Los primeros cálculos de los apicultores zamoranos indican que se han perdido un millar de colmenas y hasta 5.000 podrían tener que ser trasladadas a otras zonas por falta de alimento, tras el voraz incendio en la Sierra de la Culebra. El fuego que ha arrasado más de 30.800 hectáreas ha dejado sin hogar a mucha fauna, entre ellas, las abejas. Un animal cuya miel es el modo de vida de un centenar de familias en la provincia (75 asociados en Apis Durii, la Unión Profesional de Apicultores de Zamora), pero que ha visto arrasado todo su territorio.
Este es el caso de Leticia Pérez, natural de Olleros de Tera, pero con una explotación apícola en Otero de Bodas. Ella ha tenido la 'suerte' de que sus seis colmenares no han ardido, pero se trata de una suerte relativa, ya que "sí se ha quemado todo su sustento de alrededor. El fuego estuvo muy cerca". Un incendio que ha provocado la desaparición de la necesaria flora para que sus abejas polinicen y generen la miel de la que viven. Y ahora toca trasladarlas.
Afortunadamente para ella, la ola de solidaridad que se ha generado en Zamora está siendo un soplo en el alma de los afectados por este devastador incendio. Los vecinos de las zonas cercanas al incendio "se están portando muy bien", y no son pocos los que han ofrecido sus tierras "para que podamos trasladar las colmenas". Una ayuda que también reciben de la asociación zamorana de apicultores Apis Durii, que "está ofreciendo sitios en toda Zamora para reubicar colmenas".
"No podíamos hacer nada"
Desde el primer día que se generó este brutal incendio, vecinos como Leticia vivían "mirando para la sierra". Los cambios de viento "nos tenían continuamente en alerta, no sabías qué iba a ocurrir, si venía o no venía hacia nosotros". Y desgraciadamente, los peores presagios se cumplieron. El fuego llegó literalmente a las puertas de las casas en Otero de Bodas, y el municipio tuvo que ser evacuado.
Pero la cosa no terminó aquí. Leticia Pérez cuenta que su "gran preocupación" por aquel entonces era que el fuego "saltara a la vía del AVE", como finalmente ocurrió. Su pueblo, Olleros de Tera estaba justo después y, a partir de ahí, "todo fue una locura". Con un ojo en su pueblo, pero también en su modo de vida, Leticia subió a las colmenas, en pleno incendio, pero "tampoco podíamos hacer nada. Era desesperante". El fuego los rodeaba y no había forma segura de trasladar a sus abejas a ningún lugar.
Una situación muy dura para todos ellos, donde se han mantenido unidos entre pueblos frente a la desgracia. "Cuando comenzaron las evacuaciones, sabíamos que íbamos unos detrás de otros. Somos todos uno y nos duele lo mismo un pueblo que otro", detalla. Y es que la crudeza de ver el fuego "a las puertas de las casas, si no lo vives en directo no puedes hacerte una idea. Se te pasan las horas en segundos. Es horroroso".
Leticia acudía a Otero de Bodas el día de la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su compañera, y allí pudieron trasladar brevemente al jefe del Ejecutivo que "se dé cuenta de la magnitud de lo ocurrido". Esta vecina de la zona solo quiere que "si no echaron una mano cuando había el problema, que por lo menos ahora sean consecuentes con lo que hay". De hecho, su compañera le regalaba a Sánchez un bote de miel, para pedirle ayudas económicas para todos los apicultores afectados por el incendio.