Lorenzo cuenta con 86 primaveras. Ahí es nada. Pero su edad no es impedimento para él. Este cartero retirado de Zamora se las apaña divinamente a diario. Hace sus cosas en casa, compra, limpia, se arregla y hasta sigue yendo a hacer "de todo" a una finca cercana, aunque a su familia ya no le haga mucha gracia que siga conduciendo. Pero Lorenzo es "cabezota". Quién sabe si después del susto que le dio su corazón el pasado fin de semana este vecino del barrio de Pantoja cambie de opinión.
El día de Todos los Santos, Lorenzo se preparaba para salir a comer con su hijo Miguel Ángel y su nieto Adrián. Suele hacerlo habitualmente los días festivos, cuando su nieto de 24 años vuelve a Zamora, ya que como muchos otros ha tenido que coger las maletas hacia Madrid. Ambos comparten todos los momentos que pueden juntos, comen, visitan lugares y mantienen una bonita relación.
Como decíamos este trabajador de Correos jubilado "se apaña perfectamente", y aunque tiene una persona de limpieza que acude a su casa un par de veces por semana, Lorenzo "fregó el suelo de casa" antes de ir a comer con su hijo y su nieto. Sobre las 14 horas, este octogenario salió de su vivienda en el barrio de Pantoja, como un día más, pero a la altura del puente de la avenida Cardenal Cisneros con la calle Libertad, este zamorano sufrió un bloqueo cardíaco y una parada del sistema vascular.
En ese momento, Lorenzo cayó desplomado al suelo y a buen seguro pudo sentir que era el final de su vida. Pero el destino tenía otros planes para él. Quiso la coincidencia, la suerte o llámelo como quiera, que en ese mismo instante una joven enfermera recién licenciada también pasase por esta calle con su pareja en coche. La joven madrileña Rocío estaba en Zamora para recoger su título en la Escuela de Enfermería de Zamora, donde se había graduado. Vio caer en directo a Lorenzo al suelo y, de inmediato, pidió a su pareja que parara el coche porque "sabía lo que había pasado y lo que tenía que hacer".
Rauda comenzó a hacerle la maniobra de reanimación cardiopulmonar y consiguió mantenerlo con vida hasta la llegada de una ambulancia del Sacyl. Cuando Lorenzo llegó al Hospital Virgen de la Concha, le quedaba un hilo de vida, 22 latidos por minuto, el hilo que esta joven enfermera le había regalado con su rápida y heroica actuación.
Así lo cuenta el propio nieto de Lorenzo, Adrián, que se llevó un susto mayúsculo cuando su abuelo no llegó al restaurante donde le estaban esperando para comer. Este joven cuenta que, "siempre viene solo, tranquilamente paseando hasta donde hayamos quedado". Y, como un festivo cualquiera, él y su padre esperaban al abuelo. Pero pasaban los minutos y Lorenzo no llegaba. Preocupado, Adrián comenzó a llamarle a su móvil, pero no respondía. Al momento, el teléfono sonó, pero al otro lado no estaba su abuelo sino un policía municipal que le informó de que su abuelo "se había caído en la calle y estaba camino del hospital".
Al principio, Adrián y su familia no pensaron en que fuera "nada del corazón, solo una caída porque ve un poco mal y tiene la cadera algo tocada". Es más, este joven recuerda que "días antes había ido a la finca que tiene a cortar leña". Pero cuando llegaron al Virgen de la Concha, su abuelo tenía que ser operado de inmediato para colocarle un marcapasos. "Nos asustamos muchísimo, y lo hemos pasado muy mal mientras que ha estado en la UCI", detalla Adrián.
La búsqueda viral
Pero Lorenzo es fuerte y, tras la colocación del marcapasos, este jueves 3 recibía el alta hospitalaria. Así que tras el susto y días "en los que no teníamos fuerzas de nada, porque estábamos muy preocupados", Adrián tuvo claro que tenía que dar con "el ángel de la guarda" que había "regalado años de vida" a su abuelo.
De ella solo sabían que era enfermera y rubia, que se bajó de un coche y se fue tras llegar la ambulancia. Así que decidió acudir a las redes sociales para dar con la salvadora de Lorenzo. "Sé que a través de las redes sociales se cosiguen muchas cosas, que llegan a mucha gente y que Zamora es muy pequeña", explica Adrián. Eso sí, no se esperaba la masiva respuesta de las redes. "Todavía estoy respondiendo a gente que no deja de escribirme, incluso para interesarse por mi abuelo, estoy abrumado", detalla.
El joven publicó su petición en Instagram, Twitter y Facebook, para dar con alguna pista de la heroica enfermera, pensando que "sería alguien mayor". Pero se equivocaba. Al principio fue recibiendo informaciones de gente que había visto la peripecia en directo, pero no la podían identificar. Y, al final, "una conocida que me sigue en Instagram me dijo que sabía quién era, porque ella misma le había contado lo que había pasado y me dio su usuario para que pudiera escribirla".
Enseguida contactó con Rocío para agradecerle lo que había hecho por su abuelo. "Ella se ha interesado mucho por él y me ha preguntado qué tal va evolucionando", explica Adrián. Es más, como la joven enfermera "tardará en volver a Zamora" y Lorenzo no podía quedar sin conocer a su particular ángel de la guarda, ambos han hablado ayer por videollamada. Un momento donde el octogenario "se ha emocionado muchísimo" y con lágrimas en los ojos ha agradecido a Rocío su vital ayuda. Pero la cosa no queda aquí, y es que Adrián también le ha prometido una comida con su familia, Lorenzo y ella en Madrid "cuando me abuelo pueda viajar de nuevo" para conocer a quien le ha regalado lo más bonito que puede recibir: más vida.