“Lo nuestro ha sido y es una apuesta arriesgada, pero merece la pena seguir con ello porque el servicio que se hace a estos jóvenes es imprescindible, no lo hace mucha gente. Tenemos que seguir con las antenas bien puestas porque las necesidades cambian y esta gente nos necesita”, argumenta Justino Santiago, director del centro Zamora Joven. El mayor logro de los centros menesianos es conseguir que jóvenes que se encuentran “al borde del camino”, rechazados por la sociedad y por el mercado del empleo “se recuperen como personas, sientan que son capaces, “vienen con poca motivación y hay que acompañarlos mucho”.
Así, nació hace cuarto de siglo Menesianos en Zamora. “Nació como una alternativa de FP muy sencilla para jóvenes con fracaso escolar y riesgo de inclusión, pero con el paso de los años nos hemos convertido en referentes para gremios como la soldadura, electrónica o la construcción”, explica el cántabro que lleva las riendas desde 2009.
Y es que detrás de cada currículum escolar hay una historia “chula”, como le gusta decir a Justino. No es capaz de llevar la cuenta de jóvenes que han pasado por aquí, lo que sí tiene claro es que cuando va por la provincia de Zamora y ve en una obra o en alguna empresa a algún trabajador que ha pasado previamente por su centro, siente “orgullo”.
Un proyecto que no sería posible sin la “implicación y voluntad” del equipo docente. En Zamora trabajan 56 personas que además de maestros se han convertido en ángeles de la guardia de estos jóvenes, cuyo perfil varía dependiendo del programa en el que formen parte. Realizan formación profesional, protección, prevención y reforma. “El compromiso del equipo docente es muy grande. El día a día es costoso porque no ves los frutos al momento” y es aquí donde manda un mensaje a las administraciones para que aumenten su aportación en este tipo de asuntos. “Es difícil que los políticos lo entiendan porque no ven rentabilidad, no te lo compran fácilmente, pero tienen que saber que esto es una inversión a largo plazo”.
Los Menesianos de Zamora Joven es un pequeño centro que trabajan desde hace 25 años con jóvenes en situación de riesgo o de exclusión social, con muchas experiencias de fracaso escolar. Su objetivo buscar la mejor forma de lograr una integración social y laboral, a través de la capacitación para el empleo. Estos jóvenes, con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años realizan alguno de los Ciclos de Formación Profesional Básica (FPB) (fabricación y montaje y Mantenimiento de vehículos) y otros dos de Grado Medio. En Zamora, en soldadura y farmacia se han convertido en un referente a nivel nacional. Algo que se pone de manifiesto en los Campeonatos de FP (Skills), donde siempre triunfan. Ya han conseguidos dos medallas de oro y en las próximas semanas podría llegar una tercera. Pero también en las numerosas empresas que llaman a las puertas de Menesianos Zamora Joven para poder contar con ellos en un oficio tan codiciado como es la soldadura. “Aquí la forma de educar es diferente, es viendo siempre el aspecto positivo, valorar la persona, hacer que él sea el protagonista y tú alguien que le está acompañando”, expresa.
"Nuestra apuesta es que cada uno de los alumnos salga para hacer la sociedad un poco mejor. Con la FP está preparando gente para trabajar en su lugar. Tenemos buena gente, buenos docentes", presume Justino. Así, forman a nuestros jóvenes para luego dar el salto al mundo laboral y nutrir a las empresas. "Intentamos prepararles para su inserción social y laboral, pero la parte de la empresa es fundamental, es tocar el terreno. Ahí viene un desafío", reconoce. Por ejemplo tienen un convenio con Talleres Saludes y esta empresa junto a Tecozam es la responsable de la alcantarilla más importante de Londres. Se puede decir que el trabajo social de Menesianos sirve formar a los reyes de la soldadura.
