Dora Fernández y Benjamín Campos llegaron a Zamora desde Sevilla hace dos años. Se animaron a mudarse a la provincia y empezar un proyecto empresarial gracias a la Asociación juntos por Sayago, que en 2021 inició su propia bolsa de viviendas y negocios disponibles para atraer habitantes a la comarca. La pareja sevillana decidió apostar por reabrir la panadería de Pereruela con mucha ilusión y ganas, pero la sangrante despoblación y la brutal subida de los precios han terminado por acabar con un proyecto al que han dedicado muchas dosis de trabajo, horas y dinero.
"Con todo el dolor de mi corazón", como explica Dora, hace unas semanas, esta pareja decidió echar el cierre definitivo por no poder asumir los costes del negocio repostero. Antes de esto pasaron dos años donde han vivido la subida y la bajada de su ilusionante proyecto. "Llegamos con muchas ganas y los vecinos del pueblo y de la zona respondieron superbién", explica Dora.
De hecho, parece que su irrupción en tierras sayaguesas hizo que algunos negocios de su alrededor "se pusieran las pilas" y comenzaran a ofrecer también dulces, como ellos en su panadería. Y es que su llegada también hizo que los vecinos de la zona "demandaran más productos y quisieran cosas de calidad".
Pese a la sana competencia, a Dora y Benjamín "no nos iba mal". Sobre todo el primer año, el apoyo de los vecinos fue muy positivo y fueron ampliando pueblos a los que repartir, así como a varias tiendas de Zamora capital. "La salida del confinamiento animaba a la gente a apoyar a todas las nuevas iniciativas", añade Dora.
Algo que siguió ocurriendo pasado el primer año, pero cada vez con menos vecinos. Y no es que la panadería perdiera clientes por falta de interés, sino porque cada vez había menos vecinos. "Cuando llegó noviembre de 2022 muchos pueblos de la zona se han quedado con tres o cuatro habitantes" explica la sevillana. Y con eso, no salen las cuentas.
Todo sube
Y es que encima de la falta de vecinos a los que vender pan se sumaba la inasumible subida de los precios de todos los productos básicos. Estos panaderos pasaron de pagar 300 euros por una tonelada de harina a tener que comprarla por unos 700 euros. Un aumento de los costes que era imposible de sortear con un público cada vez más menguante.
A esto se suma también el precio de los carburantes. La pareja repartía pan en varios pueblos de la zona, pero el precio del gasóleo acababa provocando que el reparto diera pérdidas y hacía imposible que pudieran ampliar su red de entregas. Dora recuerda apenada que "una semana no pudimos repartir por un problema personal y nos dimos cuenta de que nos había salido más económico".
Con este escasísimo margen de ganancia, la pareja no se podía plantear un tercer problema que no podían atrasar más: la renovación de la panadería. Dora explica que el despacho necesitaba de una obra importante, rehabilitar todo el negocio de forma profunda, porque habían cogido el negocio tras años cerrado. Pero, vistas las cuentas a final de 2022 decidieron que entre gastarse lo poco que les quedaba en reformar la panadería "y jugarnos nuestro futuro" o cerrar y buscar otro empleo, preferían lo segundo.
Eso sí, la pareja sevillana vive en Arcenillas, de alquiler en una casa que también tuvieron que reformar, y su intención es quedarse a vivir en Zamora buscando otro proyecto de vida que les sea más rentable.
Traspaso
Así que la pareja tiene la panadería en alquiler o traspaso y se entregaría en funcionamiento. Este negocio cuenta además con toda la equipación en perfecto estado con un horno de leña, dos carros bandejeros, dos carros de fermentación, una amasadora 50 litros, una batidora de cinco litros, un congelador, un frigorífico, dos armarios y una mesa de trabajo de acero inoxidable.
Una buena oportunidad para comenzar en el negocio del pan y la repostería, con el primer empujón de comenzar con un establecimiento activo, que tiene su público y su mercado. Los interesados pueden contactar con Dora en el 691907746