No sabemos si hablar de niño prodigio, porque Alfonso Casado ya no es un niño. Pero sí es prodigioso el talento que tiene cuando a los responsables de Mikros Animation, empresa que trabajó junto al gigante canadiense de animación Spin Master Entertainment, les hicieron falta apenas unas horas para tener claro que este zamorano tenía que formar parte de la producción de su último gran bombazo: 'La Patrulla Canina: La Superpelícula'.
Desde que se estrenara en diferentes países a finales de septiembre y en España el pasado 11 de octubre, las aventuras de los perritos más famosos de todo el mundo ya han alcanzado la friolera de 148.364.127 dólares en recaudación. Datos absolutamente aplastantes para una franquicia que es el 'perrito' de oro de la productora canadiense.
Con solo 26 años, este benaventano es uno de los pocos españoles que puede presumir formado parte de algo muy difícil: mejorar una franquicia que ya era espectacular. Esta secuela de La Patrulla Canina mejora en historia, en calidad audiovisual y en nivel de animación, y el público ha respondido abarrotando las salas de cine.
Y como decíamos, lo de Alfonso no es un golpe de suerte. Pese a no llegar ni a la treintena, este joven lleva mucho estudiado y trabajado. Una mente destacada la suya desde (aún más) joven, que le llevó a obtener una de las cien las primeras becas de la Fundación Amancio Ortega con la que, precisamente, pudo estudiar en Canadá un año de bachillerato. Más de 4.000 estudiantes españoles optaron a esa ayuda de formación del dueño de Inditex, pero fue el benaventano uno de los primeros en lograrlo tras superar la prueba de idioma y demostrar un expediente académico de alto nivel.
Y quiso el destino que unos años más tarde volviera a Canadá para trabajar en este proyecto del que EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León quiere saber un poco más.
Pregunta.- Eres uno de los pocos españoles que ha trabajado en la 'La Patrulla Canina: La Superpelícula', ¿cómo te llega una oportunidad así?
Respuesta.- No tiene mucho misterio. Me contactaron a finales de 2021. Hice el típico proceso de entrevista de trabajo y luego la reunión con los que más adelante serían mis jefes. Unas horas después me dicen que quieren que tengamos un encuentro en Canadá.
P.- Unas horas después, entonces, tenían muy claro que eras tú.
R.- Sí. En noviembre de 2021 iniciaron los procesos de contratación y en marzo de 2022 entré en la compañía.
P.- ¿Qué es exactamente a lo que te has dedicado estos meses en Canadá?
R.- Yo era coordinador de producción sénior. Lo que hacemos en producción es crear y mantener el calendario de producción. Es decir, asignar las tareas, establecer la carga de trabajo, de manera que, en el tiempo que tenemos permitido y el presupuesto para la película, sacar el mejor producto posible.
P.- ¿Podríamos decir que es la parte más administrativa de un proceso audiovisual? ¿Cómo lo explicarías?
R.- Somos quien mantiene a los artistas centrados en lo que tienen que hacer. Básicamente, nosotros nos preocupamos de que nuestros artistas (dibujantes, animadores, etc.) estén en las tareas. Intentamos que, por ejemplo cuando están bloqueados, darles otra cosa que hacer. Básicamente, mantener el recurso ocupado, porque, al final, esto es como recurso para la empresa. Y eso es una parte crucial que, si no os lo imagináis, de repente si alguien tiene un problema con un plano que no le sale y tiene que esperar a que su líder o su supervisor estén disponibles, pues en ese medio tiempo, se le pueden dar otras tareas o alguna cosita pequeña para ir haciendo mientras tanto. Así, mientras está esperando, no esté sin hacer nada. Pues son unas tareas básicas que tenemos que mantener a raya.
Y luego, por supuesto, asegurarnos que se está trabajando en tiempo. A un artista, si le das infinito tiempo, va a estar infinito tiempo creando, pero tienes que decirle, 'vale, hasta aquí'. Hay que entregar el proyecto este viernes y tiene que ser este viernes. Entonces, también es un poco eso. Es mantener los estándares y ver que hay una negociación.
