A veces no hace falta marcharse muy lejos para contemplar auténticas bellezas naturales. Sin salir de Castilla y León nos puede dar la sensación de que hemos viajado muy lejos. A muchos kilómetros para contemplar algunos de las maravillas del mundo.
Ocurre si nos adentramos en Ávila y creemos estar observando la Muralla China. También si visitamos el Cristo del Otero en Palencia, con gran parecido al corcovado brasileño. Pero ni punto de comparación con los lagos escoceses y su similitud en un rincón de Zamora.
Si eres aficionado de la naturaleza seguro que te suenan alguno de los más famosos como es el caso de los lagos de Covadonga, en el Parque Nacional de los Picos de Europa, o el lago de Bañolas en Cataluña.
Pero hay uno que es realmente sorprendente. Único en España y de los más llamativos a nivel europeo y se encuentra ni más ni menos que en Castilla y León.
Se trata del Lago de Sanabria, el mayor lago de origen glaciar de Europa que atrapa y enamora a todo el mundo. Tiene casi 320 hectáreas de superficie, más de tres kilómetros de largo, 1.590 metros de ancho y una profundidad máxima de 51 metros.
Se formó hace más de 100.000 años durante el Pelistoceno Superior y fue un impresionante glaciar de 20 kilómetros que surgió durante la última glaciación del Würm.
Tras el deshielo, el agua fue llenando el lugar hasta crear esta impresionante masa acuática, que hoy en día se nutre del río Tera. Asimismo, esta erosión glacial llegó a crear hasta 20 lagunas permanentes que hace que tenga el récord de tener el mayor conjunto de lagunas de origen glaciar de España.
Fue declarada Parque Natural en 1978 y el bosque dominante que rodea es el Quercus pyrenaica, un robledal con unos ejemplares que no superan los 1.500 metros de altitud.
Un parque que tiene un patrimonio natural de incalculable valor por la extensa diversidad de especies que viven en la zona. Entre ellas, destaca especialmente la trucha, las bermejuelas, cachos o barbos.
No es el único dato a tener en cuenta, ya que en relación con los mamíferos hay hasta 41 especies diferentes. Está la nutria, el armiño, tejón o, incluso, el corzo, jabalí y gato montés.
De hecho, en el año 2000 fue declarado Zona de Especial Protección para las Aves por la presencia de 142 especies, entre ellas rapaces diurnas como el águila real, el halcón abejero, el halcón peregrino, el ratonero o los pájaros como el pechiazul o la perdiz pardilla, entre muchos otros.
Un pueblo bajo el agua
Existe una leyenda que cuenta que bajo las aguas de este lago se encuentra un pueblo llamado Valverde de Lucerna.
Este, según relatan, fue tragado por las profundidas debido a un ser sobrenatural que encarnó como peregrino y castigó a la población por su creciente egoísmo.
Al parecer, llegó a la localidad pidiendo limosna y refugio en un día muy frío y nadie le hizo caso. Solo unas mujeres panaderas le ayudaron y le dejaron entrar en la sala del horno donde hacían pan para el pueblo.
La masa creció tanto en el horno que el pan se salió y estas se asustaron. El mendigo aseguró que él era Jesucristo y les pidió que abandonaran la localidad ya que, debido a la falta de caridad, se iba a inundar por completo.
Una gran curiosidad es que, durante la noche de San Juan, algunos aseguran que se escuchan las campanas y la antigua iglesia resonando en el lago. De hecho, el famoso escritor Miguel de Unamuno también decidió dedicar algunas de sus obras.
En su novela, San Manuel Bueno, mártir, el Lago de Sanabria es el escenario. El relato cuenta la vida del cura de Valverde de Lucerna. Un lugar único de España y del mundo con una historia llena de vida detrás.