobre todo, porque está pasando en todo Castilla y León. El conveniar con otras administraciones este servicio lleva aparejado una serie de dificultades. La primera es el propio servicio de bomberos, en este caso el del Ayuntamiento de Zamora, en el que los bomberos son funcionarios de este Consistorio, que su ámbito de actuación y su puesto de trabajo corresponde a las actuaciones en el término municipal de Zamora. Eso siempre supone una dificultad porque así nos lo trasladó el Ayuntamiento. Hay una bolsa de refuerzos a la que se deben apuntar los propios profesionales para atender las emergencias en los 42 pueblos. Por lo tanto, sin dejar de hacerse cargo de las emergencias al nivel que valore el 112 que deban acudir, si nos pidieron que se tomara una decisión definitiva en este sentido para no tener problemas nadie. Cada uno que haga el trabajo donde le corresponde y así no se crean dificultades.
Y se tomó la decisión de renovar el convenio, sin una fecha fija, pero sí con una fecha determinada con la construcción de ese parque, que va a dar servicio a los 42 pueblos del Alfoz de Zamora. Una vez que normalicemos esa situación, lógicamente, para todos será mejor. ¿Si hay un incidente extraordinario los Bomberos de Zamora no van a ir? Pues sí, claro. Pero a los incidentes normales acudirán los Bomberos de Consorcio Provincial, siempre y cuando sus medios sean suficientes para atender el suceso.
P.- ¿Cómo va a ser ese futuro parque de bomberos?
R.- Va a ser similar a los que tenemos en Rionegro del Puente y Bermillo de Sayago. Un parque dotado con quince profesionales, diez bomberos y cinco cabos, que se van a constituir en cinco equipos de tres profesionales (dos bomberos y un cabo). Estos trabajarán en turnos de 24 horas, es decir, a las nueve de la mañana entra un turno que sale a las nueve de la mañana del día siguiente, descansa cuatro días y al quinto día vuelve a entrar.
En ese parque, lógicamente, habrá todos los medios necesarios para que se pueda pasar 24 horas allí. Habitaciones, comida, sala de estar, gimnasio y perfectamente habilitados para que, cuando se dé esta convivencia de 24 horas, sea lo más adecuada posible.
P.- Un buen centro de operaciones es importante, pero ¿cómo son los medios materiales con los que cuentan? ¿Son adecuados?
R.- Desde luego que sí. Todo es mejorable, pero son los adecuados para las emergencias que se producen en la provincia. Las salidas de los tres últimos años, tanto del parque de Bermillo como el de Rionegro, así lo indican. En el Parque de Bomberos de Bermillo de Sayago en el año 2018 tuvo 50 salidas propias en todo el año. Estamos hablando de incendios, bien sean urbanos o rurales; accidentes; rescates o retirada de nidos de avispas. Pero si nos vamos al 2019 el número sube a las 60 salidas y 68 en el año 2020. Un número que se eleva al centenar en el caso de Rionegro. Eso sin contar falsas alarmas o asesoramiento, pero no cuentan como incidentes de protección civil.
Son movilizaciones escasas y pequeñas, pero que van acordes al nivel de riesgos que tiene la provincia. Vivimos en un entorno en el que la seguridad vial es alta, porque la provincia, si exceptuamos el tramo de la A-11 entre Zamora y Portugal, está atravesada por la A-6, la A-52, la A-11, la A-66 y la A-62 en el tramo de Cañizal. Con esto quiero decir que las autovías son de alta seguridad y hay pocos accidentes. Aunque luego haya muchos kilómetros de carretera convencional, pero no tenemos un índice muy grande de accidentes de tráfico.
