El relato de Matilde Cerezal Mezquita ha sido el ganador del II Premio Memoria de la Emigración Zamorana. Bajo el nombre de 'Familia Cerezal-Mezquita', esta residente en La Habana versa sobre la trayectoria vital de la emigración a Cuba, resaltando los aspectos familiares, laborales y de sociabilidad, con especial incidencia en los compromisos con la Colonia Zamorana de Cuba.

El diputado de Educación, Cultura y Turismo, Víctor López de la Parte, junto al director de la Cátedra Población, Vinculación y Desarrollo del Centro de la UNED de Zamora, Juan Andrés Blanco, y la técnico de Comunicación de Caja Rural de Zamora, Laura Huertos, han sido los encargados de desvelar el fallo del jurado.

También se ha otorgado un accésit a 'Manuel Sastre: Recuerdos y Memorias', de Ramiro Cid Martínez, residente en Ciudad de México, y que aporta el relato de su bisabuelo, emigrante en Brasil y Buenos Aires (Argentina).

Una mención honorífica a 'Mis vivencias en la Colonia Zamorana de Cuba', presentado por Sergio Rabanillo Damera, residente en Londres (Reino Unido). Este relato narra una vida consagrada a la Colonia Zamorana de Cuba con sus grandezas y problemas.

Y otra a 'Francisco Ferrero Guerrero, natural de Manganeses de la Polvorosa, emigrante a Buenos Aires', presentado por Felipe Ferrero Francia en colaboración con María Cecilia Ferrero, residente en Buenos Aires. Un relato que refleja las dificultades de la vida de postguerra española, la emigración interior y las oportunidades que la Argentina peronista ofrecía para la inmigración de trabajadores.

Este evento busca preservar y recuperar el testimonio de los emigrantes de la provincia; por ello el jurado ha querido recalcar la importancia de mantener viva la memoria de aquellos que decidieron migrar, ya sea directamente o a través de sus descendientes. 

Además, ha felicitado a todos los participantes por su contribución al conocimiento de la experiencia migratoria y por la calidad de las narraciones biográficas presentadas, las cuales enriquecerán los archivos del Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa y del Centro de las Migraciones de Castilla y León.

Por su parte, Juan Andrés Blanco subrayó la creciente tendencia de descendientes que cruzan el Atlántico o recorren miles de kilómetros para conocer la tierra de sus antepasados, destacando que este fenómeno no solo es un conocimiento histórico sino una forma de incentivar la vinculación con la tierra de origen.

Víctor López de la Parte agradeció la implicación de Juan Andrés Blanco por mantener viva la memoria de quienes tuvieron que abandonar la provincia, destacando la importancia de mantener este recuerdo a través de la recepción de descendientes de familias zamoranas.

Finalmente, Laura Huertos recalcó esa importancia de recuperar los testimonios de quienes tuvieron que emigrar a otros países y aseguró que desde la Fundación Caja Rural de Zamora seguirán apoyando esta y otras iniciativas relacionadas con la emigración zamorana.