La provincia Zamora esconde en su territorio el Campamento Romano de Petavonium, una joya arqueológica que nos transporta al pasado de la época romana en España. Este se ubica concretamente en el triángulo conformado por las localidades de San Pedro de la Viña, Rosinos de Vidriales y Santibáñez de Vidriales. Esta zona se identifica con la mansio de 'Petavonium' y es una zona estratégica por su cercanía al área donde se desarrollaron las guerras contra los cántabros y a la Vía de la Plata, además de estar cercano al complejo minero de Las Médulas (León).

La presencia de un contingente militar romano en esta zona estuvo motivada por el interés estratégico de controlar las principales rutas y zonas económicas y mineras y en previsión de las posibles revueltas de los indígenas sometidos por Roma. En su proceso de conquista de la península, el ejército romano estableció en este punto su lugar de acuartelamiento a lo largo de varios siglos.

Así, este campamento fue construido a finales del siglo I d. C., cuando la Legio X Gémina se asienta en este valle, convirtiéndose en uno los campamentos militares más importantes de la época romana en la región de Hispania. En su momento de mayor esplendor llegó a tener una población de más de 5.000 personas y una superficie de 17 hectáreas. 

Desde este campamento, la legión desempeñaba diversas tareas de control, pacificación y administración del territorio, así como el entrenamiento de tropas auxiliares reclutadas en los pueblos de la zona. Por eso, el campamento se encontraba rodeado de una muralla y doble foso, para mejor protección.

En él también se han encontrado varias lápidas funerarias y tégulas con la referencia a la Legio X Gemina confirmando el asentamiento de esta unidad en Rosinos de Vidriales.

Campamento Romano de Petavonium Jcyl

En el interior del antiguo campamento se instaló a finales del siglo I una unidad auxiliar de caballería, el Ala II Flavia, compuesta por unos 500 jinetes hispanos con ciudadanía romana, dedicada exclusivamente a la vigilancia del comercio de oro extraído de las minas del norte. Este nuevo campamento de unas 4,5 hectáreas se levantó en el interior del ya existente, al que pertenecen los restos visibles, y permaneció en uso al menos hasta el siglo III.

Por este motivo fue necesaria la construcción de una nueva muralla de piedra reforzada, realizada de muros de mampostería trabada con argamasa de cal, con torres en el perímetro y en las cuatro puertas orientadas a los cuatro puntos cardinales y rodeada de un foso de más de cuatro metros de anchura. 

También se han descubierto restos de varios edificios que coinciden con lo que fue la residencia y las actividades de la tropa, como la artesanía, la cocina y el almacén de alimentos. En concreto, se distinguen una serie de habitaciones formadas por dos calles, una de las cuales se cierra para convertirse en un patio que parece que fue una cocina.

Restos de enseres de la época visitables en el Museo Arqueológico de Santibáñez de Vidriales

Igualmente aparecieron numerosas monedas de los siglos I, II, III y IV, armas, piezas de cerámica, terra sigillata y obras alfareras de la vecina Melgar de Tera, junto a varios materiales de construcción, como ladrillos sellados con las figlinae de la propia Ala y de la Legio VII Gemina.

Recuperación para el turismo

Una de las cosas que más impresiona de Petavonium es la buena conservación de sus restos arqueológicos. Los muros, el suelo y los pilares de las construcciones son aún visibles y se pueden apreciar muchos detalles de la vida cotidiana de los soldados romanos. Además, en algunos lugares se han colocado paneles informativos que explican la función de cada edificio y su relación con el campamento en general.

Además, se han reconstruido cuatro torres, un lienzo de muralla y la puerta decumana. También se conservan restos de la puerta praetoria, que era la puerta más importante del campamento. Esta estaba formada por dos vanos de entrada flanqueados por sendas torres, que eran utilizados como cuerpos de guardia. Desde la planta baja se podía acceder al piso superior y la terraza. Y, en una época posterior, una de las puertas se cerró con un muro con el fin de facilitar la defensa.

Junto a esta praetoria se hallaron una cisterna de hormigón de planta cuadrada con escaleras en uno de sus laterales, que aparentemente está edificada en el interior de un edificio más amplio. Además, se impermeabilizó con una capa exterior a base de cal y ladrillos triturados para su buen mantenimiento.

Era habitual que junto a las tropas se desplazaran y establecieran comerciantes, artesanos y campesinos, por lo que se cree que en los alrededores del campamento romano de Petavonium existía una población que vivía de la actividad económica generada por el mismo.

Centro de interpretación de los Campamentos Romanos de Petavonium

La zona cuenta con varios yacimientos arqueológicos de época romana como la villa romana de Camarzana de Tera o el campo de tiro de Cervantes, que atestiguan la importancia histórica de la zona durante la época romana.

En la actualidad, el campamento romano de Petavonium se encuentra en proceso de recuperación y puesta en valor por parte de la Junta de Castilla y León, y es un lugar de interés turístico y cultural para aquellos que quieren conocer más sobre la presencia romana en la Península Ibérica.

De hecho, la visita a Petavonium no se limita solo a ver las ruinas. También se pueden hacer actividades para conocer más sobre la cultura romana y de este mismo campamento a través del Centro de interpretación de los Campamentos Romanos de Petavonium, ubicado en Santibáñez de Vidriales. Por ejemplo, se organizan visitas guiadas en las que se explican las técnicas de construcción y la vida cotidiana en el campamento. Es necesaria la cita previa a través de los teléfonos 609 26 11 46

o 987 22 31 02; o el correo electrónico serviocio@yahoo.es.