Por ejemplo, en accidentes de mercancías peligrosas, hablaba con el director técnico del Consorcio, y me aseguraba que no recuerda que haya habido un accidente con mercancías peligrosas, en el que hayan tenido que intervenir los Bomberos con trajes de protección. Sí que ha habido incidentes, como averías de camiones de este tipo, o salidas de la vía; pero nunca han hecho falta esos equipos de protección extraordinarios. Por lo tanto, los medios, tanto humanos como materiales de los que disponemos son adecuados para atender esas situaciones, siempre que estemos hablando de emergencias ordinarias. Si se da una situación de emergencia extraordinaria, evidentemente, si nuestros medios no fueran suficientes, el 112, que es quien moviliza estos medios, determinará qué tiene que hacer.
El riesgo mayor que existe en la provincia de Zamora son los incendios forestales. Y esa no es nuestra competencia, es de la Junta de Castilla y León. Es verdad que nosotros colaboramos de manera activa con la Junta cada vez que hay un incendio forestal en cualquier momento del año. Por otro lado, si tuviéramos en Zamora un cinturón industrial, con petroquímica o una central nuclear, estaríamos hablando de otra cosa y otros medios. Pero esa no es la realidad.
Otro ejemplo serían las inundaciones. Los ríos en la provincia de Zamora están muy regulados, y cuando se desbordan no hay riesgo para las poblaciones, porque no estamos hablando de cauces de montaña y cortos, donde las riadas son muy bruscas y no da tiempo a reaccionar. Aquí nos da tiempo perfectamente y están perfectamente estudiadas las inundaciones, a través del catálogo de inundaciones históricas. Lo que ocurre es que hay viviendas, ganaderías o parcelas en el campo que se ven afectadas.
P.- ¿Por qué es necesario un consorcio de este tipo en Zamora?
R.- La figura del Consorcio es administrativa. Es una forma que permite la ley de dar un servicio al ciudadano. Sea un consorcio de extinción de incendios o de otro tipo. Esta Diputación participa en consorcios como de relaciones laborales o idiomas. Hay que distinguir el servicio de la figura administrativa. Está claro que la competencia de la extinción y prevención de incendios y protección civil para menos de 20.000 habitantes es de la Diputación Provincial. Esa competencia la puede dar la propia Diputación con sus medios o a través de un consorcio, como es el caso.
La figura del consorcio es buena porque, en ella, se incluyen también a los ayuntamientos de la provincia. En este momento son 191, que están integrados en él, y esto les hace propietarios de esa competencia. Así los ayuntamientos tienen la responsabilidad de que son partícipes en las decisiones que se toman en ese consorcio. En él, un ayuntamiento paga un euro por habitante al año para formar parte, y le sirve para estar en la Asamblea General del Consorcio, que es el máximo órgano de representación. Allí deciden y fiscalizan las acciones del Consorcio, porque hay que respetar mucho la acción de esa competencia que hacen los bomberos de extinguir incendios, pero también hay que respetar la organización administrativa, que es la que emana del propio Consorcio. Son quienes aprueban los presupuestos, determinan las cuentas, y quienes tienen la responsabilidad de esas cuentas y de cómo se gasta el dinero público. Por lo tanto, separemos muy bien lo que tiene que hacer cada uno. Los bomberos tienen su ámbito y no pueden intentar por ningún medio hurtar las competencias administrativas de Consejo Directivo y la Asamblea.
P.- ¿Entiendo que, aquellos ayuntamientos que no pertenecen al Consorcio igualmente reciben servicio y no tienen una desigualdad en ese sentido?
R.- Aquí se atiende a todo el mundo, desde luego. Lo que ocurre es que aquellos ayuntamientos que no están consorciados, si necesitan alguna intervención por parte de los Bomberos, como pueda ser una retirada de un nido de avispas, el Consorcio les puede pasar la tasa correspondiente de utilización de servicio.
P.- ¿La intención del Consorcio es que el mayor número de ayuntamientos posibles pertenezcan a este?