P.- ¿Qué diferencias tiene una producción en animación a una con actores y escenarios reales?
R.- Hay mucha diferencia a la hora de crearla, digamos, o de producirla. Son formatos de trabajos muy distintos al final. En imagen real, la gran parte de la gestión está en preparar el rodaje. El rodaje, al final, es una serie de semanas en las que se condensa todo. Muchos tienen una gran preparación y, al final, estás descoordinando a mucha gente para que haga, en un tiempo muy corto, un montón de trabajo. En producción de animación, estos tipos se dilatan. Al final, los ciclos que se suelen manejar son de dos a tres años en la animación comercial, ahora mismo. Y dentro de estos ciclos, el final es un calendario muy grande y amplio, con muchas tareas y también con muchas partes moviéndose. Por ejemplo, somos 200 o 300 personas trabajando y remando hacia el estreno.
P.- ¿Cuánto se tarda en hacer una película de animación de este nivel?
R.- Hoy en día los ciclos están en unos dos a tres años. Hay películas que se pueden hacer en menos, en año y medio, pero lo normal es unos dos años. Desde que arranca la preproducción hasta el semestre final. Y en el caso de La Patrulla Canina: la Superpelícula arrancaron en agosto de 2021. Yo entré cuando ya tenían avanzada un poquito la preproducción, el storyboard y la animática, que es poner los dibujos de storyboard en tiempos; y que hacía otra empresa. Mi primer departamento, que era previs, arrancó a principios de año. Cuando yo me incorporé cuando llevaba tres o cuatro secuencias.
P.- ¿Da responsabilidad saber que es una de las franquicias más seguidas y queridas de todo el mundo?
R.- Sí, sientes, no voy a decir presión, pero sí que sientes un sentido de la responsabilidad y de que tenemos que dar lo mejor posible. Es una franquicia muy valorada, que ha cumplido ya diez años. Y aunque son historias distintas, porque la serie va por un lado, pero las películas sí que tienen un poco de relación entre las dos, aunque son historias completamente distintas. Sí que sientes que tienes que responder ante un público que ya conoce quién es la Patrulla Canina, quiénes son los personajes y los adoran.
P.- La primera parte fue un exitazo en taquilla, ¿cómo se hace para poder superar lo que ya fue excepcional?
R.-Creo que donde se ha buscado mejorar en la película ha sido en la calidad visual, principalmente. Ya se puede decir que, a nivel narrativo, la calidad de la primera película era bastante alta, pero lo que sí que lo que hemos hecho en esta es subir esa vara y hacer un acabado de visual mucho más depurado, hacer muchos efectos y más acción. Y también que sea una película con la que el niño conecte y que sea interesante. Aunque sea una película para niños, no vale cualquier cosa. Una de las cosas que también buscan los guionistas, es acercarse ese público adulto, que en muchas ocasiones tiene que llevar a los niños al cine. Para que puedan estar un poco participando activamente en el desarrollo de la historia.
P.- Hablando precisamente de eso, ¿se puede hacer cine de calidad en animación y defenderlo como un género serio en la industria? Es una reivindicación con la que hace décadas luchan grandes directores, como por ejemplo, Guillermo del Toro o Tim Burton.
R.- A ver, yo creo que el mayor que hemos podido hacer dentro de nuestra industria es llamar 'género' a la animación. Al final, la animación es una técnica. Nosotros usamos la animación para contar una historia. Una película puede ser un drama, una comedia, pero una película no es animación. No es un género. Y es el problema que tenemos. Como si la animación fuera sinónimo de infantil. Y ahora mismo, yo creo que estamos teniendo empuje generado a nivel de industria y, no solo motivado por el cine europeo, que siempre ha estado muy presente abogando por usar la animación como técnica y no como género. Ahora estamos viendo mucha más presencia de un cine de animación orientado a un público juvenil e incluso adulto. Como hemos dicho, de Guillermo del Toro, que su última película de Pinocho, era para niños, pero está en el canal público adulto. Tiene un relato complejo y una animación madura.
