Del comercio tradicional a las cadenas: las franquicias se quedan con los locales de los negocios zamoranos cerrados

Zamora ha perdido 58 establecimientos comerciales o de hostelería a lo largo de 2021. Casi cinco negocios por mes que han echado la persiana para siempre en el año anterior. Y no solo es cosa de la pandemia del COVID. Ya del año 2019 a 2020, la capital zamorana veía cerrar exactamente la misma cifra de empresas o pymes comerciales, de transporte u hostelería, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. 

Una ciudad que se desangra económicamente desde hace más de diez años y así lo indican los fríos datos. En 2012, Zamora contaba con 2.030 comercios y negocios hosteleros, pero el pasado 2021 se cerraba con 1.665 comercios y locales de restauración. Un total de 365 menos, es decir, cuarenta negocios cerrados al año durante los nueve años que el INE ofrece datos oficiales de empresas de este tipo. 

Cierres que las calles de Zamora acusan día a día y que podrían ser peor si no fuera por las grandes cadenas. Nos guste más o menos, lo cierto es que las principales vías comerciales de Zamora, como Santa Clara, San Torcuato o Tres cruces, mantienen viva su actividad, en buena parte, por las grandes superficies que han llegado a la ciudad. En diez o doce años, el paisaje comercial de Zamora se ha transformado por completo, y los comercios zamoranos de toda la vida han dejado paso, seguramente no por gusto, a franquicias de todo tipo.

Sin ir más lejos, en las últimas semanas la capital daba la bienvenida (de nuevo) a la cadena española de tiendas de regalo y complementos Ale-Hop. Tras una primera peripecia empresarial en la calle Pablo Morillo, esta marca de accesorios se hacía, nada menos, que con la planta baja del histórico Edificio de García Casado. Sin duda, el culmen de la bonanza comercial de tiempos mejores, que tras décadas cerrado y una larga travesía legal iniciaba su reforma para construir y viviendas y esa zona comercial, ahora presidida por la famosa vaquita de Ale-Hop.

Montaje con el Edificio García Casado

Pero esto no es nada nuevo. Y solo hay que mirar escasamente unos metros a la izquierda de García Casado para encontrarse un caso similar. En 2010, Zamora se despedía de los Almacenes Emilio Prieto tras 134 años de historia en la plaza de Sagasta. Casi un siglo y medio de vida, este negocio local de toda la vida se despedía de los zamoranos.

Solo dos años después las cristaleras de los almacenes volvían a la vida con una oferta textil, eso sí, esta vez de la mano del gigante de la moda United Colors of Benetton. La marca italiana lleva desde entonces ofreciendo colorida moda infantil en pleno corazón del modernismo zamorano.

Un poco antes y pared con pared, también cerraba sus puertas Almacenes Díez. En el famosísimo Edificio de las Cariátides, la familia Díez desarrolló su actividad de venta de productos textiles en el mismo espacio comercial de la capital. En este caso, tras su cierre, el local ha tenido varios inquilinos desde que se reformara su interior en 2013, e incluso ha servido de escaparate cultural y turístico del patrimonio zamorano, en varias campañas de publicidad. Ahora, este espacio vuelve a la actividad textil también con una multinacional: Mayoral, que ha abierto sus puertas hace escasos días en la capital. 

Montaje con Almacenes Díez y Almacenes Emilio Prieto

Y si continuamos este paseo por las arterias comerciales de Zamora, a la altura del pasaje de Santa Clara 14 llegamos a la desaparición de Dolfi Sport y Ricorddi. Ya en 2009, la segunda se encontraba cerrada y los carteles de liquidación por cierre lucían aún en sus cristaleras. Pero el comercio de textil deportivo zamorano, aguantaba con su toldo verde y su inconfundible neón hasta 2015.

Si bien es cierto que poco duró vacío este local. Aunque se mantuvo la actividad textil, cambió bastante la temática, ya que desde entonces se ubica una franquicia de Calcedonia, la famosa empresa italiana de ropa interior. Mientras, y años antes, su vecino Ricorddi se transformaba durante la primera década de los 2000 en una tienda de Orange. El gigante de telefonía francés lleva en este local de la calle Santa Clara desde entonces.

Collage con Dolfi Sport y Ricorddi

Y como olvidar el día que Zamora se despidió del Molly Malone. Dieciocho años después de su apertura, en 2016, Javi y Dori cerraban las puertas del querido pub ubicado en la avenida Príncipe de Asturias, justo enfrente del parque de La Marina. Durante cuatro años, sus fieles estuvieron 'condenados' a ver como se deterioraba la mítica madera exterior de uno de los bares más queridos de Zamora. Pero en plena pandemia y con una incertidumbre económica y social nunca vista llegaba una franquicia, esta vez vecina, a dar una nueva vida al Molly en 2020.

Era la cadena leonesa de pizzerías La Competencia quien transformaba por completo este local. Un acierto, sin duda, ya que se ha convertido en una de las terrazas más populares de la capital. ¿Será por la buena costumbre leonesa de ofrecer una tapa gratis con una buena caña?

Collage con La Competencia y el Molly Malone

Cerramos este repaso con una gran representación del mundo de la hostelería zamorana. En 2018, el Restaurante Serafín cerraba sus puertas tras tres décadas de actividad. Uno de los negocios hosteleros más longevos de la capital, que estaba especializado en comida típica castellana y pescados frescos del Cantábrico. Un local que no solo era histórico por su bagaje profesional, sino por la propia estética del edificio, ya que el nombre del propio restaurante está labrado en la misma piedra de la fachada de la antigua Casa palacio de los Duques de Medina Sidonia, en la calle Santa Clara. 

Apenas un año más tarde de la marcha de Serafín, otra franquicia restauradora cogía el testigo y se hacía con ese histórico local. Se trata de la franquicia La Mafia se sienta a la mesa, que con su cocina italomediterránea cuenta con medio centenar de restaurantes por toda España. Pese a que el grupo LMssLM reformó por completo el interior del edificio, para adaptarlo a la estética de su franquicia, tuvo el detalle de mantener las letras en piedra que recuerdan la historia del Restaurante Serafín en Zamora.

Montaje con Restaurante Serafín y La Mafia