R.- Lo ideal sería que los 247 ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes de la provincia estuvieran consorciados. Pero 191 es una cantidad importante. Aún así, seguimos intentando por todos los medios que el resto de los ayuntamientos entren. Es importante porque el resto de los consistorios lo sienten como suyo, y eso es bueno para cuidarlo y tomar decisiones.
P.- ¿Cómo pueden convencer a esos ayuntamientos que se consorcien?
R.- Creo que muchos no pertenecen al Consorcio por propio desconocimiento. Intentamos que lo conozcan con campañas como la realizada por su 18 aniversario. Hay muchos consistorios que no saben quién les está prestando ese servicio. Es verdad que cuando el camión llega, lleva la pegatina del Consorcio Provincial y de la Diputación de Zamora, pero cuando la emergencia finaliza, eso se nos olvida, porque lo único que nos preocupa es que se atienda la urgencia. Entonces, hay muchos ayuntamientos que ni tan siquiera saben cómo es el ordenamiento en este sentido y ellos reciben el servicio y no saben lo que ocurre.
Desde que yo llegué a la Presidencia hemos hecho una campaña para intentar que aquellos ayuntamientos que no están consorciados, de alguna manera, dieran ese paso. De hecho, ya tenemos algunas peticiones y seguiremos en esa línea. Intentaremos que estén todos y que hagan como suyo este importante conglomerado que es el Consorcio.
P.- Hace un año que tiene el cargo del presidente del Consorcio, ¿cómo ha sido su llegada y más marcado por el Covid?
R.- Pues marcada en exceso por la pandemia. Mi llegada al Consorcio es hace año y medio, a finales de julio. Entre el mes de julio y finales de año ha sido un periodo prácticamente de aterrizaje y conocer los problemas que había y tener una hoja de ruta clara. Pero es que, a finales del año 2019, lo que ocurre es que todos los convenios que estaban encima de la mesa finalizaban. Entonces la primera urgencia era renovar esos convenios. Hemos estado una parte importante de esos meses y del año siguiente con esta tarea. Por estas mismas fechas intentábamos darle una salida al convenio firmado con Zamora capital, comprar nuevo material para los parques que tenemos… Y llega el 15 de marzo, nos encierran, la tramitación administrativa de cualquier administración se reduce a límites de mínimos, para sacar adelante el día a día. Y, por supuesto, las preocupaciones cambian, que en aquel momento era la salud pública y dotar de medios a los servicios sanitarios; y sobre todo en nuestro caso que a los Servicios de Extinción de Incendios no les faltasen mascarillas, ni guantes ni equipos de protección, por si tenían que hacer labores de apoyo a la población.
En aquel momento, nosotros tomamos una decisión que fue los Bomberos no salieran a la provincia para hacer labores de fumigación y desinfección. Porque en la Diputación tuvimos la gran suerte de que el personal del Parque de Maquinaria se ofreció de forma voluntaria a hacer ese trabajo por todos los municipios de la provincia. Eso nos permitió reservar a los Bomberos en ‘grupos burbuja’, para las actuaciones que fueran necesarias y no poner en riesgo su salud haciendo esos trabajos por la provincia.
Y una vez pasado el confinamiento, seguimos en época de pandemia, por lo que seguimos en un estado de alarma en el que las prioridades cambiaron de nuevo y donde hay que compaginar el trabajo diario con estas situaciones de emergencia sanitaria en la que estamos ahora. Estamos en una fase en la que se empieza a vacunar a los bomberos y estamos trabajando para que se realice cuanto antes, junto con la Consejería de Sanidad.
P.- ¿Qué objetivos se marca durante los próximos dos años y medio para mejorar el servicio?
R.- Los objetivos pasan por seguir gestionando el dinero público como nos han encargado los zamoranos, de la forma más eficaz y eficiente posible. Y para ello es importante cerrar los convenios que aún tienen algún fleco y terminar ese parque en Zamora; además de intentar que los dos parques ya existentes tengan la mejor dotación posible, y que no haya ninguna dificultad a la hora de afrontar las emergencias.
