El arte de las mujeres castellanas y leonesas tiene un lugar destacado en La iberoamericana de Toro
Nueve de las 35 artistas pertenecen a nuestra Comunidad
1 septiembre, 2022 09:30La segunda edición de la Iberoamericana de Toro alberga la obra de 35 artistas iberoamericanas de gustos y técnicas muy dispares. Llegan desde España, Perú, Cuba, Portugal, México y Ecuador con más de 125 piezas entre pintura, fotografía, video arte, instalación, acción performance, escultura... muchas de ellas se muestran por primera vez en La Iberoamericana de Toro.
Sus orígenes son muy diversos y eso es precisamente lo que enriquece a la muestra. Pero ¿sabían que entre todas estas propuestas podemos encontrar piezas de nueve mujeres castellanoleonesas?
Esta tierra esconde una creatividad veterana y también emergente que despunta a nivel internacional. Hablamos de nombres de riguroso prestigio como el de Dehly Tejero, la artista toresana por excelencia, también de Teresa Gancedo, Ana Frechilla, Marina Nuñez, Paloma Navares, Ruth Gómez, Lola Marazuela, Laura Salguero y Azucena Carbajosa, mujeres de generaciones muy dispares que han llevado el arte castellanoleonés fuera de sus fronteras.
Dehly Tejero - Zamora
La sede de la Iglesia de San Agustín guarda la propuesta de Dehly Tejero (1904-1968). Artista nacida en Toro en 1904, falleció en Madrid siendo una de las pintoras y dibujantes españolas más importantes de la llamada "Edad de Plata".
Ahora vuelve a sus raíces gracias a la colaboración del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid que custodia parte de la obra de la mujer que da nombre al premio honorífico de la Iberoamericana de Toro.
Desde allí han llegado seis de sus piezas, que constituyen un heterogéneo conjunto de dibujos realizados entre los años 1940 y 1967. Concretamente Calle de Segovia desde las Vistillas (1942-1945), Cibeles de noche (1948-1950), Estadio Vicente Calderón (1966-1967), Nosotros-ellos (1940-1945), Sueño surrealista (1951) y Vista de Madrid (1960).
Teresa Gancedo – León
Teresa Gancedo (1937) repite en la Iberoamericana de Toro, que el año pasado le concedió precisamente el premio honorífico Dehly Tejero. Esta vez trae parte de su obra a la sede de la iglesia de La Concepción, una propuesta muy personal y experimental, fiel a su estilo, arte figurativo cargado de simbolismo, magia y poesía.
Esta leonesa es una de nuestras artistas más internacionales, puede presumir de formar parte del reducido grupo de pintores españoles que han expuesto en el Guggenheim de Nueva York, en cuya colección también figura obra suya—eso sucedió en 1980, cuando Teresa tenía 43 años y una comisaria internacional, Margit Rowell, la seleccionó para la colectiva 'New Images from Spain'.
Paloma Navares – Burgos
En la Capilla de las Mercedarias hay una propuesta llena de luz. Literalmente. Es la obra de Paloma Navares (1947), creadora de un lenguaje plástico propio caracterizado por el uso de nuevas tecnologías, la utilización del espacio, la luz y la integración de diversas técnicas, en una búsqueda de la fragilidad y de lo etéreo, de un contenido con carga emocional, de la representación del tiempo que vive a través la materia de sus creaciones.
Su obra responde a diversos procesos de investigación en los que indaga las temáticas sociales, profundiza en el mundo de la mujer, sus ritos, costumbres y tradiciones; las emociones internas y sus extremos –locura, suicidio...–, el paso del tiempo, la imagen ideal del individuo social, la cuestión de la belleza corporal o la muerte.
Lola Marazuela - Segovia
Marazuela (1970) es una artista segoviana que trabaja junto al granadino Pedro Mesa. A La Iberoamericana de Toro han traído su proyecto insignia Paralelo 45º25' Norte, gracias a la colaboración con el MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, que participa con una exposición de fondos propios llamada Tras las huellas de Humboldt, comisariada por Kristine Guzman, coordinadora general del museo e invitada especial en Toro.
Marazuela y Mesa plantean un viaje en el cual van recorriendo de forma interrumpida este paralelo. Mediante fotografías documentan su paso por diferentes países hasta completar la vuelta al mundo a través de los paisajes en los que van colocando unas placas metálicas con las que van construyendo un archivo fotográfico que ofrece un panorama de lo múltiple y lo diverso. Un pedacito de Paralelo 45º25' está ahora en la Casa de la Cultura de Toro.
