La Junta de Castilla y León ya ha finalizado el borrador que recoge la normativa a seguir durante las procesiones y actos religiosos de cara a la Semana Santa 2022. Un primer texto que prohíbe la celebración de comidas o meriendas multitudinarias "por no poder respetarse ni el uso de mascarilla ni la distancia de 1,5 metros entre personas no convivientes". Esto deja fuera el tradicional descanso de las cofradías en la Catedral de Zamora o la toma de sopas de ajo en la madrugada del Viernes Santo en las Tres Cruces. Por tanto, el avituallamiento y descanso se hará de forma individual, evitando compartir botellas o utensilios. En el momento de retirarse la mascarilla se mantendrá la mayor distancia posible con el resto de las personas, idealmente 1,5 metros.
Como novedad a lo que ya se podía conocer hace unas semanas gracias a la Junta Pro Semana Santa de Zamora, la Junta de Castilla y León recomienda (que no prohíbe) la modificación de los recorridos de las procesiones para evitar calles demasiado estrechas. Una propuesta que llevaría a cambiar buena parte del recorrido de procesiones muy conocidas de Zamora como la del Yacente, Las Siete Palabras, La Vera Cruz o El Santo entierro. También indica que en estas calles estrechas, el Ayuntamiento de Zamora podrá limitar la presencia de público en uno o ambos lados del recorrido. Igualmente aconsejan eliminar todas o parte de las faldillas de los pasos que sean portados por personas, para mejorar la ventilación.
Y como novedad a lo que inicialmente se barajaba, los cargadores de pasos no tendrán que utilizar mascarilla de forma obligatoria, siempre que todas las personas que portan un mismo paso se hayan sometido a cribado mediante PCR en las 72 horas anteriores o mediante test de antígenos en las 24 horas anteriores. Para ello, la Junta de Castilla y León colaborará con las cofradías en la realización de cribados, según se adecúe a los medios disponibles y la cantidad de personas censadas para la realización del cribado. Los cribados se ofrecerán a quienes porten pasos, así como a los músicos que toquen instrumentos de viento soplado. Cada cofradía tendrá que decidir de forma común si sus miembros se someten o no al cribado, y comunicárselo a la Junta de Castilla y León con la antelación necesaria para la planificación del servicio.
Dentro de la normativa que ya se conocía está el uso obligatorio de la mascarilla, en todos los actos y procesiones, para cualquier persona mayor de seis años, en este caso quirúrgica o superior cubriendo nariz y boca, desde el puente nasal hasta el mentón, tanto en interiores como en exteriores y tanto para participantes como para espectadores. Este requisito será exigible tanto para las personas que lleven la cara descubierta como cubierta, y el hecho de llevar vestimenta no podrá sustituir a las mascarillas. Por otro lado, se permite que los miembros de las bandas de música que toquen instrumentos de viento soplados no lleven puesta la mascarilla, pero deberán mantener una distancia mínima de 1,5 metros con otros participantes y asistentes, excepto con el resto de miembros de la propia banda, quienes deberán protegerse mediante FFP2. Además, los recorridos deberán permitir guardar la distancia entre músicos y los espectadores de las procesiones. En aquellos espacios, como calles estrechas, donde no se puedan guardar los 1,5 metros de distancia no podrá tocar instrumentos de viento soplados.
Como el lógico, queda prohibida la participación o asistencia de personas con PDIA (PCR o test de antígenos) positiva en los últimos 7 días o personas con algún síntoma compatible con COVID-19: fiebre, dolor de garganta, tos, diarrea, náuseas, vómitos, mareos, dolor muscular o de articulaciones, cansancio intenso, erupción cutánea, dolor de cabeza, pérdida de apetito, dificultad para respirar, pérdida de los sentidos del gusto o el olfato, rinorrea, estornudos o conjuntivitis.
Con distancia entre el público y la procesión
La Junta de Castilla y León prohibirá también las expresiones culturales o religiosas que impliquen contacto físico secuencial de los diferentes participantes con objetos litúrgicos, reliquias o imaginería, como los besapiés o besamanos. Y piden que se evite, en la medida de lo posible, que las personas se vistan en sacristías o templos cerrados, con el objeto de minimizar el contacto entre no convivientes en interiores.
Por otro lado, durante el desarrollo de las procesiones, se mantendrá la máxima distancia posible, idealmente 1,5 metros, entre las personas procesionantes y entre los procesionantes y el público. También recomiendan que tanto participantes como público estén correctamente vacunados, incluida la dosis de recuerdo, conforme a su edad e historial de infección pasada. Para las personas mayores de 60 años o con enfermedades crónicas de riesgo de padecer COVID grave recomiendan el uso de mascarilla FFP2 para eventos en interiores.