Aquí no podemos hablar de objetivos políticos, solo sociales, que están por encima de la política. Lo que creo es que cuando finalice mi paso por el Consorcio, estos objetivos se habrán logrado.
P.- ¿Contará con el apoyo económico de la Diputación para ello?
R.- Estoy contando desde que llegué. En el presupuesto del ejercicio 2020, que acabamos de llegar, la aportación de la Diputación aumentó en unos 200.000 euros; pero en el 2021 ese aumento ha sido mucho más considerable. Nos hemos situado en los 3.400.000 euros, cuando en 2020 estábamos en 2,6 millones. El incremento es muy importante. Es una competencia propia y la Diputación es consciente de que hay que darla. Hasta ahora no hemos tenido ninguna dificultad. Tanto el presidente como todo el equipo de Gobierno han estado de acuerdo en que este servicio necesitaba de mayores partidas económicas y ha habido que sacarlas de otras; y así se ha hecho.
P.-No ha sido un primer año fácil tampoco con el aluvión de críticas por parte de algunos sindicatos de bomberos ¿Cuáles son sus reclamaciones y el porqué de la polémica?
R.- Creo que debemos ser absolutamente transparentes con los ciudadanos y hay que contar las cosas con rigor y seriedad. Las verdades a medias son mucho peores que las mentiras. Y cuando se lanzan acusaciones, lo que hay que hacer es probarlas. Creo que vivimos en un estado democrático muy garantista, donde cuándo uno se enfrenta un proceso judicial, la presunción de inocencia es fundamental. Quiero decir, cuando a mi se me acusa de ciertas cosas, lo que hay que hacer es probarlas. El resto es acusar en vano o con verdades a medias. Intentando no sé muy bien qué, porque en una negociación pedir la dimisión de otros no lleva a ninguna parte. Lo que hay que hacer es intentar negociar para mejorar.
Cuando no se les cuenta a los zamoranos que en año 2020, desde Bermillo se salieron 68 veces, que si tenemos en cuenta que hay cinco equipos y dividimos las 68 entre cinco, estamos hablando de que algunos equipos en todo el año han salido entre diez y quince veces. Hay que contar todo.
También hay que hablar de que los Bomberos pertenecen al grupo C1 de la administración. Esto significa que, el grupo A1 lo conforman los funcionarios con formación universitaria superior, el A2 los que tienen formación universitaria media y el grupo C1 los funcionarios sin titulación universitaria, con graduación en la ESO. Los bomberos, en este momento, por hacer un refuerzo de doce horas, cobran 330 euros, y los cabos 375 euros. Me gustaría que eso se compare con las guardias de la sanidad pública, en las que son funcionarios de grupo A1 y A2. Hay que contar todo y yo voy a ser absolutamente transparente, ya que se hacen acusaciones tan graves contra mi y se me falta al respeto. Vamos a ser transparentes para todo. Y vamos a empezar a hablar de situaciones, actuaciones, trabajos, responsabilidades y remuneraciones.
Me hace mucha gracia ver las protestas, una vez a la semana, de este grupo de funcionarios, que yo respeto. Yo creo que son grandes profesionales, pero no comparto sus reivindicaciones y respeto que se manifiesten. Lo que no es de recibo es que estos señores, que tienen el trabajo asegurado de por vida porque son funcionarios, que cuentan las cosas a medias, y que no demuestran sus acusaciones, se ponen a protestar a las puertas de la Diputación de Zamora un día a la semana, con cacerolas, sirenas y petardos; y le vacían la terraza al establecimiento de hostelería de la plaza Viriato, que lleva 45 días con su negocio cerrado y sin tener ni un solo ingreso. Yo creo que deberíamos mirar al resto de la sociedad. Creo que deberían de demostrar un poco de empatía con aquellos que no tienen esa suerte y que llevan un año, que no les permite siquiera tener ingresos para mantener su economía. Yo se lo he dicho personalmente durante una reunión con ese sindicato, que copa las protestas. Les he pedido que se manifiesten los días que consideren, pero que eviten esos ruidos que causan prejuicios a este establecimiento de hostelería y el Parador que está en frente; que al final le van a causar un prejuicio. Apelo a su responsabilidad. Pero después de esa reunión esta semana, volvieron a hacer lo mismo.
