El alcalde de Salce, Rubén Gómez, defiende la actuación llevada a cabo por la Guardia Civil de Zamora, cuando más de 2.000 personas se asentaron en el desaparecido pueblo de Argusino, en el corazón del embalse de Almendra. Ante las críticas generadas porque esta fiesta ilegal no se desalojara de inmediato, el regidor sayagués asegura que "cuando se quisieron dar cuenta, ya tenían todo montado, y podían provocar altercados si los echaban".
Finalmente, la rave hippie no tuvo altercados, pero si se salda con la muerte de una joven suiza de 32 años, que quedó inconsciente ayer a las 15 horas. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por su vida, y ahora la autopsia determinará la causa de su muerte, si bien ya se ha descartado que fuese por violencia. Sobre este hecho, Rubén Gómez lamenta lo ocurrido y pide responsabilidad a todos aquellos que quieran organizar celebraciones de cualquier tipo.
En declaraciones a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, el alcalde de Salce asegura que tanto él como los vecinos creyeron inicialmente que la llegada de las caravanas tenía como origen las fiestas del pueblo vecino al suyo. Pero cuando los vehículos comenzaron a asentarse en la zona del embalse se quedaron "en shock". Fueron los propios vecinos quienes avisaron a la Guardia Civil de lo que estaba ocurriendo, aunque el alcalde sayagués defiende que "en ningún momento temimos que ocurriera algo en el pueblo, puesto que la zona está a tres kilómetros del pueblo".
Rubén Gómez fue informado en todo momento por la Guardia Civil y la Subdelegación del Gobierno de Zamora del dispositivo de seguridad montado para controlar el desarrollo de la rave ilegal. El alcalde mostró su especial preocupación porque alguno de los vehículos estaban aparcando en fincas cercanas al embalse, ya en zonas con vegetación. "Nos preocupaba el alto riesgo de incendios y que las altas temperaturas pudieran provocar algún fuego", detalla.
Más allá de eso, Rubén Gómez asegura que las molestias para los vecinos "no han sido mayores que cuando hay fiestas en el pueblo de al lado, que llega un ruido lejano". Y es que estos dos mil inesperados visitantes, llegados de Francia, Bélgica o Italia, "no pisaron el pueblo para nada". Cabe recordar que la comitiva llegó con cinco escenarios y multitud de furgonetas de comida, además de caravanas y otros vehículos.