El Ayuntamiento de Zamora por un lado, y la Diputación Provincial de Zamora, se han concentrado este mediodía en la Plaza Mayor, donde se han mantenido cinco minutos de silencio, con motivo del 25 aniversario del asesinato del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco y en reconocimiento a todas las víctimas del terrorismo.

Ambas instituciones respondían así a la propuesta de la Federación Española de Municipios y Provincias para concentrarse frente a las Casas Consistoriales de los municipios, en recuerdo y homenaje al concejal asesinado por ETA, como muestra de solidaridad con todas las víctimas y en repulsa de cualquier clase de terrorismo. Y así ha sido. Unos en la Plaza Mayor y otros en la plaza de Viriato, con apenas unos metros de diferencia.

Tras el minuto de silencio, el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, recordó que el Ayuntamiento se adhiere a esta convocatoria de la FEMP a nivel nacional, que sirve como ejemplo de la unidad imperante en las instituciones y en la ciudadanía; una unidad que fue fundamental para que hubiera aun "antes y un después en la lucha contra ETA", y aunque sea un acto simbólico es importante porque "nos refuerza en nuestros valores democráticos para seguir luchando por una sociedad mejor".

En este acto en la Plaza Mayor también estaba la secretaria de la Delegación Territorial de la Junta, Carmela Rodríguez, quien recordó que esta concentración es un ejemplo de que el espíritu de Ermua sigue todavía vivo, por un asesinato que llevó a movilizarse a toda la sociedad española en contra de la barbarie de ETA, y "tenemos que intentar entre todos que ese espíritu siga vivo para que no se son olvide de la que hemos vivido y que la unidad y la democracia prevalezcan sobre el terrorismo".

Por su parte, el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco, puso de manifiesto la crueldad de la muerte de Miguel Ángel Blanco y de todos los asesinatos que cometió la banda terrorista, entre los que figuran muchos servidores públicos como policías y guardias civiles. Y tuvo un especial recuerdo para la que fue última víctima de ETA, el concejal de Mondragón Isaías Carrasco, cuyos padres son naturales de Morales del Vino, y a quien conocía personalmente.



Y mientras, al mismo tiempo, en Viriato, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Requejo, se ha pronunciado sobre quienes "no se quieren acordar" del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Requejo ha indicado que "todas las instituciones debemos tener altura de miras, sobre todo, valorar el esfuerzo que hemos hecho las instituciones". Además, el presidente de la Diputación opina que se debe "recompensar" a la víctimas y familias, que sufrieron estos ataques.

Requejo consideró que un día como hoy sirve para "recordar la brutalidad de estos ataques, que hemos padecido desde la sociedad española; y a partir de ahí, que no se repita la historia, aunque se recuerde".

El presidente de la Diputación también se pronunciaba, precisamente, sobre estas concentraciones separadas de Zamora, para asegurar que "no hay ninguna polémica" y defendiendo que ambas instituciones habían recibido esta propuesta de la FRMP. "Lo importante no es el lugar, es el gesto, todas las instituciones lo hemos tenido y el sentimiento es mutuo aunque se haga por separado", añadía.