Los días de dolor, silencio y recogimiento llegan a su fin para dar paso a una Zamora resplandeciente y rebosante de alegría con la celebración de la resurrección del Señor. Junto con este renacimiento espiritual, también se cierra el período de ayuno cuaresmal y la restricción de consumir carne. Y qué mejor manera de hacerlo que con el plato tradicional zamorano 'Dos y pingada'.
Consiste en dos huevos fritos, acompañados de dos o tres lonchas de magro de cerdo pasadas por la sartén, servidos con pan. Esta receta, simple y modesta al igual que la Semana Santa de Zamora, convierte a este plato típico en uno de los grandes placeres culinarios para celebrar el Domingo de Resurrección.
Y es que ya lo decía el Romancero de Zamora:
Ya resucitó el Señor
y repican las campanas.
Prepara el almuerzo, chica,
y fríe dos y pingada
Una receta cumbre de la gastronomía zamorana de Semana Santa que tradicionalmente comían los vecinos del Barrio de La Horta y, que desde hace décadas, se ha extendido a toda una ciudad entera. El plato puede incluir carne de cerdo procedente de la matanza como el jamón, chorizo o morcilla.
Todo un manjar para el paladar en el que es importante la compañía. Por ello, después de la procesión del Encuentro, bares y restaurantes de la capital zamorana elaboran miles de platos de este famoso 'dos y pingada'. Aunque cada año es más frecuente ver a loa zamoranos en familia o amigos disfrutar de esta comilona en el bosque de Valorio.
Con ello, se pone un delicioso punto final a la Semana Santa 2024 y Zamora vuelve a la normalidad.