El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitaba ayer una de las zonas afectadas por el devastador incendio en la Sierra de la Culebra (Zamora). El jefe del Ejecutivo aterrizaba en helicóptero en Otero de Bodas, directo del Congreso de los Diputados, y su llegada provocaba gran expectación entre los vecinos, que tuvieron reacciones dispares a su visita.
Una veintena de personas aguardaba la llegada del presidente del Gobierno a su municipio. Vecinos, bomberos, UME, ganaderos o apicultores esperaban poder transmitir sus demandas a Pedro Sánchez durante su visita. El presidente del Gobierno primero saludó a los afectivos que habían estado trabajando en el fuego, y en ese momento, varios vecinos gritaron "¡ayúdenos, presidente!", en tono de súplica.
Tras el encuentro con los medios en la zona afectada por el incendio, Sánchez volvió al municipio para tomar de nuevo el helicóptero de vuelta a Madrid, y en ese momento compartió unos minutos con varios vecinos de la zona. Todos ellos muy emocionados y afectados por el terrible suceso ocurrido en la Sierra de la Culebra, relataron al presidente del Gobierno algunos de los momentos más duros.
Una vecina le contó como su madre, de 90 años, tuvo que ser evacuada cuando el fuego llamó a las puertas de Otero de Bodas. Ante eso, el presidente del Gobierno quiso acercarse a esta y a otra vecina de 100 años, para tomarles de la mano e intentar dales algo de consuelo. Otra vecina, de Olleros de Tera, optó por pedirle apoyo económico para todos los apicultores de la zona, que como ella, han pedido más de mil colmenas y otras 5.000 tendrán que ser realojadas. Además, le regaló un bote de miel de la zona, porque como se suele decir, se cazan más presidentes con miel que con vinagre.
Y, sí, también hubo críticas al presidente del Gobierno. Algún vecino le tachó de mentiroso a su llegada y, quizá el más compartido en redes sociales, fue un vecino que, cara a cara, con Sánchez le dijo en tono irónico que "ya hemos perdido la Sierra de la Culebra, ahora te queda la de la Demanda, vete y quémala". A lo que el presidente del Gobierno respondió que "lo vamos a arreglar". Algo que no convenció demasiado al vecino en cuestión que le espetó: "¿Arreglarlo, tú?".