Creo, además, que también deberían de ser solidarios con sus compañeros de Diputación, que han firmado un documento para que alcalde de Zamora intervenga en estas protestas con la Policía Municipal, para tomar medidas frente al ruido. Porque es una hora, en la que los servicios de la Diputación, la Biblioteca, Cáritas, o cualquiera que esté alrededor no pueden trabajar de forma adecuada, porque tienes en la puerta las cazuelas, las sirenas, los petardos, las voces y los gritos. Ellos piden mi cabeza, yo solo que no perjudiquen a sus compañeros y a los establecimientos del lugar.
P.- Una de sus últimas reivindicaciones fue el estado de los trajes de intervención para riesgo químico estaban caducados.
R.- Cuando recibí el vídeo semanal que realizan, lo primero que hice fue interesarme por las salidas que había habido en estos 18 años para el transporte de mercancías peligrosas. Y solo habían registrado incidentes, pero no peligro químico de ese tipo nunca. Además, resulta que solo se han abierto dos trajes, de los siete que hay en Bermillo y ocho en Rionegro, para explicar cómo se ponen.
Yo pedí un informe al cabo de servicio que había en ese momento, para conocer si la vida útil de esos equipos había finalizado. Y las prescripciones técnicas hablan de una vida útil de 20 años. No de caducidades, porque los productos materiales no tienen caducidad. Los productos materiales no tienen caducidad, eso son los orgánicos. En este caso tenemos que hablar de vida útil recomendable. Dice el informe que también se recomienda hacer una inspección de las costuras a los cinco años, que se ha hecho. Pero es que se entregaron en 2008, por lo tanto, hasta 2028 no podremos hablar de que haya finalizado su vida útil, que tendrán que determinarlo los fabricantes. Quién esté al frente del Consorcio por entonces llamará al fabricante, le enviará los trajes para su análisis, y sino la tienen se comprarán otros.
Hay que optimizar los gastos y no jugar con el dinero de los zamoranos. Porque estos no entenderían que, con el dinero de sus impuestos, se tirara el dinero. Pero son capaces de decir esta mentira, trasladarla a los medios y redes sociales y, aun sabiendo que no es verdad, porque en la etiqueta pueden ver ellos mismos que pone 20 años de vida útil recomendada, hablan de caducidad. Como si ponerse ese traje les fuera a suponer que les diera una reacción alérgica.
P.- Y, en estas circunstancias tan tirantes con ellos, ¿habrá posibilidad de llegar a acuerdos o acercar posturas?
R.- Siempre que quieran. Yo me reuní la semana pasada tres horas con la sección sindical que forman seis bomberos del Consorcio, porque ellos piden reuniones asamblearias y esas no se producen en ningún sitio. Las reuniones de la administración con los empleados se producen a través de sus representantes legalmente elegidos. Y lo que no voy a hacer es una asamblea, porque no tiene sentido, ya que para eso tienen representantes sindicales. Y menos en la situación sanitaria actual.
La semana pasada tuve esta reunión durante tres horas, y tengo que decir que nosotros nuestra predisposición es a negociar, pero para que esto ocurra hay que hablar de cosas negociables. Cuando se pide que a un funcionario se le eche directamente, eso no es negociable. Podemos tratar de llegar a acuerdos en cuanto a vacaciones, condiciones de trabajo, protocolos de actuación, materiales… Entonces, o intentan rebajar un poco el nivel de exigencia, o hay cosas que no son negociables.