El mundo del vino y la agricultura en Zamora, Valladolid y en Castilla y León en general se vestía de luto el pasado martes 12 de febrero tras el fallecimiento de José Miguel Inaraja, a los 77 años de edad, en su ciudad natal, Valladolid. Con profundo pesar, Bodegas Monte la Reina, en Toro, ha enviado un emotivo comunicado lamentando su pérdida.

Recuerdan que hace cuarenta años, José Miguel adquirió la finca de Monte la Reina, marcando así el inicio de una próspera carrera profesional que lo consolidaría como uno de los agricultores "más importantes" de Castilla y León. "Siempre tuvo mucha visión de negocio", recuerdan desde la bodega.

Desde sus inicios, su visión trascendió los límites de la agricultura para abrazar el turismo enológico. Rehabilitó con esmero el emblemático Castillo de Monte la Reina, convirtiéndolo en la majestuosa Posada Real que hoy alberga a viajeros y amantes del vino. "Fue un hombre que supo fusionar la tradición con la modernidad", destacan sus colaboradores.

En los campos de toresanos Monte la Reina, sembró las semillas de lo que se convertiría en un viñedo emblemático, posicionándose como uno de los vinicultores más influyentes de la Comunidad. 

Pero su visión no se limitó a la producción de vino, sino que se extendió a la creación del primer complejo enoturístico en la zona, con una hermosa bodega que mira a la Vega del Duero y un restaurante para eventos, conocido como el Castillo de Monte la Reina. "José Miguel fue un pionero en el enoturismo en Toro", resaltan.

Su compromiso con el territorio y su pasión por Castilla y León lo llevaron a ser una pieza activa en la defensa de los intereses agrícolas de la Comunidad. "Su legado trasciende más allá de las viñas; fue un defensor incansable de nuestra tierra", expresan en el mismo comunicado.

"Siempre tuvo mucha implicación e identificación con el territorio y por eso fue uno de los agricultores que más luchó por Castilla y Leon, siendo la agricultura su mayor pasión", añaden.

Y recuerdan que aunque José Miguel haya dejado este mundo, su legado perdurará gracias al trabajo de sus tres hijos, quienes continúan gestionando con dedicación la finca y el complejo de Monte La Reina. "Su espíritu visionario seguirá guiando nuestros pasos", concluyen.

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