Y aquí en España tenemos grandes ejemplos de un cine de animación que es para adultos. Tenemos el ejemplo de 'Arrugas', una película que es sobre la enfermedad del alzhéimer. Y te trata, desde una misión súper romántica, pero súper bonita el proceso de deterioro cognitivo que trae esta enfermedad. Podemos hablar hace unos años de 'Buñuel en el Laberinto de las Tortugas', del productor Manuel Cristóbal. Ahora mismo, abriendo el Festival de Cine de San Sebastián está 'El sueño de la Sultana'. Y son películas que no son para adultos, que no están pensadas para un público infantil. Entonces, yo creo que poco a poco sí que estamos abriendo camino para que la animación sea una técnica más.
P.- Esta secuela de La Patrulla Canina ha supuesto un salto de calidad respecto a la película anterior y a la serie animada. ¿En qué ha mejorado?
R.- Principalmente estamos trabajando distintas cosas, en distintos mundos, con respecto a la serie. Esta tiene ciclos mucho más cortos y se saca contenido mucho más rápido. La película tiene un aspecto audiovisual bastante más elevado. Lo principal ha sido invertir en efectos visuales, en calidad cinematográfica y, por supuesto, en la animación y en que las escenas tuvieran acción y que sean muy espectaculares para cine.
P.- ¿Cómo viviste el estreno de la película? ¿La vista por primera vez en España o en Canadá?
R.- Volvía a España en abril, así que no tuve la suerte de poder ir al estreno con mis compañeros en Montreal. Así que con el resto de compañeros españoles, organizamos un visionado en Madrid y pudimos hacer un pequeño estreno del estreno. Fue muy emocionante porque cuando estás trabajando una película, la vez una y otra vez, pero disfrutarla ya terminada, con la gente que aprecias, fue una experiencia muy chula.
P.- ¿Siempre quisiste dedicarte al mundo cinematográfico?
R.- Desde que era muy pequeño, siempre iba por Benavente con una cámara. Siempre me gustó eso de contar historias y hacerlo a través del audiovisual. Tenía claro que quería hacer una carrera que me permitiera eso, así que empecé en la rama de ingeniería, pero rápidamente cambie a algo que me permitiera contar historia a través de la animación.
P.- ¿Y cómo fue esa formación hasta llegar hasta donde estás hoy?
Ya desde primero de carrera, cuando estudiaba en la el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-Tad) hice mis primeras prácticas en el sector de animación. Más adelante yo me hice unas prácticas donde estuve trabajando de montador para una serie de animación y, finalmente, en tercero y cuarto de carrera entré en uno de las productoras más grandes que se llama USER T38, donde comencé como coordinador de producción y en el proceso ascendí a productor de efectos visuales. Estuve tres años haciendo distintas películas y series.
P.- ¿Siempre pensaste dedicarte a la parte de producción o esto es algo que vino sobrevenido?
R.- Yo empecé sin saber realmente qué quería. Pensaba primer en ser modelador 3D, pero tuve una asignatura con Manuel Cristóbal, donde se me despertó el gusanillo de la producción. Me descubrió que lo mío y que era mi pasión real. Ha sido un mentor para mí.
También es lo bueno de estudiar un grado generalista como animación, en el que te presentan todas las ramas del oficio, desde dibujar, animar, hasta producir. La verdad que también es un trasfondo que te da ese bagaje técnico, que te permite luego hacer un trabajo en el que también sabes que está haciendo tu artista, desde el nivel técnico y práctico. Por ejemplo, si yo estoy diciendo que un trabajo tiene que estar en tres días, porque ellos me dicen que son cinco días, hay un diálogo en el que yo puedo entender sus motivos, porque conozco esa parte a través de mi formación.
P.- Y una vez acabado este gran proyecto, ¿cuáles son tus siguientes pasos?
R.- Me he mudado a Barcelona, donde trabajo en Teidees Audiovisuals. Estoy trabajando como director de producción para una serie de televisión, que esperemos que vea la luz en 2025. Estamos terminando la preproducción y nos espera un año y medio realmente, casi dos años. En paralelo tengo mi propio proyecto de película, pero está un poco parada porque lo de la Patrulla ha sido un trabajo agotador. Y también estoy colaborando en un par de proyectos más de cortometrajes de animación.