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Educación en la Calle:"Invertir en prevención te ahorra dinero"
Uno de los proyectos más emotivos es el de Educación en la Calle, “educar en su medio ambiente”, apunta. Los educadores de Menesianos trabajan en pareja por la calle y son ellos los que van a zonas sociales de Zamora “complicadas” como La Alberca y San frontis. Llevan 22 años intentando generar un “vínculo de confianza”, así tanto para los preadolescentes como para las familias que se acercan. Ahora sus camisetas son inconfundibles por las calles de las zonas más complejas.
Un proyecto que también se ha ampliado a la provincia gracias a la Diputación de Zamora. Ahora, Educación en la Calle ha llegado a Villalpando, Fuentesauco y Benavente. “Era importante abrir a la provincia y gracias a la Diputación se ha podido”, apunta, mientras lamenta el poco respaldo que se ha tenido desde el Ayuntamiento de Benavente. “Las administraciones no tienen muy claro que esa educación de calle sea importante, invertir en prevención te ahorra dinero en una intervención posterior”.
Esta idea ha permitido dar oportunidades a más de 1.100 zamoranos desde que surgiera, personas desde los 12 años, a veces incluso desde los 10, y hasta los 21 años. Lo hacen a través de talleres, arte, deporte o cultura. Es el gancho para fomentar valores como la convivencia, la empatía, la colaboración y el trabajo en equipo.
Protección de menores: "Ahí está tu maleta y búscate la vida"
Otro de los puntos del programa que se realiza en Menesianos es de la protección de menores. “No se puede publicitar, porque no suele ser información positiva”, indica Justino. En este programa, con más de 20 años, se incluyen menores de 18 años que no tienen familia o su familia no puede cuidarles bien o les maltrata. En este caso, es Servicios Sociales la que toma la tutela y posteriormente los lleva a centros propios o en este caso a Menesianos. Tienen tres hogares donde trabajan con 30 menores acogidos. “Estos tres hogares necesitan un refuerzo continuo porque son 24 horas, en vacaciones y en fines de semana", incluso acompañan a menores a realizar trámites.
Santiago reconoce que la evolución muestra que hay cada vez más necesidades, “jóvenes con situaciones más problemáticas, como tipo consumos, adicciones redes sociales, apuestas on line o a móviles, por lo tanto, hace falta una “intervención especializada”, con psicólogos, psicopedagogos o trabajadores sociales. “Se necesita un plus de intervención ya que no hay una financiación adecuada. Ha subido todo en la vida, y además se necesitan figuras de educadoras concretas”, lamenta.
Además, estos menores cuando cumplen 18 años tienen que abandonar este sistema de protección. “Ahí está tu maleta y búscate la vida, en una familia sería impensable, en estos jóvenes con una mochila muy pesada no están preparados”, se sincera el director del centro. Por eso recuerda que se está estructurando programas de emancipación desde la Junta de Castilla y León. “Ofrecemos una vivienda donde poder vivir. Un piso donde se les acompaña, y enseña a hacer cosas, como por ejemplo a tener una alimentación adecuada”.
Reforma de menores: "La intención es recuperar el camino"
Por último, el cuarto plan de este programa es el de reforma de menores, esos jóvenes que han cometido delitos y tienen que cumplir una medida judicial. Acuden al centro por las tardes en tiempo escolar, y por las mañanas en vacaciones. Durante este tiempo están realizando estudio y se hace parte del programa, es decir, trabajar sobre el delito que han cometido. Otra medida de reforma es la situación en violencia filioparental. “Cuando la situación es insostenible, se protege a la familia y se le saca del ambiente familiar, para ir trabajando y ver por qué ha pasado esto. La intención es recuperar el camino”.
De esta manera, se han puesto en marcha dos proyectos financiados por los fondos Next Generation para trabajar en dos campos: en violencia filioparental (Avanza Jóvenes) y en menores no imputables, los menores de 14 años que no pueden ser juzgados (Más por menor). Aquí es donde se diseñan herramientas de diagnóstico. Mas por menor se llama el proyecto. “Ahora estamos en un impasse para que desde Servicios Sociales se busque financiación”.
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