Laura Salguero - León
La propuesta de Salguero (1987) también se puede ver en la Casa de la Cultura como parte de la exposición Tras las huellas de Humbold. Esta artista leonesa desarrolla su arte entre la observación y la disección del ser humano, estudiando, cual entomólogo, el origen mismo de las pasiones y comportamientos más primarios e irracionales. La cara oculta de nuestro pensamiento, donde el individuo deja a un lado la convención para entregarse a la pasión y al furor preternatural.
A La Iberoamericana de Toro ha traído Factum est (lo que ya pasó) un catálogo de maravillas compuesto por seres posibles e hipotéticos, producto de la combinación de fragmentos de diferentes especies de animales. Se encuentra entre la huella, el vestigio y la prueba oficial; entre el testimonio legítimo y el terreno del arte, el del simulacro y el de la apariencia. Este bestiario se archiva cuidadosamente en una caja de madera que le aporta un aspecto escultórico.
Ruth Gómez - Valladolid
Sin salir de la Casa de la Cultura podemos ver también el arte de Ruth Gómez (1976), que se presenta bajo un título muy acorde: 'En casa'. Con una serie de dibujos realistas aborda el paisaje como género pictórico. Buscando la belleza en la sencillez de lo cotidiano y la simplificación de las formas, crea una atmósfera idealizada de armonía y calma, para reflejar un contrapunto con la ajetreada vida contemporánea.
Al mismo tiempo, busca atrapar un instante, ese golpe de vista de las tierras castellanas bañadas por la cálida luz del atardecer, para fijarse también en detalles como los cardos que crecen por un camino rural. La suya es una mirada atenta como aquella que nos han enseñado los impresionistas, deseosos por captar una belleza que se puede desvanecer en cualquier momento, para convertirse en una nueva belleza cada vez
Ana Frechilla – Palencia
La de Frechilla (1983) es otra de las obras que forman parte de Tras las huellas de Humbold en la Casa de la Cultura. Comparte una pieza que pertenece a su serie Resistencias, enmarcada dentro del proyecto Intervalo Lúcido. Consciencias del espacio (2020), una investigación en torno a lo que se nos oculta, lo que se nos deja ver. El querer saber más allá de lo que a simple vista nos permite. La artista busca guiar nuestra mirada, sin forzar, y poner un punto de atención en nuestro entorno más cercano.
Una crítica, no necesariamente mostrando un juicio de valor sino exponiendo parte de lo real a través del medio artístico, que nos hará pensar en lo que nos rodea y situarnos dentro de un escenario que creemos lejano, pero nos acaricia más cerca de lo que inicialmente nos permite sentir.
Marina Núñez - Palencia
Núñez (1966) representa en sus obras seres diferentes, aberrantes, monstruosos, los que existen al margen o en contra del canon, pero también climas diferentes, aberrantes, monstruosos. A la sede de la Capilla de las Mercedarias trae una propuesta de naturaleza encerrada en jarrones-trofeo que encierran cuatro paisajes: una montaña, una isla, un monte y un manglar.
La escala diminuta de estos ecosistemas en relación a los recipientes incide en la voluntad del ser humano de domesticar, en nuestra ansia de conquista. La naturaleza sometida, un bello ornamento para un gabinete de maravillas. Las hierbas que crecen arraigando en los adornos dorados pueden sugerir, sin embargo, otra relación de fuerzas, incertidumbre y descontrol.
Azucena Carbajosa - Valladolid
En la Iglesia de La Concepción está la propuesta de la artista más cercana a Toro (con permiso de Dehly Tejero), esta vallisoletana tiene allí sus raíces: sobrina del último alfarero de Toro, Félix Rodríguez Vega y nieta del penúltimo -padre de éste-, Félix Rodríguez Calvo.
Carbajosa (1990) desarrolla su arte a través del barro partiendo de inquietudes personales y cercanas para tratar cuestiones actuales y globales en su arte. Habla de olvido, memoria y supervivencia. El hecho de que ella haya sido emigrante rural, hace que la despoblación atraviese su cuerpo y sea la columna vertebral de muchas de sus piezas. Carbajosa ha creado esta vez una serie de piezas ad hoc para exponer por primera vez en La Iberoamericana de Toro.