Antonio Vela no olvidará este sábado 25 de febrero. Él, junto a su esposa, tres hijos y siete nietos, han vivido un día histórico. En la diócesis de Zamora ha sido ordenado diácono permanente, el primero en la historia de esta iglesia. La Catedral de El Salvador de Zamora ha sido testigo de este rito de entrada al orden diaconal. Por supuesto, tuvo que contener las lágrimas en varias ocasiones y al finalizar el acto, todo se volvieron aplausos.
“Gracias" fueron las primeras palabras que salieron de la boca de Antonio, que agradeció a Dios la familia que había formado junto a su esposa, un momento que como es lógico no pudo ocultar su emoción. No se olvidó de sus padres: Gabriel y Fernanda; también de sus tres hijos que han mostrado un apoyo “incondicional”, a sus nietos de los que han dicho le quieren “día a día” y al resto de familiares que le acompañaban en este día tan importante de su vida.
Toda la familia ha estado presente en una celebración que ha presidido el obispo de Zamora, Fernando Valera y que ha concelebrado el obispo emérito de Chimbote (Perú), pero nacido en Carbellino de Sayago, Ángel Francisco Simón Piorno junto a un nutrido número de presbíteros.
Por su parte, el obispo de Zamora ha recordado el extenso proceso formativo que inició en Getafe el candidato y que, posteriormente, continuó en Zamora. Un largo recorrido que po fin ha finalizado hoy con su ordenación. Además, monseñor Valera explicó también a los presentes en el acto el significado de la diaconía. En este caso se trata de un ministerio de servicio de la Liturgia, de la Palabra, y de la Caridad. “Es una dimensión de toda la Iglesia”, ha afirmado. Por último, el obispo ha añadido que la forma de vivir el ministerio de la fe es haciéndolo “con alma limpia”.