En esta vuelta de EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León al corazón de la Sierra de la Culebra, devastada este verano por voraces incendios forestales, no podíamos olvidarnos de quienes fueron la primera respuesta, la primera mano y la primera reacción ante el desastre: los alcaldes. Los regidores de la treintena de pueblos afectados por el incendio que, en unas horas, minutos y hasta en segundos, tuvieron que reaccionar para ofrecer ayuda, apoyo y consuelo a sus vecinos. Sufrieron como todos ellos la pérdida de su valioso patrimonio natural, con la carga añadida de tener la responsabilidad de cuidar de sus vecinos y sus pueblos.
Uno de estos alcaldes es Jesús Hernández, regidor de Ferreras de Abajo, uno de los municipios que más sufrió los incendios forestales que acabaron con más de 60.000 hectáreas de terreno. Este pueblo ha perdido el 80% de su terreno, ya que fue víctima de los tres fuegos que se produjeron este verano en la Culebra.
Oficialmente, se contabilizan como parte del gran desastre el terreno arrasado por el fuego iniciado entre los términos de Ferreras de Arriba y Sarracín de Aliste el 15 de junio; y el que comenzó en Losacio el 17 de julio. Pero Jesús Hernández recuerda que Ferreras de Abajo también sufrió un tercer incendio en el paraje de La Pedrizona, que comenzó el mismo 15 de junio y "que se pudo sofocar gracias a la Unidad de Intervención de Emergencias (UME)".
El alcalde de Ferreras de Abajo recuerda los dos primeros como "momentos muy duros", pero nada comparado al del 17 de julio, "que fue absolutamente devastador, porque alcanzó viviendas, naves y estructuras de los pueblos". Efectos que aún están patentes en el paisaje de la sierra, donde a excepción de un suelo que se erige verde esperanza, los árboles, algunas viviendas, señales de tráfico, estructuras o la propia piedra lleva marcado el negro de la tragedia.
El fallecimiento de Daniel Gullón
Aunque, sin duda, la peor cicatriz que queda para Ferreras de Abajo fue la muerte del brigadista y vecino de la localidad, Daniel Gullón Vara. Brigadista de 62 años, casado y con dos hijas, que perdía la vida mientras luchaba contra las llamas en un monte de Ferreruela de Tábara. Solo llevaba dos años trabajando como manguerista de la autobomba C-9-9.
Daniel moría "defendiendo a los pueblos, a nuestra sierra"
"Para los vecinos fue un disgusto tremendo y terrible, no podíamos creer que había fallecido un vecino trabajando en el incendio", explica el alcalde de Ferreras de Abajo. Daniel moría "defendiendo a los pueblos, a nuestra sierra", recalca Jesús Hernández. Algo que para el pueblo es "un impacto muy grande y que genera aún mucha tristeza".
Así que en honor de su valiente vecino, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Ferreras de Abajo llevaba al pleno su intención de hacer un "merecido homenaje" a Daniel. "Como dedicarle una calle suponía muchos problemas por Correos, pensamos en el polideportivo", detalla el alcalde. Se trataba de un edificio público que aún no tenía nombre y, aprovechando que el brigadista era amante del deporte, el Ayuntamiento creyó que era el lugar ideal. Jesús Hernández recuerda que "le encantaba la sierra, todos los días salía de casa con su bicicleta y su mochila a cuestas para recorrerla".
De la rabia a la esperanza
El alcalde de Ferreras de Abajo no esconde que ha sentido rabia durante mucho tiempo. Sigue creyendo que "se hicieron muchas cosas mal, que parte de la catástrofe se pudo haber evitado", pero también piensa que, tras medio año, es momento de "tirar para arriba, porque la vida tiene que continuar, no nos queda otro remedio".
En este momento, la principal medida en la que se focalizan los ayuntamientos del entorno es "sacar cuanto antes la madera quemada" para así dar un paso fundamental hacia la futura reforestación de la sierra. Algo que está en boca de todos los vecinos y alcaldes, pero que, "de momento no se ha concretado nada". En el aire está aún el asunto de repoblar con pinos (como se hizo en su día, de crecimiento más rápido y provechoso) o con especies autóctonas (que resisten mejor los incendios).
Así que paso a paso. No queda otra. Jesús y el resto de alcaldes van solventando cada problema que se les plantea el manejo de la recuperación de la Culebra, y en muchos casos, necesitan la ayuda y amparo de la Junta de Castilla y León. Y es que, precisamente con la saca de la madera, ha surgido el inconveniente de que las empresas madereras, en ocasiones, no tienen interés en hacerse cargo de las pequeñas parcelas de algunos vecinos de la zona.
"Cuando se acabe la venta de madera quemada, no sé de qué vamos a vivir"
Algo que ha llevado al Gobierno Autonómico a plantear a estos pequeños propietarios que se asocien de algún modo, para así crear lotes más atractivos para las empresas que se encargan de sacar y comprar la madera. Una cuestión que resulta vital para la zona, no solo por el tema medioambiental, sino porque muchos vecinos de la Culebra tenían su sustento económico en la venta anual de madera. Es más, el alcalde se muestra preocupado porque, "cuando se acabe la madera quemada en unos tres años, y hasta que se pueda repoblar, no sé de qué vamos a vivir".
Esto, unido a una evidente caída del turismo, como corroboran los hoteles y casas rurales de la zona, lleva al alcalde de Ferreras de Abajo a plantearse otras alternativas de futuro. "Tenemos que buscar otro revulsivo económico para el pueblo, reinventarnos de algún modo", baraja Jesús, quien pone sobre la mesa la posibilidad de permitir que se instalen parques de energías renovables (eólicas o solares). Unas instalaciones que resultan "muy rentables y dejan mucho dinero" en los municipios, añade. Todo eso sí, con informes y estudios que avalen que no afectará al entorno medioambiental de la sierra.
También confía en volver a conseguir que ese turismo natural vuelva a la Sierra de la Culebra. Para ello pide ayuda a la Junta. Cree que su apoyo puede ser clave para atraer visitantes a la sierra. Un espacio que "ya comienza a estar verde de nuevo", y donde sus dos grandes atractivos faunísticos: los ciervos y los lobos, ya regresaron a su hogar una vez el fuego fue extinguido. "De hecho, ahora que hay menos árboles y maleza, se pueden observar mucho mejor, porque tienen menos sitios donde esconderse", se resigna este alcalde, que hace un llamamiento a toda España para que visiten la Culebra y así apoyen a todos los que tanto han sufrido con esta desgracia.