Víctor de Aldama es abogado y empresario y desde hoy uno de los detenidos en la Operación Delorme, el primer caso de corrupción de la era Sánchez, donde la Fiscalía Anticorrupción le acusa de un presunto cobro indebido de comisiones por la adquisición de mascarillas destinadas a los ministerios de Transportes e Interior, y las comunidades autónomas de Canarias y Baleares, efectuadas en estas fechas. Todo orquestado por Koldo García, quien fuera la mano derecha del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, durante su mandato.
Víctor de Aldama ha sido detenido como socio de Koldo García, junto a varios empresarios más relacionados con el exasesor, por una presunta trama corrupta por cobrar comisiones en contratos públicos con la venta de mascarillas, y mañana pasan a disposición judicial en la Audiencia Nacional.
El presidente del Zamora CF reside en la lujosa urbanización Ciudalcampo de Madrid, donde lleva una acomodada existencia con un "nivel de vida alto", según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes próximas a la familia. Lleva a su única hija a un exclusivo colegio británico de la capital y son conocidas sus escapadas a la nieve para practicar esquí. Su mujer, Patricia Ramos, es empresaria.
La exclusiva urbanización donde reside Aldama con su familia está situada a tan solo 15 minutos de Madrid por la N-I, y se compone de amplias parcelas de más de 2,500m2, donde se pueden apreciar imponentes chalets individuales. Un complejo urbanístico que presume en su web de su alto nivel de seguridad e intimidad para tranquilidad de sus residentes.
Está ubicada en la zona Norte de Madrid, en los municipios de San Sebastián de los Reyes y Colmenar Viejo, se encuentra rodeada por el entorno natural protegido de 'La Dehesa Boyal', que forma parte del prestigioso Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
Este enclave ofrece un ambiente único para aquellos que aprecian la naturaleza y las actividades al aire libre. Con numerosas opciones de deporte al aire libre como senderismo, ciclismo y paseos, Ciudalcampo se convierte en el destino ideal para disfrutar de la vida al aire libre en un entorno sereno y privilegiado.
Además, su proximidad al Aeropuerto de Madrid-Barajas y la Terminal 4, a menos de 20 minutos en coche, la convierte en una ubicación ideal para aquellos que viajan con frecuencia, como el propio Aldama.
Un Zamora CF en desaparición
Corría un 22 de mayo de 2018 cuando el Zamora CF miraba al abismo y veía más cerca que nunca su fin. Una asamblea extraordinaria planteaba a los socios la decisión más difícil de la entidad, que acumulaba una deuda que rondaba los 200.000 euros.
En aquella reunión, los socios tuvieron que elegir entre cuatro opciones que determinarían el futuro del equipo zamorano, incluyendo la posibilidad de disolver la entidad que había sido fundada en 1969. Estas opciones incluían que todos los socios asumieran la deuda a través de cuotas reembolsables en el futuro, que algunos socios o empresarios se hicieran cargo de la deuda a cambio de la gestión del club, o la transformación del club en una sociedad anónima deportiva.
La gestión de los últimos años había dejado al club con una deuda económica inasumible, que hacía peligrar fuertemente su continuidad deportiva. La situación se complicaba aún más en ese mes de abril cuando uno de sus proveedores, Puma Sport Spain, solicitaba el embargo de las cuentas del club. La marca reclamaba una deuda de 85.500, euros, que el Zamora CF mantenía desde la temporada 2015-2016 y que había provocado varios litigios.
En consecuencia, la directiva liderada entonces por Didia Liedo no podía cumplir con sus obligaciones financieras, incluyendo el pago de salarios a jugadores, cuerpo técnico y empleados, así como las cotizaciones a la Seguridad Social y a Hacienda. Como medida de emergencia, se abrió una cuenta solidaria en Caja Rural de Zamora, a la desesperada.
Por lo tanto, durante la Asamblea del 22 de mayo de 2018, los socios se vieron entre la espada y la pared. En caso de que ninguna de estas alternativas fuera viable, la disolución del club rojiblanco sería inevitable.
Los ángeles salvadores
Y como ángeles caídos del cielo, llegaron a Zamora el Grupo Vivir. Un grupo inversor, liderado por Víctor de Aldama y Alfredo Ruiz, que tomaron las riendas del club tras su transformación en Sociedad Anónima Deportiva, tal y como habían aprobado los socios de número durante una Junta Extraordinaria en el mes de junio de 2018.
En aquel tiempo, Víctor de Aldama fue presentado como empresario y abogado madrileño, que había estado vinculado a sectores como el inmobiliario, la publicidad, la tecnología, la hostelería, los servicios médicos y hasta la automoción. Si se tira de hemeroteca, Aldama también había tenido varios intentos anteriores para comprar otros equipos de fútbol como el Cádiz, Córdoba, Murcia o Xerez.
De hecho, Víctor de Aldama llegó a iniciar la compra del Córdoba CF, en 2011, haciéndose con el 98% de las acciones a través de su empresa Signum, por las que iba a pagar 8,5 millones de euros. Pero según informaron los medios andaluces por entonces, esta compra no llegó a formalizarse porque el empresario no pagó los tres millones que inicialmente se habían pactado para el traspaso.
Pero siete años más tarde, Aldama y su socio Alfredo Ruiz asumían las deudas del club zamorano con el compromiso inicial de liquidar las nóminas pendientes a jugadores y trabajadores, liquidar la deuda con Puma y hablar con los demás proveedores. Por aquel entonces, Víctor de Aldama anunció al día siguiente de este acuerdo, el Grupo Vivir haría un donativo de 15.000 euros para pagar a los trabajadores del Zamora CF.
Otro de los compromisos de Aldama y Ruiz fue establecer un Plan Director de 120 días, que abarcará todas las áreas de la entidad, y que tenía como principal objetivo "el desarrollo" del Primer Equipo, así como la redefinición de la Escuela de Fútbol. Con esta última, se buscaba convertir al Zamora CF en un referente en formación deportiva en la provincia de Zamora.