El PSOE pide el traslado del Santiago peregrino al interior del templo de Santa Marta de Tera
Através de una enmienda a los Presupuestos de la Junta de Castilla y León 2022
2 diciembre, 2021 14:12Entre las 77 enmiendas que los procuradores socialistas por Zamora han presentado a los presupuestos de la Junta de Castilla y León para 2022, está una que, por valor de 30.000 euros, contempla el traslado de la universal imagen de Santiago peregrino al interior del templo de Santa Marta de Tera y la colocación de una réplica en el lugar que el original ocupa actualmente.
Previamente, los procuradores José Ignacio Martín Benito, Ana Sánchez Hernández y Carlos Fernández Herrera registraron -a finales de octubre- una proposición no de ley, pendiente de debate, por la que instan a la Junta a “trasladar al interior del templo las esculturas de los apóstoles ubicados en las enjutas del exterior de la portada sur de la iglesia de Santa Marta de Tera, y su sustitución por sendas réplicas, con el fin de detener su degradación y preservarlas, especialmente la escultura de Santiago peregrino, universal icono jacobeo”.
La enmienda sobre el Santiago de Santa Marta forma parte de un total de 15 presentadas por los socialistas en Cultura y Turismo para la provincia de Zamora, por valor de 775.000 euros, entre las que se encuentra también una para la adquisición del mayor de los campamentos romanos de Petavonium en Rosinos de Vidriales, y otras parara la conservación de las fortificaciones de La Puebla de Sanabria, Belver de los Montes, Castrotorafe y castillos de Alba de Aliste (Losacino) y Asmesnal (Alfaraz de Sayago), junto a bienes muebles en San Miguel de la Ribera y Abezames, entre otras.
Las enmiendas de Cultura y Turismo serán debatidas en las Cortes de Castilla y León el martes 14 de diciembre. Ya el 24 de septiembre de 2020, en una conferencia pronunciada en la iglesia de Santa Marta de Tera, Martín Benito reclamó la puesta en marcha de un museo jacobeo en el Palacio de los Obispos de Astorga, en Santa Marta de Tera (Zamora) y el traslado de los originales de las esculturas románicas a su interior, siendo colocadas en un su lugar sendas réplicas. Ello respondía a la falta de seguridad que presenta la imagen jacobea, recordándose entonces la ola de robos o lamentables desapariciones ocurridas en los últimos años en las ermitas de la Santa Cruz de San Pedro de Montes (León) y de Quintanilla de las Viñas (Burgos), donde fueron robados relieves altomedievales; posteriormente, en diciembre de 2011, los ladrones arrancaron y se llevaron el mosaico de Baco de la villa romana de Baños de Valdearados; a los pocos días, a principios de enero de 2012 de la ciudad romana de Clunia (Coruña del Conde, Burgos), los ladrones, provistos de una grúa, se llevaron un sillar con bajorrelieve. En febrero de 2013, arrancaron y se llevaron la cabeza de un busto romano empotrado bajo la espadaña en el exterior de la iglesia.
Los robos en las zonas rurales, con poca población, se ha extendido también a las campanas; en agosto de 2017 una veintena de estos objetos habían sido robados en iglesias de Burgos y Palencia; meses atrás se habían producido robos de estos objetos en iglesias de León y Zamora. A la falta de seguridad de tan emblemática escultura, hay que unir también el deterioro de la piedra soporte de la escultura del Santiago peregrino, como consecuencia de las inclemencias meteorológicas y el estar expuesto en un pórtico abierto, sin protección, salvo un pequeño tejaroz de madera, colocado por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, que no cumple función alguna de protección. De hecho, la piedra se ha degradado o desmenuzado en granos de arena, con lo que la figura escultórica está perdiendo densidad. De hecho, el capitel de la Epifanía, del exterior del ábside, ha sufrido tal degradación en los últimos años, que está prácticamente irreconocible. Conviene señalar que las imágenes, tanto del Santiago peregrino como la de otros dos apóstoles, no están en su lugar original y que fueron recolocadas en los pórticos norte y sur en la restauración que en 1932 llevó a cabo en la iglesia el Estado, bajo la dirección del arquitecto Alejandro Ferrant.